El sol de la tarde iluminaba las calles mientras caminaba de regreso de la escuela. Mis pensamientos, como casi todos los días desde que comenzaron las lecciones con mamá, estaban completamente atrapados en ella. No podía evitarlo. Todo en mi vida había dado un giro inesperado desde esa primera conversación, desde el momento en que supe que me iba a enseñar sobre sexo.
Al principio, pensé que sería algo teórico, conversaciones incómodas que intentarían explicarme lo que no entendía. Pero ahora sabía que era mucho más que eso. Mamá había transformado cada encuentro en algo tan íntimo, tan cargado de tensión, que no podía pensar en otra cosa durante el resto de la semana.
Me fascinaba cómo había cambiado nuestra relación. Siempre habíamos sido cercanos, pero ahora esa cercanía tenía un mat
