Magnus se siente liviano. Su pecho sube y baja en una lenta danza mientras los pulmones se suministran de aire. Está recostado encima de una suave y sedosa superficie, pero percibe algo oprimiendo uno de sus costados... Un peso, que no puede determinar de qué se trata por estar ciego en la bruma de un relajante sueño. Es extraño. Jamás se había sentido así: tan calmado, pacífico, tan tranquilo. Es armonioso, pero el temor de que esto llegue a su fin comienza a calarle los huesos, como termitas haciendo su camino a través de un trozo de madera. ¿Qué sucede? ¿Por qué el cambio tan repentino? ¿En dónde está todo el peso en sus hombros, ese que ha cargado por años? No sabe cómo reaccionar, está hueco, pero al mismo tiempo, más lleno que nunca. Un perfecto contraste entre dulce

