Capitulo 1
Capitulo 1
Esa mañana en el pequeño pueblo de El Tigre, estado Anzoátegui, Venezuela, se empezaron a registrar extraños sucesos, muchas personas alegaban a los medios locales que en las noches se podían avistar extrañas luces en el bosque y hasta ruidos, que los animales a media noche comenzaban a tener actitudes extrañas y que muchos de estos, que eran cazados por los habitantes del pueblo, tales como: venados, conejos y diferentes tipos de aves se podían encontrar muertos en los alrededores y con heridas profundas en sus cuerpos, todo parecía indicar que en el bosque había un depredador de gran tamaño que era el autor de estos extraños asesinatos.
A pesar de eso, las autoridades no querían hacerse responsable, alentando a la población que evitaran a toda costa acercarse al lugar, que mientras no se registraran casos de ciudadanos heridos, no tenían por qué intervenir, aunque la verdadera razón era el miedo por esas constantes leyendas urbanas que rondaban entre los habitantes del pueblo, estas eran contadas por los más ancianos a sus hijos, luego a sus nietos y así sucesivamente hasta que fue regándose por todos lados y el bosque se convirtió en un sitio que solo era visitado por los mas valientes.
La historia remonta en principios del siglo XVIII, cuando los conquistadores españoles dominaban la zona, se dice que una familia de indígenas oriundos de ese lugar, cansados de las constantes humillaciones y trabajos inhumanos por parte de una importante familia, raptaron al hijo menor de sus patrones, llevándolo hasta un bosque ubicado a las afueras del pueblo en donde hicieron un sacrifico a un extraño espíritu, le ofrecieron al niño a cambio de riquezas y el fin de la esclavitud.
La familia al darse cuenta de la desaparición de su pequeño hijo, dieron parte a las autoridades y en conjunto con los pocos habitantes de ese lugar se empezó una exhaustiva búsqueda en donde los principales sospechosos eran esos esclavos indígenas que habían de igual manera desaparecido del lugar, muchos alegaban haberlos visto salir del pueblo con rumbo a otras zonas, otros simplemente no habían visto nada.
Luego de tres días de buscar día y noche, lograron encontrar el cuerpo sin vida del niño, tenía una herida abierta en su tórax y se podía notar desde lejos que le habían sacado los órganos, fue una imagen muy atroz y un golpe fulminante para esa familia, quienes nunca superaron esa desgracia y poco a poco fueron muriendo en extrañas circunstancias.
La familia de indígenas nunca fue encontrada, entre las miles de habladurías que se formó como motivo a ese hecho, una de las más sonadas fue se habían vuelto caníbales, que habían perdido el juicio a causa de la situación de esclavitud en la que estaba sometidos, otros alegaban que se trataba de una venganza ya que la familia tenía una hija joven muy hermosa de unos dieciséis años, la cual era constantemente abusada por el jefe de la familia española.
Luego de ese suceso que marco el que aún no era colonizado, pueblo de El Tigre, se vivieron constantes sucesos extraños en ese bosque, lo mismo que actualmente se estaba viviendo en una nueva época, pero nadie aún tenía una ciencia cierta que era lo que estaba pasando y como si fuera poco, nadie se atrevía adentrarse en el bosque para investigar, solo se conocía un caso de un hombre que en el año mil novecientos treinta y nueve, justo unos años después que se logró fundar el pueblo, mucho tiempo después de la guerra de independencia, un hombre que estaba de visitas se adentró en el bosque de casería y nunca más regreso, días después que fue reportado desaparecido una comisión de oficiales inicio la búsqueda en el lugar pero no lograron terminarla, pues alegaban que en ese lugar lleno de árboles se hacía presente una vibra extraña una que los obligo a salir de ahí, pues si se quedaban un rato más sentían que iban a perder la razón.
Años después el pueblo fue creciendo y recibiendo nuevos habitantes de otras zonas que llegaron para hacer vida en el lugar, la leyenda se quedó solo en unos pocos que con el tiempo fueron dejando el plano terrenal, pero entre tanto y los que tuvieron la oportunidad de conocer la historia, la transformaron en una leyenda urbana del lugar, nadie la creía verdadera y por ende perdieron el miedo al bosque, aunque muchos intentaron entrar en el para cazar se prohibió la entrada a cualquier habitante pues se descubrió poco después que en el centro de este había un lago que contenía en sus aguas varias sustancias radiactivas muy nocivas para la salud, fue por ese motivo que nadie más volvió a entrar en él.
–La gente si inventa estupideces vale, ahora que bosque embrujado – decía Estefany, mientras caminaba de regreso a casa con su amiga Gladys.
–Chama no te creas, yo me desperté con mi mamá a media noche porque los perros estaban como locos, y tiramos la vista para un lado y vimos las luces, yo no sé, pero de que vuelan, vuelan y en ese bosque pasan vainas raras – comentó la chica mientras se hacia la señal de la cruz.
Estefany miro con una expresión de burla a su amiga Gladys, ella sentía que todo era un plan para asustar a la gente, no creía en brujos ni mucho menos en cuentos de hadas, su familia provenía de una de las más antiguas del pueblo, su bisa abuela era parte de las primeras personas que llegaron al pueblo de el Tigre luego de ser fundado y nunca había escuchado hablar sobre algo raro que pasara en el lugar.
Tefy como era cariñosamente llamada por sus amigos y familiares, era una chica ruda que casi no expresaba sus sentimientos, le gustaba mucho hacer deportes y reunirse con sus amigos en las tardes para jugar, estaba en el último año de la secundaria y no tenía planes a futuro, no quería irse del Tigre, pues no tenía intenciones de entrar a la universidad o cualquier cosa por el estilo, solo quería disfrutar al máximo sin pensar en lo que pasara mañana.
Sus padres eran dueños de una reconocida panadería del centro del pueblo que fue fundada por su abuelo, quien se la heredo a su padre ya que él estaba lo bastante mayor y no podía seguir al frente. Tefy era la última de cuatro hermanos varones y la única que se interesaba por el negocio familiar, sus hermanos mayores estaban fuera del pueblo estudiando en la universidad, mientras que ella día a día se dedicaba ayudar a su padre y a su madre cuidando a sus abuelos y una que otras veces apoyando en la panadería.
–Abuela, ¿tú crees esas loqueras de que el bosque esta embrujado? – le preguntó a la anciana, mientras le cepillaba su plateado cabello.
–¡Ay mija! – exclamó la abuela-, mamá a mí me contaba unas historias, pero sabrá Dios que es lo que pasa en realidad ahí.
–Yo no creo en eso, es más, voy armar un grupo para ir en las noches cuando salga la luz esa, a ver qué es lo que.
–Mire muchacha – le dijo la mujer girando su rostro, colocando expresión de molestia en el-, déjese de andar buscando lo que no se le ha perdido, andar por ahí de noche es peligroso y tu inventando vaina.
–Ay abuela, deje el drama y póngase bien para poderla terminar de peinar que mi papá dijo que va a venir para irnos a comer unas cachapas – le dijo, tratando de cambiar el tema, no quería recibir un regaño esa tarde.
Esa noche, luego de haber compartido con su familia, Tefy se reunió con unos amigos del colegio y les contó sobre sus planes de entrar al bosque a media noche.
–No Tefy, tú lo que estas es loca vale, a ver si nos matan o nos violan en ese bosque – decía Manuel.
–Uno no sabe que puede haber ahí, y si es un animal y nos come vivos, déjate de loqueras chama – intervino Gladys.
–La gente en este pueblo dice muchas vainas, hay cuentos de ese bosque que dan es miedo, pero me da curiosidad también por saber que pasa, yo me apunto – le dijo Pedro con emoción.
–Tú te apuntas porque estás enamorado de Tefy, por nada más.
Pedro se sonrojo al instante y sus orejas se encendieron, Estefany, Gladys y Manuel lo miraron con burla.
–¡Que es vale! – exclamó ofendido–, yo quiero ir, yo no soy un miedoso como ustedes.
–Chicos vamos – insistió Tefy-, a la primera que veamos algo raro nos vamos, nos armamos con palos y cosas así.
–Chama, tú vas a hacer que a nosotros nos maten un día, inventas unas cosas – se quejó Gladys.
–Bueno, que tanto, vamos a ir – dijo Manuel.
Gladys y Manuel no estaban muy seguros del plan que había armado Tefy para esa noche, pero yendo en contra de su voluntad decidieron adentrarse en esta aventura, una que les traería sorpresas y hasta un gran susto.
Tefy por otro lado tenía una extraña sensación en su interior, era como un presentimiento sobre esa noche y lo que ella no sabía era que una vez que entrara en él, se le iba a hacer casi imposible querer salir, pues había un alma solitaria que la estaba esperando desde hace muchos años.