ZANE La quería de nuevo en mi cama, y no sabía si me estaba obsesionando con ella. No me la podía sacar de mi cabeza. Había pensado que con pasar una noche la tentación por ella se me quitaría, pero la verdad de las cosas es que resultó ser todo lo contrario. Estaba más empeñado que nunca en tener otra noche con ella. Sabía que era un juego peligroso, pero poco me importó. Era la hija de mi enemigo empresarial, eso era claro, pero Chantal era diferente. Era un volcán de sorpresas. Fue arriesgado lo que hice en la sala de juntas. No voy a negar que no sentí excitación, porque fue bastante emocionante hacerle saber que la deseaba frente a todos, con la presencia de su papá y hermanos, en un idioma que solo nosotros entendíamos. Debí haberme ido a mi casa, o quedarme con alguna otra mu

