Capitulo 1
Franco, mi abogado y mejor amigo, está sentado frente a mí, su rostro, cómo nunca sucede fuera de la oficina, está serio e inexpresivo. El ambiente extrañamente tenso, entre nosotros, me incomoda.
- Luca, lo leí, leí cada parte de ese acuerdo de divorcio y no hay nada oculto. Ella renuncia a su parte de las acciones y te las cede a ti, renuncia a toda clase de bienes en común y todo lo que ya he repetido muchas veces... Sólo pide una mensualidad para su padre, que deberá otorgarse hasta su muerte y en caso de que la empresa se venda, se cierre o cualquier otro caso, el monto equivalente a la expectativa de vida. Ni siquiera es un monto alto. Y tú sabes que el viejo con suerte vivirá unos 5 o 6 años más.
Lo miro estupefacto. Es mi jodido divorcio y el habla cómo si se tratara del cierre de un contrato con un cliente. Siento una inmensa opresión en el pecho, siento ganas de gritar, siento que de un golpe me quitaron el aire de los pulmones. Nunca, ni por un puto segundo se me ocurrió pensar que ella me dejaría.
- Franco...- trato de controlar mi voz y mi estado- necesito leer esto con calma, déjame hacerlo, lo reviso, si está correcto, lo firmo y te lo llevo mañana a la empresa.
- Maldita sea, Luca! Que parte no entiendes de que necesito que lo firmes hoy antes de las 17 hrs! Es la condición que puso tu casi ex esposa, para no pedir nada de lo que por derecho le pertenece, que es mucho! Está estipulado en el maldito contrato que firmaron tu abuelo y su padre.
La mano me tiembla, pase ocho asquerosos años luchando por esto y hoy me tiembla la mano! "Que mierda está mal contigo, maldito Luca Santorini!" .
Firmo y sé que ya no hay marcha atrás, sé que todo lo que dijo mi amigo y abogado, es real, podría confiarle mi vida a este hombre, sé que esto es lo busqué, desde el primer día de matrimonio... sacudo mis pensamientos y dejo que mi cuerpo se relaje y que el alivio llegue a mí. Por fin conseguí mi libertad y me liberé de esa mujer.
Pero nada pasa... La angustia crece junto con las ganas de tomar estos papeles y romperlos en mil pedazos.
- La verás en el juzgado?- Mi voz es más ronca de lo normal, parece querer quebrarse...
- No Luca, Amestica, su abogado se reunirá conmigo a las 17 hrs. El los traerá firmados antes de las 18:00, para poder hacer el trámite.
- Felipe Amestica?
- Obvio, cuál otro, es su mejor amigo.
- Y su perrito faldero...
- El amor es así, querido amigo mío. Me voy o no llegaré a tiempo, mañana te haré llegar los papeles ya firmados.
Si, ese imbécil de Felipe, quién más podría ser. Fue el quién vino por ella hace 5 días a las 2 am. Y la sacó de aquí. Después de la crisis que sufrió Anaís, mi casi ex esposa.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Agosto 2018
"Llegué a casa tarde, después de las 22 hrs. Cómo era bastante habitual en mí, para evitar verla, sí... habían días en que disfrutaba humillarla y sutilmente maltratarla psicologicamente, era lo menos que se merecía por hacernos esto, pero últimamente ese sentimiento de arrepentimiento? Cómo un pequeño malestar me incomodaba y prefería evitarlo.
Encontré dos platos de comida sin tocar y frios, dos copas de vino y recordé su llamada de medio día, llamada que no atendí y que mi secretaría tomó por mí. Y cuándo me dijo que mi esposa, preguntaba a que hora exacta llegaría a cenar, le respondí sin pensar mucho, que a las 20 horas.
Nada realmente importante, al menos 3 días de cada semana, la dejaba con la cena servida, a veces incluso para salir con mis amigos.
Pero hoy, algo se sentía distinto. Le pregunté a Elisa, por la señora y me dijo que había estado esperando por mí, sentada a la mesa hasta las 21:00 horas aproximadamente y luego se había retirado a su cuarto.
Su cuarto, bastante alejado del mío, por razones obvias. Subí despacio y sin hacer ruido, no quería su melodrama otra vez. Justo cuándo iba a cerrar mi puerta escuché un golpe fuerte, muchas cosas estrellándose en el suelo y luego alguna otra, parecía dar con la pared... me acerqué a su puerta y la escuché llorar. Algo que también era común, algo no grato se revolvió en mi interior y me recordé que ese era mi objetivo, quebrarla, hasta el punto que estuviera de acuerdo con nuestro divorcio. Joder su vida, cómo ella jodió la mía, por sus malditos caprichos de niña mimada. A las 2 am., la escuché arrastrar algo escaleras abajo, tratando de no hacer ruido. Pero la verdad es que yo estaba muy despierto aún y la oí de todas maneras. Un auto paró en la entrada de la casa, me asomé a mi balcón y pude comprobar que era el auto del maldito Amestica, que metía una maleta en la cajuela del auto, se subió a éste y desapareció a gran velocidad por el camino de la entrada de nuestra casa. Me reí molesto, ésta vez, Anaís, había llevado su espectáculo un poco lejos, pero su crisis de unas horas atrás, me recordaba que estaba cumpliendo con lo que me había propuesto y me decidí a disfrutarlo.
Caminé hasta su habitación y me sorprendió encontrar la puerta sin llave. Al abrir, algo se estremeció dentro de mí. Todo estaba roto, fotos, adornos, su armario, era un caos total. La cama desarmada y el cuadro que tenía en la pared de nosotros abrazados, a los 6, 10, 15 y 18 años cortado en miles de piezas pequeñas. Algo me pareció definitivo en ese acto y al dirigirme a su baño, encontré algunos perfumes rotos, cremas... sólo faltaba lo esencial: cepillo de dientes y pelo y su perfume favorito. El que usa desde que cumplió los 15. Apagué la luz y decidí volver a mi habitación, mañana mandaría a arreglar este desastre, para cuándo decida volver, que probablemente será mañana antes de la cena. Fui a apagar la lámpara de su velador, pero un brillo metálico, llamó mi atención: La argolla de matrimonio, la misma que no se quitó ni una puta vez en estos 8 años. Si, yo nunca use la mía, pero ella, ni una sola vez dejó de usarla, estoy muy seguro.
Una alarma se activo en mi cabeza, pero decidí ignorar todo y descansar, necesitaba dormir. Esa noche fue una pésima noche, parecida a todas las siguientes, hasta hoy..."
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~