Aún no habíamos llegado al punto de casarnos, pero nuestra relación continuaba floreciendo. Aquella mañana, mientras Emma jugaba en su habitación, Alex y yo nos encontrábamos en la cocina, compartiendo un silencio cómodo mientras preparábamos el desayuno. La noticia que estábamos a punto de compartir con Emma llenaba la atmósfera de emoción. Finalmente, Alex rompió el silencio. "Lena, creo que ha llegado el momento adecuado para contarle a Emma sobre nuestra decisión". Asentí con una sonrisa, sabiendo que era el siguiente paso en nuestra relación. Emma, la encantadora hija de Alex, era una parte fundamental de nuestras vidas. Alex se dirigió a su habitación mientras yo me preparaba para el desayuno. Emma estaba sentada en su habitación, rodeada de juguetes y dibujos. Alex entró con una

