Capítulo 3

2311 Palabras
Mi nariz despierta al sentir el delicioso aroma a desayuno... Olisqueo embelesada... ¡Que rico! El problema aquí es que la única que se quiere despertar es mi nariz... GRRRRRRR... Mi estómago se ha despertado ¡Aleluya! Abro los ojos, el poder de la comida me es aún más grato que el hecho de seguir durmiendo.  6:30 am ¡Que temprano! El jefecito dijo que vendría por mí a primera hora así que mejor me doy prisa para disfrutar mi desayuno en paz. Me meto en la ducha a la velocidad de la luz, cambiarme es la cosa más sencilla ya que no tengo que buscar ropa formal, tomo mi mochila y el teléfono para salir hacia la cocina. -¡Buenos Días!- exclamo sorprendiendo a Jess. -Maldición Aisha puedes dejar de hacer eso.- Se limpia un poco de chocolate que le cae en la camisa. Solo está en bóxer ¿quien cocina en ropa interior? Jess claro. -Queremos comer... queremos comer... queremos comer- tarareo como niñata en el taburete. -Calla o no te doy nada- me riñe haciéndome cerrar el pico. Reviso mi celular para enviarle un texto a Chazz extraño al condenado. Chazz es mi novio pero creo que nuestra relación es más amistosa que otra cosa, lo extraño mucho siempre hemos sido muy unidos desde chicos. -Ten, come que se están haciendo las 7:30- Me sirve un cruasán con bacon, acompañado de unos Waffles con chocolate encima. ¡Una delicia! Ella coge su plato y comemos entre risas. -¿Vendras temprano hoy?- -No lo sé, depende si el jefe tiene reuniones tiene un acento horrible parece chimpancé- Ambas reímos divertidas. Nada como un delicioso desayuno acompañado de burlas hacia el jefe. Mi celular suena, esperando que sea Chazz contesto sin revisar. -Cariñito... ¿tanto extrañas mi preciosa voz?- rio. -¿A qué se refiere? Señorita Lauren- me atraganto con el vaso de leche. ¡Maldición! Jess me hace una seña. -Jefe, lo siento... este creí que... bueno... Buen Día Señor estoy a sus órdenes- completo conteniendo el aire. Jodida Jess se está burlando de mí. -Estaré ahí en diez minutos y restando, por favor esté preparada- dicho y hecho cuelga. Le gruño al teléfono como si este tuviera la culpa. Soy una idiota. -Alguien tendrá problemas en su trabajo- hace un mohín. -Nada podrá amargarme mi precioso desayuno- Si bueno el jefecito se cabreara pero podre controlarlo. ¡Espero! -Tu jefe si- Le doy una miradita asesina, termino mi desayuno de manera rápida. Me lavo los dientes apresurada está a punto de llegar. Mendigo Griego. -Te veo en la noche- me despido de Jess. Cojo una pera para poder sobrevivir el resto de la mañana. -Cuídate, y no amargues al jefe- Él es el que me amarga a mí, asiento de todas maneras y salgo corriendo hasta la puerta. Justo en el momento que salgo se estaciona la Hummer. Me acerco a la puerta trasera corriendo y subo. Atractivo el tipo. Se ve bien en esos trajes. -Buenos Días Jefe- sonrío. Ahí está el observándome con el ceño fruncido, me pregunto si dormido también frunce el ceño. -Buenos Días Srita Lauren- dice sin emoción. Sé que es tonto pero cuando lo veo me dan ganas de reír y no tengo idea por qué. El auto inicia la marcha respectiva al lugar que supongo donde se dará la reunión o lo que sea. Me coloco los audífonos para poder ignorar al Chimpa, no quiero que hable sobre la contestación de hace rato. -¿Piensa escuchar música mientras está conmigo?- pregunta serio. Y que se supone que haga, contar las cosas que hay en la camioneta. -No quiero molestarlo, además todos necesitan de música al inicio de día, ¿quiere escuchar?- le ofrezco un auricular. Niega así que me los coloco, dejando que la música me relaje. Esta canción me provocan ganas de bailar. I got it from my daddy... tarareo por lo bajo cerrando los ojos. Abusivo me quita un auricular y se lo pone. -¿Que escucha? canta fatal- farfulla. ¡No es verdad! -Where did you get that body from?- -I got it from my daddy- responde y por una milésima le veo reprimir una sonrisa. Por el resto del camino vamos escuchando música, aunque estoy el cien por ciento segura que está feliz lo está ocultando. Estacionamos en un lujo de hotel, guardo todo en la mochila solo cojo mi celular. -¿Le ha sucedido algo a su mochila anterior?- pregunta mientras caminos hasta el restaurante del hotel. -Tengo muchas, me gustan demasiado.- Nos acercamos hasta otra mesa llena de trajeados. Porque siempre tengo que venir lo menos presentable. Tendré que preguntarle. -Buongiorno, un piacere di unirsi a voi questa mattina. - Empieza a hablar en italiano. A diferencia del inglés lo pronuncia excelente. Si sabe hablar italiano para que cojones me ha hecho venir. Me presenta como su traductora y uno de los trajeados me sostiene la mano más de la cuenta aunque, me incomoda. Bendito desayuno lleno de negocios, llega un momento en el que estoy a punto de dormirme. El jodido griego no me da ni un vaso con jugo. ¡TACAÑO! Para no dormirme me quedo observándolo, cuando aprieta los labios se le forman unos preciosos hoyuelos. El traje le sienta demasiado bien con su físico, me pregunto si tendrá novia. Aunque no parece un hombre de relaciones largas, ¿amantes nocturnas? Ni idea y no podría preguntarle.  Cualquiera que sea la chica con la que sale la compadezco el chimpancé parece tener un carácter de los mil demonios. En lo que llevo de conocerlo a esto dos días no le he visto sonreír sincero, lo único que hace es trabajo, trabajo y más trabajo. Casi hora después termina la bendita reunión, ¿como pueden tardar tanto en comer? -Ciao- me despido de igual forma. El tío trajeado me guiño un ojo podéis creerlo. -Señorita Lauren, deje que le recuerde que dormirse mientras trabaja no es algo que deba hacer- me mira molesto. Ahí esta de nuevo ese rostro serio de siempre. --Pues si sabe hablar perfectamente el Italiano ¿para que me ha hecho venir?- Me mira serio, molesto, furioso... ya ni siquiera sé cómo descifrar su rostro. -Limítese a hacer lo que le ordene- gruñe. Entrecierro los ojos observándolo. c*****o de jefe. Me muerdo la lengua para no decirle nada. -Vamonos- Se da la vuelta y camina hacia la salida.  Lo sigo mientras tarareo una canción, como si su humor fuera a joderme el mío. Nos metemos en la Hummer, cojo mi mochila para poder sacar mi pera. La limpio sobre mi camisa y le doy un mordisco. Son tan ricas. -¿Tiene hambre?- -Solo como porque estoy aburrida- Arquea una ceja. Creo que le acabo de decir aburrido al jefe. -No es que usted sea aburrido, es más que todo el ambiente que lo rodea- aclaro. Creí que mi trabajo sería un poco más emocionante, quizá pueda buscar otro empleo y pagarle la dichosa deuda. No le agrado lo que le dije. ¡Uff! No quiero joderla. ¿Que le cuesta ser un poco mas divertido? -Quiere una mordida- le extiendo la pera. Para mi sorpresa da un pequeño mordisco. -Gracias- Es lo único que dice, me giro a ver por la ventana mordisqueando mi pera. -¿A mejorado su brazo?- Me distrae de mis pensamientos en blanco. Me arremangó la camisa y le muestro. Ya no duele, no la he tapado. -Debería de cubrirla- La revisa con la mirada. -Es que ya no duele y la verdad lo olvide- Me mira frunciendo el ceño. ¡Que raro! -Lo olvido?- Me da una mirada arrebatadora de oxigene. -Sean, dame la bolsa- Le da una mirada a su chofer ahora de nombre Sean, saca una bolsa y se la entrega. ¿Es la misma de ayer? Saca las cosas mientras sujeta mi brazo. Coloca pomada y luego la gasa. El acto me desconcierta pero me da gusto el jefecito puede ser muy amable. -La pomada la hará sanar mas rápido- Asiento atónita. -Gracias jefe- Me da una ultima mirada y regresa la vista a otro lado. -Está bien- es lo último que dice. El es muy raro. Doy un suspiro frustrado ese carácter que tiene es algo pesadito. -Por la tarde nos reuniremos con los japoneses nuevamente- -Esta bien- le doy una sonrisa que el no corresponde. Llegamos al aeropuerto, especialmente hoy está lleno, siempre me han dado risa las personas que esperan con cartelitos. ¿Que se supone que haga ahora? ¿Estar sentada esperando que llegue la tarde? -Espere en mi oficina- Dice alejándose hacia otro lado. Camino hasta su oficina, saludando a todos de forma amable. Espaciosa y limpia. Las palabras que mejor describen este lugar, le doy un recorrido pero no hay nada especial. Me tiro en un enorme sofá jugueteando con mis dedos. Cierro los ojos por un momento, solo uno pequeño. -Aisha- Abro los ojos lentamente, encontrándome con la mirada verdosa de Maximilian. -Jefe- respondo incorporándome con cierta idiotez. -Lo siento- Se aleja de mí hasta su escritorio. Que buen trasero el que tiene. -Dormirse en su trabajo, cada vez me sorprende mas. ¿Se desvelo ayer?- En realidad si un poco. -No en realidad- ¿Lo sorprendo? ¿De que manera? Asiente observándome con cierta intriga. ¡Raro! -Tengo cosas importantes que hacer hoy así que vaya a casa, la veré mañana- -¿Y la reunión de la tarde?- -La haremos mañana- Asiento tomando mis cosas. Supongo que tendrá alguna cita por ahí. Mejor que eche un polvo quizá así deja de fruncir el ceño. Saco mi teléfono que comienza a vibrar en mi pantalón. Un mensaje de Jess. "¿A qué hora sales? " "Justo ahora" Responde con rapidez. "Espérame estaré ahí en diez minutos" "Apresúrate, estaré en la entrada" Dirijo mi mirada a Maximilian que observa lo que hago desde su escritorio. -Entonces me retiro, hasta mañana jefecito- maldición!! Bocazas. -Lo siento- Solo me da una mirada indescifrable. -Adiós-6 Salgo de su oficina, a paso lento tengo que esperar a Jess. ¿Acaso tendríamos que salir hoy? Me quedo sentada en las gradas del aeropuerto esperando, luego tengo que ir por mi auto. ¿Por que siempre tiene esa mirada dura? Si sonriera mas se vería aun mas atractivo de lo que ya es. De pronto me encuentro pensando en mi jefe, ¿que rayos hago pensando en Maximilian? Que perturbador, lo saco de mi pensamiento justo en el momento que el auto de Jess estaciona. ¡Madre Mia! ¡Chazz! Chazz sale del auto casi cayendo al suelo. Tonto. Corro hasta él para abrazarlo. -¡Aisha¡- da un grito eufórico. -Chazz, ¿que cojones haces aquí?- -Vine por mis dos chicas favoritas claro esta, trabajare en la firma de mi familia aquí en Londres- Me da un pico. -Están haciendo espectáculo vamonos- Jess me da una mirada que no entiendo, me hace una seña para que vea hacia atrás. ¡Madre Mia! Maximilian. Viene bajando a paso rápido con Sean. Trae una cara que si podría asesinarme lo haría. Me quedo sin aire. -¡MAX!- una tía lo llama desde atrás haciéndolo detener para girarse. Me quedo viendo la escena, la chica rubia se le acerca para besarlo. Me doy la vuelta jalando a Chazz de la mano. -Vamonos- gruño. ¿Por que gruño? Quiero irme de aquí. Esa era la cosa mas importante que tenia que hacer. Vaya creí que su trabajo era lo que mas le importaba. Mendigo griego. -¿Quien es?- pregunta Chazz desde la parte trasera del coche. -Es su jefe- Jess responde divertida. -Es un c*****o- replico furiosa. -¿Por qué? ¿Te ha hecho algo- Chazz se exalta. -Le ha chocado el Lambo y tiene que trabajar con él para pagarlo- -Carajo. ¿Tanto así?- Asiento sin responder, no quiero hablar estoy furiosa. ¿Por qué estoy furiosa? No es que me interese con quien se relacione. Que eche un polvo ojala le venga bien y deje de gruñon. Total es su jodida vida. Llegamos a casa y para mejorarla me he sacado al chimpancé de la cabeza. Chazz es divertido así que me ha arrebatado los pensamientos. -Chicas, porque no vamos a un bar hoy en la noche. Es un bar nuevo recuerdan a Ronald pues le pertenece, me ha dicho que nos espera- ¿Ronald? Tengo mucho sin saber de él Jess le da una sonrisita a Chazz haciéndolo rodar los ojos. Ronald es el cuarto m*****o del grupo. -Jess, déjalo- -¿Que? sabéis que lo vuestro es mas amistad que otra cosa. Seguís juntos porque tenéis miedo de que se arruine vuestra amistad lo que me parece total absurdo. Ni quiera sois novios de verdad- Bendita Jess. Aunque tenga razón, no es exactamente la razón por la que hacemos esto. -Quiero a Aisha, y le agradezco por seguir conmigo- Y yo lo quiero a él. -Si pero no pueden seguir así por la eternidad, recordad que la verdad siempre sale a la luz y sobre todo...- -Ya déjalo Jess- -Eres aun mas gay que yo- Chazz entrecierra los ojos retándola. Jess le hace frente. Sé que Jess lo hace porque se preocupa de Chazz pero no quiero que peleen no ahora. -Chicos ¿que no íbamos a ir a un bar?- Ambos me miran suavizando el rostro. Así es siempre. Pensaría que los que terminaran casados son ellos dos. Ambos se van por su lado, dejándome a mi en la sala. Chazz es como decirlo inseguro de lo que le gusta. Aunque yo sabia eso decidí salir con él hace como dos meses, no es mucho lo que llevamos juntos nunca hemos formalizado del todo. Por un lado quiero seguir con nuestra relación amistosa, pero no quiero que le suceda algo. Subo a mi habitación para cambiarme de ropa e ir al bar con los chicos. Reviso mi celular por si ha llegado un mensaje de mi jefecito pero no. De seguro ha de estar con es tía que lo beso hoy. Cabrón. A las 7 am bajo. Como era de esperarse Jess y Chazz ya están reconciliados. Ambos me dan una mirada boquiabierta.  -Ese vestido te va bien, tendré que cuidar a los tíos que se acerquen a ti- Jess me da una mirada divertida. -Estas preciosa- Chazz me da una sonrisa. El bar esta repleto. Chicos bailando por todos lados, comiendo, bebiendo, riendo. ¡De lujo! Nos adentramos en el bar hasta llegar a Ronald. -Aisha, estas preciosa- Ronald me da un abrazo mientras besa mi mejilla. -Gracias Ronald tiempo sin verte- Hace una mueca de disgusto. -No chica que cabello te cargas, me aterra que una chica se vea mejor que yo- Jess le hace una mueca divertida saludándolo. -Chazz, amigo- le da un abrazo. Nos quedamos en una mesa. Bebiendo... tengo mucho tiempo de no emborracharme y hoy me apetece hacerlo... -Salud- damos un brindis. Toda la noche es de lo mejor. Bailamos. Nos divertimos. Y ningún jodido griego me martilla la cabeza. -YO NO QUIERO AGUA... YO QUIERO TEQUILA- Cantamos los cuatro a las 4 de la mañana en el auto. Ronald decidió venirse con nosotros. Bendito sea su chofer. Llegando los tres nos quedamos dormidos en la alfombra de la sala. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR