Podría decir, que, si tenía razones para quedarme en cama, cómo también, que los recuerdos de la noche anterior si quiera existían dentro de mí cabeza, quizá aún seguía ebria, o quizá, no sabía que era lo que estaba sucediendo, bebí, más que nunca, y en realidad, de verdad, de verdad, creía que moriría por un dolor de cabeza. Ahí fue, sentía una punzada bastante violenta en mi cabeza, con ello, podía sentir el dolor de la misma de manera tan irracional, generando que me sintiera peor, mucho peor. Tenía la sospecha de que todo lo que habría hecho anoche—bueno o malo—me traería secuelas, pero eso anoche, parecía que en realidad ni siquiera me importaba por completo, dejándome claro, que habría cometido desastre tras desastre, sin interés alguno.
Fue apenas que abrí los ojos, que pude notar que no era mi habitación, de nuevo, con frustración sólo fui capaz de tapar mis ojos con la sabana que cubría mi piel, ¿Por qué seguía bebiendo? Si parecía ser, que no podía ser capaz de controlarlo. Si sí quiera era capaz de despertar en mi propia cama. Maldito desastre.
—¿Qué fue lo que hice? —, pregunté en un quejido bajo, tallando mi rostro con estrés—, Maldición…
Necesitaba regresar al punto de coherencia, aunque en realidad, parecía más cercana a perder el control, del mismo modo, frustrada, destapé mi rostro para mirar debajo de las sábanas… Si bien, la ropa no era mía, ¡Pero! No estaba desnuda, ni en ropa interior. Eso en realidad, me trajo demasiada tranquilidad, sentí el aroma incrustarse en mis fosas nasales… Era la camiseta de Jackson.
Miré con lentitud en mi entorno, hasta que di con él, con Jackson, quien se encontraba recostado en el suelo, dormido. Fruncí las cejas con demasiada confusión, ¿Qué hacía en el suelo? ¿Por qué durmió ahí? Quizá fue la manera tan intensa con la cual lo estaba mirando, se removió un poco, despertando, para sentir cómo sus ojos me miraban con suma atención, terminó por suspirar de manera pesada, adormilado se acomodó, quedando recostado sobre sus brazos mirando justo en mi dirección.
—¿Por qué es que me estás mirando de ese modo? ¿Tengo algo en la cara? —, preguntó con la voz ronca, cerró los ojos, cansado—, ¿Acaso sucede algo?
—Ah, no…—, Pausé, para mirar hacía el techo de nuevo—, No lo sé.
—¿No lo sabes? —, preguntó mirándome de nuevo.
—Sí, no lo sé. Creo que estoy un poco confundida con lo que paso anoche, ¿Sabes? —, Alargué tallando mi rostro, frustrada—, Añadiendo a todo esto, ¿Qué haces recostado en el suelo?
—¿qué?
—Tienes una cama, ¿qué haces en el suelo?
Se quedó callado por unos segundos, parecía pensar la respuesta con sumo detalle, en realidad, me generaba demasiadas dudas el silencio en el cual se estaba manteniendo, sin más, se sentó, mirando justo en mi dirección.
—Por mucho que nos tengamos confianza, estabas demasiado ebria, quizá no tendrías tiempo de preguntarme que sucedió antes de que salieras corriendo de mi casa—, Se mofo—. Además de que, no quería faltar tu confianza, ni incomodar.
—¿No
quieres subirte a la cama? el piso se mira incómodo—, Mencioné con diversión,
haciéndome a un lado—, La cama es tuya, principalmente.
—Bien,
hazte a un lado—, resopló burlón—, ¿De verdad lo has olvidado todo?
—En
cierta parte—, Sonreí de lado, para mirar hacía el techo, aunque más con toque
de incomodidad—, Creo que recuerdo lapsos, pero no todo.
No recordaba todo, de eso estaba más que segura, pero las cosas que recordaba me hacían dudar si en realidad habrían pasado o si todo se trataba del producto de mi imaginación, habían sucedido muchas cosas con Nicole, con Shawn, con todos, habría sido una noche que, de verdad, quería recordar, pero era más evidente que lo habría olvidado.
—Eso es… Interesante, bebiste mucho, supongo—. Se encogió de hombros, para girarse en mi dirección—. ¿Recuerdas que tienes una cortada en la frente? —, Preguntó pasados unos segundos—. Quizá no…
La cortada en la frente, me quedé callada por un par de segundos pensando en la noche anterior, eso sí lo recordaba, habría estado enojada, bastante enojada con Shawn, lo seguí a su auto, puesto que tenía en sus planes dejar aquí a Nicole sin importarle que podría suceder con ella—o que se estaba llevando su auto—dejando sin medio de transporte, habría sido un accidente. Pero, no sabía si él podría tomarlo de ese modo, o si era algo que habría terminado por inventarme yo.
—No… O sea, sí—, Alargué con torpeza, girándome también en su dirección, mirándole con duda. Pase las yemas de mis dedos por encima de la gasa, un poco aturdida—, Es decir, recuerdo el golpe, más no cómo me lo hice…—, mentí.
—Sabes… Anoche fue gracioso—, Expresó tenue—, Creo que conocí una parte de ti que en realidad no conocía, fue bastante interesante…
Si, creo que habría sido una noche bastante buena, no me arrepentía en lo mínimo de la mayoría de las cosas que recordaba, pero había otras, que habría dado lo que fuera para que no sucedieran, tenía las dudas recorriendo mi cuerpo, mi mente, me sentía demasiado abrumada por todo lo que habría sucedido la noche anterior y lo poco que recordaba.
Ahí lo recordé, la caja.
Maldición.
***
Fui a casa lo más rápido que pude, Jackson insistió en llevarme y al final accedí, porque la resaca que tenía era infernal, creía que en cualquier minuto perdería la razón por completo ante todo esto.
Apenas entre a casa, noté la caja en la mesa, con las cosas afuera, cerré los ojos maldiciendo en voz baja, lo menos que quería era que ellos vieran lo que habría pasado, las cosas que guardaba Shawn, a mí me parecía un acto enfermizo, no sabía cómo sería que lo tomarían ellos pero no sería de la mejor manera de eso estaba completamente segura, podría sentir cómo es que terminarían por decirme que debía de alejarme lo más que pudiera de él, puesto que no sabría que podría ser capaz de hacerme.
Vaya, al final iba conociéndolos un poco más.
De igual modo, con un poco de torpeza comencé a guardar las cosas en la caja con un poco de rapidez, necesitaba terminar de revisarla, para devolverla a su lugar, aún si me parecía extraño, el sería capaz de darse cuenta que dicha caja ya no se encontraba más en su lugar, no quería meter en problemas a Nicole, puesto que parecía que era la única que sabía de la existencia de esa caja.
—Llegaste—, mencionó Francis, adentrándose a la habitación—. Así que, ¿Tu fuiste quien consiguió la caja?
—¿La viste? —, pregunté en tonó de vergüenza, el asintió—. Demonios.
—Sí, es rara—, mencionó caminando en mi dirección, su cabello se encontraba despeinado y sus ojos mostraban la desvelada de la noche anterior—. En realidad, es enfermizo, creí que no se habían hablado nunca, y parece ser cómo si el te hubiera observado por años.
Eso fue lo que paso, parecía que el me habría observado por años, siguiendo cada uno de los pasos que habría dado, eso en realidad me causaba unos nervios tremendos, porque mientras creía que eran tiempos donde podía conocerlo, el también ya conocía cada centímetro de mí, así que ambos íbamos por ahí fingiendo que no conocíamos al otro, mientras que conocíamos cada parte de nosotros.
¿No era gracioso? Saber que, en realidad, íbamos fingiendo todo, puesto que ambos queríamos estar cerca del otro, en realidad, esto me parecía demasiado, era cómo si las cosas hubieran sido demasiado para poder llegarse a procesar, ¿Qué fue lo que paso? ¿Era acaso que el deseo solo parecía querer torturarnos?
Si acaso Jackson pidió que el destino colocara las cosas en donde debían de estar, ya no sabía con claridad en donde debíamos de estar.
—Es raro, sí—, mencioné con una mueca—, pero quizá tiene una explicación, ¿No lo pensaste?
—¿Qué explicación podría tener que te ha estado observando año tras año? Hay recortes inclusive del periódico de España, de las galerías, sabe todo de ti.
Y eso, generaba dudas, puesto que cuando habríamos encontrado por primera vez desde que volví fingió demencia, cómo si no supiera quien era yo, fingió que no sabía si quiera mi nombre, cuando habría estado siguiendo cada uno de los pasos que habría dado.
Posiblemente estaba entrando en paranoia, si, demasiada paranoia para ser verdad.
—No lo sé, pero, quizá tenga una explicación.
—¿La terminaste de ver? —, Preguntó Francis, negué—, Tampoco yo, ¿Podemos verla? Es decir, no le conté a Alana, la vi yo, la miré… Pero no quise decirle.
—¿Por qué?
—Porque ella te habría terminado por sacar a rastras de aquí, puesto que esto en realidad parece ser demasiado—, mencionó a lo que suspiré—, Además, de que ambos llegamos demasiado ebrios, sólo que terminé por bajarla, porque parecía lo mejor.
—Bien… ¿Vamos a tu habitación? —, pregunté—, Si necesitamos terminar de verla, necesito dejarla en donde la encontré.
—¿Por qué la devolverías? —, preguntó a lo que aparte la mirada—, Espera, ¿De dónde pudiste encontrar esto?
También sonaba a un acto completamente enfermizo decirle que le habría encontrado en la casa de Shawn, debajo de una tabla suelta de su habitación, pero, no habría sido cómo si yo fuera a revisar la casa de Shawn, Nicole me lo mencionó, sabía exactamente el lugar en donde se encontraba y un poco de que era lo que se trataba.
—Nicole me lo dijo, dijo en donde se encontraba—, Alargué, una de sus cejas se aqueo, esperando un poco más de información, nos adentramos a su habitación, cerró la puerta y me miró esperando una respuesta—, Es todo.
—¿Dónde la encontraste Blake?
—En la habitación de Shawn…
—Estás demente—, mencionó sentándose en el suelo, hice lo mismo—. Aunque, algo si tengo claro, deberías de tener cuidado con Shawn.
—No es mala persona…
—Pero parece demasiado enfermiza la manera en la cual ha estado siguiendo cada uno de tus pasos—, me recordó a lo que aparte la mirada—, no me digas que crees que sea normal todo el contenido que viene dentro de esa caja.
No, no me parecía normal, en realidad, me causaba demasiados nervios, me sentía demasiado abrumada.
Abrí la caja, para ver de nuevo una de las fotografías mías, cuando estaba en preparatoria.
—No. Pero tiene fotografías bastante buenas—, Señalé a lo que rodó los ojos—, Bien, no se que pensar al respecto, para ser sincera.
Si no sabía, no estaba intentando cubrirle, en realidad, por mucho que paseara por mis pensamientos, no sabía que pensar al respecto, me parecía demasiado extraño todo, el cómo es que las cosas habrían estado ahí, cómo si hubiera conocido hasta mi tipo de sangre.
No sabía que pensar, supongo que era normal tener las dudas, pero no sabía tampoco que decir al respecto.
Creía que estaba perdiendo la cordura.
—Bien, empecemos—, mencionó ayudándome a sacar las cosas de la caja.
“Creo que me gusta Blake, es extraña. Demasiado rara, siempre va con Jackson, no se que mira dentro de la dirección de él, si no es más que un tarado. Intenté llamar su atención, pero nuevamente paso a mí lado cómo si fuera un fantasma”.
—Parece que en su perspectiva lo hiciste sufrir—, mencionó Francis tomando la nota que se encontraba en mi mano—, Creo que ese es el problema, que se enamoró de ti demasiado pronto.
—Enamorarse…
“Blake tuvo el accidente por mi culpa. No quería que saliera con Johan, así que quería asustarla con el coche, creo que no medí que podía irse de lado, la atropellaron, tiene el brazo roto, pero de ahí en más. No salió lastimada, y su cita se canceló”.
Junto a eso había una fotografía de mí, tenía el brazo enyesado, fruncí las cejas, sentía que esto ya era demasiado enfermizo, pero el verlo con mis propios ojos, cosas que no recordaba, pero me causaban escalofríos…
—Mierda—, Susurró—, ¿Así era el Shawn de tu vida?
—No. No lo sé—, mencioné frunciendo las cejas, pensando, mirando hacía el techo—. Desde ayer he estado intentando descifrar las cosas que pasaron en mi vida, en las cuales pudo haber intervenido Shawn, pero no lo sé.
—Creo que es una obsesión enfermiza—, mencionó con toque de duda—, Por alguna razón, no quería que fueras a España. Te hizo sentir culpable, ¿No es así?
Así fue, me hizo sentir cómo si lo estuviera abandonando, cómo si me interesará en lo más mínimo hacerle daño, pero no era así, jamás habría querido lastimarlo, no del modo en el que parecía estar herido cuando le dije que me iría.
—Podría ser.
—Creo, que tanto aquí, cómo allá, tenía un solo pensamiento—, mencionó sacando una fotografía del anuario, rallada con un marcador rojo señalando mi rostro.
“Mía o de nadie”.
—No lo sé, quizá aquí es así…
—Es una mierda—, mencionó Francis recostándose con un par de hojas en sus manos, parecía estar conmocionado por leer todo esto, yo lo estaba—. Blake se corto el cabello, se mira preciosa, quizá esta noche sea el día que la invité a salir.
—Supongo que no me invitó.
—Ella no quiso salir, esta demasiado concentrada en ir con Jackson a cada lugar, le miré en la feria, quizá son tal para cual, quizá podría hacer que Nicole salga con Jackson, así tendré el camino libre con Blake—, Leyó de nuevo, no pude evitar soltar un suspiro lleno de pesadez—. Eso es lo que dice el reverso.
Miré las cosas, el contenido de dicha caja, no podía parar de pensar que en realidad todo esto me generaba demasiados nervios, era cómo si… En realidad, tuviera una obsesión conmigo, ¿Pero desde cuándo? Quizá todo era parte de mi imaginación, quizá estos días si quiera estaban pasando, sólo necesitaba despertar.
Quizá era un sueño en el cual me habría quedado atrapada, pero no podía salir de este, ¿Por qué no podía despertar de este sueño? Quizá…
—¿Seguirás con tu plan? —, preguntó Francis, miré hacía el contenido de la caja.
Quizá seguir detrás del mismo objetivo, el cual me terminaba por colocar de los nervios con cada uno de los segundos que pasaban no era la mejor de las ideas, pero, no quería despertar la mañana siguiente, sin la cercanía de él, preguntándome, si no luche lo suficiente.
Más no negaría, que entre más conocía a Shawn, menos ganas me daban de seguir intentándolo, quizá habría tenido que dejar de luchar desde hace tiempo, quizá, debía de aceptar que mi deseo me habría cambiado cada uno de los detalles de mi vida y no habría nada—ni nadie—que podría regresarme lo que viví, que no habría nada que pudiera regresarme mi vida. Supongo que en algún punto debía de aceptar, que la vida habría sido así ya.
—No lo sé—, me recosté junto a él, con una hoja entre mis dedos—. Creo que comienzo a ver, que no lo conozco. Que la persona que esta aquí, es alguien que solía conocer, pero no lo hago más.
Que me estoy aferrando al recuerdo de una persona que ya no existe y lo único que estoy consiguiendo con ello es que se fracture un poco más mi corazón, no podía vivir a base de recuerdos que habrían dejado de existir.
—Pero, la forma en la que se comporta, fuera de las notas raras, que en verdad me causan estragos, es cómo si… Si en realidad pudiera volver a intentarlo—, mencioné, para suspirar—, Es cómo, si pudiera volver a recuperar el lazo, pero después… vuelve a pasar.
—¿Qué es lo que vuelve a pasar Blake? —, preguntó girando su rostro en mi dirección, hice lo mismo.
—Lo conozco un poco más, y comienzan a haber de nuevo dudas—, mencioné con pesadez—, Sin saber si en realidad, quiero volver a conocerlo…
—¿Logra decepcionarte? —, preguntó a lo que asentí.
—No es la persona que recuerdo, y cada cosa que hace, son cosas que yo creí que Shawn jamás podría hacer, pero las hace…
Y me genera dudas, demasiadas dudas que no pueden ser resueltas, y deja un nudo en mi cabeza que me impide pensar con total claridad, y vuelve al minuto uno, donde dejo de tener el uso de razón, donde dejo de saber, si en realidad, debería de seguir intentándolo, o debería de parar.
—No volvemos a encontrar a la misma persona dos veces Blake, no podríamos—, mencionó a lo que suspiré, cerrando los ojos con pesadez—. Por mucho que lo intentes, las cosas no vuelven a repetirse.
—¿Y qué se supone que deba de hacer con ello? —, pregunté con un toque de cansancio, se quedó callado por un par de segundos—. ¿Qué se supone que haga con cada cosa que siento dentro de mi interior?
—Nada. Sólo puedes disfrutar los recuerdos que se encuentran dentro de tu mente, y seguir adelante.
—¿Estás diciendo que debería de olvidarlo? —, le pregunté.
Se quedó callado por unos segundos, pero terminó por asentir.
—Creo, que, pasado este mes, serás tú la que quiera regresar a España, sin él, comienzo a creer que él no es tu destino—, mencionó con un poco de tristeza—, porque, si en realidad, las cosas funcionaran a la perfección, si no te hubiera hecho daño, si quiera hubieras deseado no haberlo conocido.
—Fue un ataque, no quería decir eso…
—¿Estás segura de que no querías decirlo? —, preguntó Francis—, ¿No es acaso que te llevó al límite? Que, durante demasiado tiempo, lo único que hiciste fue intentar que las cosas entre ustedes salieran bien… Y cuando no pudiste más, simplemente… ¿Te rendiste?
Quizá… Quizá y solo quizá, las cosas habrían podido más que yo.
No sabía si habría luchado poco, o simplemente un día me canse de luchar, se que eres una persona importante para mí, pero, si hablaste mal de mí con ella, ¿Fue acaso que fui yo quien se invento cada una de las emociones? ¿es acaso que nunca fuimos nada?
Si hablaste así de mí, con ella.
¿Qué fuimos en realidad?
—Trueno.