Mientras hablaba, casi sin darme cuenta, llevé mi mano a uno de sus senos. Ella dejó de acariciarme, para dejar que la tocara a mi antojo. Ahora era mamá la que estaba boca arriba, mientras mis dedos se cerraban en su seno. Con la otra mano, acaricié su cabello.
—No creo que haya muchos chicos que aprendan sobre sexo de esta manera, Lolo —dijo—. Pero sí que hay prácticas que están mucho más naturalizadas. Que no son mal vistas, a pesar de que son aberrantes.
—Como cuáles —quise saber, lleno de curiosidad.
—Bueno… Quizás ahora no se haga tanto como hace algunas décadas. Pero siempre fue muy común que un chico tuviera su primera relación s****l en un prostíbulo, llevado por su propio padre, o por algún tío.
—¿En serio? Qué raro —dije. Me incliné y le di un mordisco al pezón, que ya empez
