Me acerqué. Sentí la suavidad de su muslo desnudo al sentarme junto a ella. Estaba sucediendo otra vez. Estaba cayendo en la desesperación, en el deseo apenas controlado, y solo por estar a su lado. —Lo primero que tenés que entender —empezó— es que la mayoría de los hombres habla durante el sexo como si estuviera actuando una película porno mal doblada. Exageran, dicen cosas repetidas, frases vacías. Y, en general, usan frases con las que denigran a las mujeres. Esto está tan normalizado que incluso muchas mujeres lo aceptan como algo “bello”. Pero en realidad no suelen estimularnos esas cosas. —Entiendo —dije. No podía negar que tenía razón. Y eso que no agregó la que yo mismo había usado cuando intimamos. “Puta”. No sé por qué, pero pronunciar esa palabra mientras penetramos a una mu

