bc

La protegida del mafioso ruso

book_age18+
2.0K
SEGUIR
23.9K
LEER
oscuro
prohibido
love-triangle
HE
brecha de edad
los opuestos se atraen
de amigos a amantes
chico malo
heroína genial
mafia
mamá soltera
heredero/heredera
drama
cruel
seductive
like
intro-logo
Descripción

Abigail Walker es una modelo exitosa, es hermosa e inteligente. Desde pequeña hace su voluntad, suele ser caprichosa. Por error de su hermano ella queda como el pago de una deuda, en medio de una guerra inesperada en donde debe luchar por sobrevivir.

Vladimir Volkob es un poderoso mafioso ruso, un hombre frío y rencoroso, un lobo de la mafia. Arrogante, inteligente y sin piedad alguna. No le gusta perder y sin importar nada siempre se sale con la suya.

Vladimir usará a Abigail para poder llevar la ventaja en ese mundo oscuro que lo rodea, sin imaginar que ella se convertirá en mucho más que una pieza en ese rompecabezas por cobrar venganza.

Abigail tendrá que escoger entre lo correcto y la tentación que el jefe de la mafia provoca en ella.

¿Él podrá protegerla de todos sus enemigos?

¿Abigail podrá sanar el corazón frío y roto de Vladimir?

chap-preview
Vista previa gratis
Un caos completo
Abigail se dejó caer en la silla al escuchar las palabras de su hermano “perdí un juego y debo pagar contigo” ¿Quién en su sano juicio apostaría a su hermana, a su única familia? Por más que intentará reír creyendo que todo era una broma, la seriedad con la que su hermano le hablaba le dejaba claro que a partir de este momento toda su vida iba a cambiar. —No puedes estar hablando en serio —menciona ella—, no puedes estar hablando en serio —repite ella molesta—. No soy un objeto por el cual tengas derecho a usar para pagar tus apuestas. —Lo siento, sé que me excedí, pero te aseguro que haré todo lo posible para poder recuperarte, para recuperar tu libertad, le pagaré todo el dinero a ese hombre, solo entiende que en el momento no podemos sacar dinero de la empresa para esto. Abigail pasa la mano por su frente, está todavía en shock, de un momento a otro lo mira, se acerca y le da una bofetada. —Le mentiste a mis padres antes de morir, les dijiste que siempre estarías conmigo, que siempre nos cuidaríamos, ¿esta es tu forma de cuidarme? ¿Esa es tu forma entregándome al mejor postor? —Él no te hará daño. El señor Lombardo no te hará daño. Él me lo prometió. Él baja la cabeza sabe perfectamente que se equivocó, pero era eso o perder la empresa, la empresa por lo que tanto su familia luchó, por lo que su familia tanto trabajó, era lo último que quedaba de sus padres y no podía perderlo de esa manera. —Eres un completo idiota, ni creas que voy a dejar mi vida a tu antojo para pagarle a ellos, si quieres pagarles hazlo con tu vida, no con la mía —ella dice en baja voz, dolida. —Te juro que nadie te hará nada, Abi, hermanita si yo supiera que algo malo te fuera a pasar no te pondría en esta situación, de una forma u otra estás en buenas manos, ese hombre está enamorado de ti y haría lo que fuera por tenerte a su lado. —¿Crees que a mí me importa eso? que esté enamorado de mí no me interesa. —Hermana ponte a pensar, él es joven y tiene mucho dinero. Recuperariamos todo lo que hemos perdido de nuestros padres. —¿Qué te hace pensar que voy a dejar mi vida, mi trabajo, que voy a dejar todo lo que soy únicamente porque un delincuente se enamoró de mí? no te equivoques puedes ser mi hermano mayor, pero no eres mi dueño y olvídalo no pienso seguir tu juego en esto. Ella se aleja hacia la puerta, sus ojos están completamente cristalinos de la rabia, de la tristeza y de una cantidad de emociones que no la dejan pensar con claridad. —Te lo suplico —ella mira como él se arrodilla y junta sus manos— mi vida puede estar en peligro si no cumplo con mi palabra. —¿Y te has puesto a pensar que pasara conmigo si cumples con tu palabra? ¿te has puesto a pensar que será de mí ahora? ¿verdad que no? —él se queda en silencio—. Si quieres que te siga considerando como mi hermano olvida esa idea, habla con ellos y ofréceles dinero, conmigo no cuentes para semejante estupidez. —Ella toma sus cosas y sale de la oficina. Su hermano siempre ha sido un hombre desordenado, un hombre bastante impulsivo que no tiene los pies centrados en la tierra y por más que quisiera odiarlo, no puede. Solo se tienen los dos y ella no imagina su vida sin él. Abigail miró su teléfono, hoy tenía una prueba para ser seleccionada en la siguiente pasarela, le envío un mensaje a su amiga diciéndole que estaba en camino y se subió a su carro. Ella había tenido que madurar a la fuerza, perder a sus padres y enfrentarse a una vida adulta que no quería. Afortunadamente hacía algo que le gustaba y eso le hacía llevar su vida un poco más fácil. Ella puso algo de música y continúo manejando hasta que un carro se atravesó en la carretera haciendo que ella frenará abruptamente. Del carro con vidrios blindados salieron algunos hombres armados, Abigail intentó retroceder, pero por detrás se hizo otro carro evitando que ella tuviera movilidad alguna. Sus manos comenzaron a temblar, ella tomó su teléfono para marcarle a su hermano o a su amiga y en el peor de los casos a la policía, sin embargo, entró en pánico cuando uno de ellos rompió la ventana a su lado. Uno de esos hombres le hizo señas para que saliera mientras que otros tantos le apuntaban por si intentaba cometer alguna estupidez. Abigail salió del carro, al fondo pudo ver a su pesadilla, ese hombre que ha estado persuadiendo a su hermano hace aproximadamente un año, ese hombre que ahora cree que es dueño de su vida. Lombardi era su apellido aunque formalmente no se conocían, él no era un hombre feo, sin embargo, no era alguien con quien ella quisiera relacionarse. Él se baja del carro y camina hasta ella, Abigail mantiene la mirada firme, no quiere demostrar miedo. —Me comuniqué con tu hermano y me dijo que ya no iba a pagarme del modo que le pedí —menciona—. Y la verdad no me gusta perder. Como no quiero pasar a ser un salvaje te invito a que subas a mi carro a las buenas porque de lo contrario se me olvidará que eres una dama. Abigail pasó saliva ¿qué podría hacer? no tenía otra opción. Mentalmente maldecía a su hermano una y otra vez, ella fue caminando lentamente hasta ese carro. Al menos por el momento le seguiría la corriente a ese hombre, ya después miraría como haría para escapar, tal vez negociaría con él ¿quién por dinero no ha cambiado de opinión? Antes de que ella pudiera subirse al carro escuchó algunos disparos, por inercia puso sus manos encima de la cabeza mientras que había una ráfaga de disparos en el lugar. De un momento a otro todo quedó en silencio, ella miró y un carro se ubicó frente a ellos mostrando que son igual o más imponentes. De allí descendieron algunos hombres más, el corazón de Abigail palpitaba con rapidez. —Tienes algo que me pertenece —dice un hombre con voz ronca, ella no tuvo tiempo para mirar. En unos cuantos segundos los hombres que la estaban sujetando cayeron al suelo con un disparo en su cabeza. Y luego de eso, un fuerte estruendo se escuchó haciendo que ella cayera al suelo. Un par de horas más tarde, Abigail abrió los ojos, no sabe en qué momento cayó desmayada. Se encontraba amarrada sentada en una silla y completamente desubicada. Intentó hablar y moverse, pero no tenía fuerzas, todo estaba en silencio parecía que no hubiese nadie a su alrededor. Su cabeza le dolía y no recordaba nada de lo que había pasado. Su piel se erizó cuando la puerta se abrió de par en par, a pesar de la oscuridad podía notar como la silueta de un hombre cada vez se acercaba más a ella. —Bienvenida —dijo él con su voz ronca y gruesa, haciendo que ella se erizara por completo. —¿Quién eres? —ella cuestiona al no reconocer la voz del hombre que hizo negocios con su hermano—. Responde ¿quién eres? ¿qué hago aquí? —Fui quien te salvó. Mi nombre es Vladimir, Vladimir Volkob y ahora eres de mi propiedad.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
53.6K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.6K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook