CHANTAL Sentí que mi pecho estaba vibrando de indignación mientras el taxi se acercaba a nosotros. No podía pensar en nada más, más que en la manera en como mi papá nos había desechado a los dos. Sí, estaba enfurecida y me tenía que tragar el coraje de la humillación que mi papá nos había pegado. — ¿A qué tipo de negocio llegaste con Corleone? —insistió, con una mezcla de curiosidad y desconfianza. Sonreí con una calma que no sentía. Había trabajado demasiado duro como para dejar que mi papá me arrojara al borde del abismo sin luchar. Pero no podía compartir todos los detalles, no aún. Leonardo era leal, y tenía que saber si era leal a mí, a sus principios, y sobre todo si este acercamiento de hermanos era real. — Un negocio que puede darle la vuelta a todo —respondí mientras abría l

