En todos mis años me había costado tanto alejarme de una persona como ahora. Sé que cometí un error grandísimo al expresarle lo que estoy sintiendo. Pero la necesidad de besarla nuevamente me llevó a hablar, a abrirme en una forma que jamás hubiera admitido. Si no fuera por su hijo casi me hubiera atrevido a proponerle ir a otro lugar, solo para hablar, tratar de descifrar que tiene esa mujer que siento me esta llevando por un despeñadero. Su belleza y calidez, aunado a la deliciosa sensación de besar sus labios me están encaminando a que diga y haga cosas que no son normales en mí. De tanta tensión contenida en el cuerpo por desearla de la manera en la que ha ido deportando mi cuerpo, me siento agotado. Miro el reloj también considerando terminar con el trabajo por este día. -

