Sacó la polla del todo y empezó el proceso de nuevo, empujándose hasta el fondo hasta que mi cuerpo se soltó y lo dejé entrar. Mis lágrimas seguían, con la boca abierta de asombro por lo profunda y dolorosa que fue la penetración. Mami me sujetó las piernas con firmeza todo el tiempo, a veces con una mano para acariciarme la cara y limpiarme las lágrimas.
"¿Te gusta esa polla en tu culo, nena?" preguntó ella.
Con la boca abierta, no respondí, mi cabeza se balanceaba con las embestidas de papá en su regazo.
"Aquí, cariño, chupa a mami mientras papi te rompe el culo", dijo, moviendo su teta goteante sobre mi boca para que pudiera prenderme.
Cerré los ojos y succioné, dejando que la leche me inundara la boca, intentando distraerme del dolor que sentía en el culo. No sé cuánto tiempo me fo
