Larissa
Me llamo Larissa Souza tengo 19 años, vivo en la favela X con mi padre Fernando y mi hijo Henrique que tiene 1 año.
Mi madre murió hace tres años en un tiroteo entre los traficantes de la favela y la policía. Nunca supimos quién le disparó realmente. Mi hermana mayor, Déborah, nos dijo que no investigáramos, eso sólo nos causaría más dolor, mi hermana desapareció un año después de la muerte de mi madre, nunca más supimos de su paradero, buscamos desesperadamente en los hospitales, en la policía y en la favela, pero nadie tenía noticias.
...
2 años atrás.
Siempre fui muy estudiosa, obtuve una beca para estudiar en una escuela de renombre en mi ciudad, dejé la escuela y me fui directamente a casa a estudiar, mi sueño era ser abogada, mis amigos siempre me llamaban para ir a los bailes, nunca fui, no me gustan los bailes de la favela, siempre la policía invade y hay tiroteos.
Estaba tumbada en mi cama leyendo un libro, mi padre estaba bebiendo en un bar y mi hermana se preparaba para ir al baile.
Déborah: Deja ese libro Lari, vamos al baile.
Larissa: Necesito estudiar, para salir de la favela.
Déborah: Tienes algo entre las piernas que te lleva a donde quieras, sólo tienes que abrir las piernas.
Larissa: Pero no quiero usarlo para eso.
Déborah: Vamos será divertido, nos divertiremos, tus amigos también estarán allí.
Después de insistir mucho, acepté ir con ella. Me preparo rápidamente, me pongo unos jeans azul oscuro y una camiseta blanca de tirantes, me pongo unas zapatillas negras, Deborah lleva un vestido corto rojo y tacones.
Bajamos la colina hasta la plaza donde se celebraba el baile, nos encontramos con un grupo de amigos de Deborah, ella los abraza a todos, no me gusta ninguno. Mi hermana tiene tanto amigo extraño. Se acerca a mí con uno de los chicos.
Déborah: Esta es mi hermana de la que te hablé.
?: Hola, cariño.
Deborah: Ese es Frajola.
Frajola este es el dueño de la barriada, oh, Dios mío miren con quien se mete Déborah, esto no va a acabar nada bien.
Él me sonríe y yo le doy una sonrisa amarga y apagada.
Larissa: Voy a buscar a mis amigos.
Frajola: Bien, nos encontraremos.
"No tengo intención de toparme contigo nunca, hijo mío".
No me gustaban los amigos de mi hermana, este tipo Frajola me miraba de una manera que me molestaba, así que no me gusta ir a este tipo de lugares, tan extraños, camino entre la multitud hasta que me encuentro con mi amiga Manu.
Manu: No puedo creer que hayas venido.
Conocí a Manu en la escuela privada, era la única que no hacía bromas sobre mi vida en la favela, al contrario, siempre me defendía de las bromas pesadas.
Larissa: Estoy aquí.
Manu: Ven, vamos a bailar.
A ella le gusta mucho bailar funk, a mí también me gusta el funk pero no me gusta participar en los bailes, me dan miedo los traficantes.
Estamos bailando cuando siento una mano en mi cintura y burlándose de mí.
Larissa: Hey
Frajola: Vamos nena, sé que lo quieres.
Le empujo, Manu me agarra del brazo y nos vamos a bailar a otro sitio. Ya son las 3 de la mañana. El baile ha terminado pronto, la policía sube a la colina, Manu se va, yo espero a Déborah.
Déborah: Vamos, Lari.
Empezamos a subir las escaleras para ir a casa, vimos a dos chicos parados.
Déborah: Espérame aquí.
Lari: Déborah, no me dejes aquí sola.
Déborah: Vuelvo enseguida, no te preocupes.
Estoy esperando a Déborah, pero estoy muerta de miedo, ella está hablando con los chicos, entran en una casa, yo me quedo con el corazón en la mano.
Unos minutos después aparece Frajola. Eso es todo lo que me faltaba.
Frajola: Oye Lari, Déborah me pidió que te acompañara a tu casa.
Larissa: La esperaré aquí.
Frajola: Se divertirá, si sabes lo que quiero decir.
Larissa: Esperaré.
Frajola: Vamos nena, te llevaré con calma.
Acepto que me acompañe a casa, subimos las escaleras en silencio.
Frajola: Vamos por aquí es más rápido.
Larissa: Nunca he oído a nadie decir que esta forma es más rápida.
Frajola: Nadie conoce la favela mejor que yo. Soy el dueño, ¿lo has olvidado?
Larissa: Creo que es mejor ir por el camino normal.
Frajola: Por aquí en dos minutos y estarás en casa.
Entramos en el callejón que él dice que es más rápido, subiendo unas escaleras que nunca había visto, en un momento dado empieza a agarrarme.
Larissa: Para Frajola, déjame ir.
Frajola: Sé que me quieres, Lari, no tienes que hacerte la difícil.
Larissa: No quiero, déjame ir.
Me arranca la blusa, me sujeta los brazos contra la pared, intento darle una patada, pero me echa el cuerpo hacia delante para que no pueda mover las piernas.
Frajola: Hoy serás mía.
Intenta besar mi boca muevo la cabeza, cuando toma mi boca en un beso le muerdo el labio, me tira al suelo, me golpeo la cabeza y me desmayo.
Horas después me despierto en la puerta de mi casa sin ropa, me duele la cabeza y mis partes, me siento asquerosa.
Entro en la casa, mi padre no está y mi hermana tampoco, voy al baño y estoy sangrando, yo era virgen y ese tipo me quitó esto y más, me ducho y me acuesto en mi cama, pero no puedo dormir.
Le mando un mensaje a Manu y le cuento todo lo sucedido, horas después visualiza mi mensaje y viene a mi casa.
Manu: Lari, ven aquí.
Me abraza y se me saltan las lágrimas.
Manu: Vamos a la policía.
Larissa: No puedo.
Manu: ¿Por qué no?
Larissa: Es el dueño del cerro, si lo denuncio hará que me maten o le harán algo a mi padre y a mi hermana.
Manu: Si pudiera lo mataría.
Nos quedamos en silencio.
Manu: Oye, tengo un primo que es policía.
Larissa: Manu, dejemos pasar eso.
Manu: No deberíamos dejarlo pasar, él cometió un crimen contra ti, Lari.
Larissa: Sí, pero prefiero olvidar lo que pasó.
Manu: ¿Dónde está Deborah? No debería haberte dejado sola.
Larissa: Todavía no ha vuelto.
Manu: ¿Y el tío?
Larissa: Está en el bar.
Manu está conmigo todo el día, mi padre llega a casa borracho, insultando a Déborah.
Larissa: Papá, Déborah no está en casa.
Papá Fernando: ¿Y dónde está ella?
Larissa: No lo sé.
Papá Fernando: Esa chica me está rompiendo el corazón, en unos días aparecerá embarazada.
Se va al baño a ducharse, yo agarro el móvil y llamo a Déborah, pero me salta el buzón de voz.
...
5 días después de lo que me pasó, hubo una operación de la Policía Civil que detuvo a Frajola, confieso que me sentí más aliviada. Ahora hay policías por todas partes en el cerro y ya no se ve a los traficantes.
...
Déborah lleva 15 días sin venir a casa, y al tercer día fuimos a la policía para iniciar la búsqueda. Mi padre no lo soporta, perdió a su madre y un año después Déborah desapareció.
....
30 días y no tenemos noticias, tengo un poco de náuseas, envío un mensaje a Manu que viene a mi casa.
Manu: Hola Lari, ¿dónde está el tío?
Larissa: En el bar.
Manu: He traído una prueba de embarazo.
Larissa: ¿Crees que sí?
Manu: Creo que sí.
Voy al baño y hago la prueba y fue positiva, lloro mucho y estoy desesperada.
Manu: Cálmate, Lari.
Larissa: Ni siquiera he terminado la secundaria y ahora estoy embarazada de un tipo que ni siquiera me gustaría ver frente a mí.
Manu: Cuidemos al bebé.
...
Al cabo de unos días decido decírselo a mi padre. Me levanto temprano antes de que se vaya a trabajar.
Larissa: Papá necesito hablar contigo.
Papá Fernando: Puedes hablar.
Larissa: Estoy embarazada.
Papá Fernando: ¿Embarazada, Larissa? ¿Y quién es el
padre?
Larissa: No lo sé.
Padre Fernando: Eres igual que tu hermana y yo pensaba que eras diferente.
Prefiero escuchar las humillaciones de mi padre, que contarle lo que realmente pasó.
Padre Fernando: Apenas queda dinero para los gastos de la casa y ahora también eso de cuidar un niño.
Larissa: Voy a conseguir un trabajo a tiempo parcial.
Padre Fernando: ¿Embarazada, Larissa? No conseguirás nada.
...
Unas semanas después conseguí un trabajo de niñera, cuidaba a varios niños de las mujeres de la favela, Manu siempre estaba conmigo, como su condición económica es mucho mejor que la mía me daba todo el dinero.
Larissa: No era necesario, Manu.
Manu: Por supuesto que sí, ¿crees que el bebé dormirá en el suelo? No lo hará.
...
Durante mi embarazo sufrí varias humillaciones sobre todo por parte de mi padre, era motivo de bromas en el colegio, los vecinos decían cosas como "yo pensaba que era una santa, pero no sabe ni quién es el padre" "Si Dalva estuviera viva, estaría decepcionada"
Si mi madre estuviera viva, me apoyaría.
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Cuando nació mi hijo, Manu se quedó conmigo todo el tiempo en el hospital, era tan hermoso. Por mucho que viniera sin que yo lo quisiera, lo amaba de una manera inexplicable.
Durante el primer mes de vida de Henrique, Manu vino a mi casa todos los días.
Dejó de venir cuando su padre la envió a Canadá, pero seguimos hablando todos los días por videollamada. Me ocupé de Henrique sola.
...
Ha pasado un año, pasamos por varias dificultades, no encuentro trabajo, Henrique sólo está creciendo y no puedo comprarle las cosas que necesita, a mi padre le echaron del trabajo porque llegó varias veces borracho, al principio la empresa intentó ayudarle, pero por ignorancia no quiso recibir ayuda.
Hoy tengo 19 años, en mi casa no hay nada que comer, ya no soporto el hambre, salgo todos los días en busca de un trabajo y vuelvo sin nada.
Salgo un día más en busca de trabajo y lo único que consigo es un montón de no. Estoy volviendo a casa sobre las 13h, paso por delante de un restaurante, el olor a comida me revuelve el estómago que retumba con fuerza, decido entrar en el restaurante y pedir una Marmita, cuando la chica me la da la cojo y corro hacia la puerta, ella grita.
Chica: Es una ladrona, que alguien la atrape.
Corro y tropiezo con un hombre, que me coge de los brazos, la chica viene hacia mí.
Chica: Tenemos que llamar a la policía.
?: Yo soy policía.
Me esposan los brazos y me pongo a llorar, ahora me van a detener por querer matar mi hambre y la de mi hijo.
El hombre habla con la chica y el gerente del restaurante.
?: Voy a resolver este problema.
Entonces me tira del brazo y me lleva hasta su auto.
Me sienta en el asiento delantero y me abrocha el cinturón, mis manos están esposadas detrás de mí.
Se sienta a mi lado, es muy guapo y fragante.
Empieza a conducir, yo sólo sé llorar, llega a una casa, se baja del coche, abre la puerta y me tira del brazo, me sienta en el sofá de la casa y se sienta a mi lado.
Ryan: Me llamo Ryan Collins, soy un delegado civil, una persona no suele robar comida a cambio de nada, si tu excusa es convincente, te liberaré.