Demian se quedó en silencio después de mis palabras,e miraba como si le costara creer lo que acababa de escuchar, como si no supiera cómo reaccionar ante el hecho de que, por fin, yo había soltado la soga.
—Azucena —exclamó mi nombre después de unos segundos. —Nunca había besado a otra mujer desde que nos casamos, no había estado con nadie más y ahora me siento mal por haberlo hecho, no sé cómo pude dejar que pasara.
Lo observé detenidamente, por primera vez en mucho tiempo no vi arrogancia en su rostro, ni indiferencia, pero lo que sí vi es que solo culpa.
—pues claramente ya besaste a alguien y peor te acostaste con ella —dije con tranquilidad. —porque, claramente, la amasc Mildred es bonita, es encantadora, y es normal que la desees como mujer, yo lo entiendo, es lo natural, Demia
