Sola

1431 Palabras
Sola El llamado Mike se sentó en la cama al escuchar la expresión de Evan. — ¡No me jodas! ¿Estás hablando en serio mi amigo? El otro trató de ocultar lo que quiso decir con aquella expresión, respondiendo: —¡Claro que no! Es una expresión y nada más. — ¡Oye, por un momento creí que te habías enamorado de la “escort” Evan! Me habías preocupado, ese tipo de mujeres solo son para un momento, nada de complicar tu vida con una mujer como esa que ha pasado por la cama de muchos millonarios como nosotros. Evan movió su cabeza de un lado a otro con tanta fuerza para negar,como si su amigo Mike lo estuviera viendo, que una punzada de dolor atravesó sus sienes con un potente dolor, emitiendo un quejido involuntario. —¡Oh! ¿Estás loco? Esa mujer como tú dices no es mi tipo, solo que se fue sin esperar su pago y quería llamarla para transferir el dinero a su cuenta. — !Ah ok! ¿Ese quejido fue por qué?— dijo su amigo Mike. — Un dolor de cabeza descomunal que me dejó el encuentro con la mujer ésta— respondió Evan. De inmediato Mike, le pasó lo que solicitaba,olvidándose por completo del asunto. Más no Evan que no podía sacarse los ojos de ésta chica,mucho menos la noche intensa de amor que vivió con ella, se quedó un buen rato en la cama pensando: —«Para ser una mujer acostumbrada a acostarse con cualquier hombre por dinero, parecía tímida en mis brazos, claro que después mostró ser un volcán de fuego en la cama, aunque no soy muy experto estando con este tipo de mujeres, pero debe ser nueva en el negocio». Se comunicó con Lotty con la excusa de pagarle lo que adeudaba. — ¡Hola cariño, ¿por qué me dejaste sin despedirte? Me hubiera gustado tener una sesión de amor contigo al despertarme— dijo con voz seductora. Lotty que se estaba despertando al oír la llamada se quedó confundida con aquel saludo, entonces recordó a Catalina y abrió los ojos como platos por la sorpresa, no imaginó que ésta se acostaría con el hombre. — ¡Ay mi amor de haberlo sabido me hubiera quedado, pero un nuevo cliente esperaba por mí muy temprano en la mañana, lástima que el muy desgraciado me embarcó, ¿Ves? Perdí de ganar un dinerito extra contigo, otra vez será. — Tu voz suena diferente por teléfono — dijo él. — Amanecí resfriada, eso fue por salir tan de madrugada, otro factor que lamento por no quedarme entre tus sábanas, mi amor— respondió ella. Él apretó los labios en gesto de desagrado, está parecía no ser la misma mujer de la noche anterior hablaba diferente, decidió pedir el número de cuenta para transferir el dinero y cortó la comunicación. Catalina se quedó pensando qué hacer con aquel dinero ganado, realmente no se imaginó que era tanto, pero le vendría bien ahora que estaba sin empleo; a sólo pocos días para celebrar la navidad, pensó que se daría unas vacaciones quedándose en casa, ya los primeros días de enero, se pondría a buscar un nuevo empleo. Decidió ir hasta la oficina ese día, necesitaba finiquitar lo de su liquidación, se acercó a la oficina de recursos humanos y pidió información de cuándo podría pasar por su dinero, el empleado de allí se quedó sorprendido al saber del despido de la muchacha; llamó a la ex jefa de Catalina, la mujer confirmó que ya no trabajaba más allí. —“¡Sí, denle su cheque lo más pronto posible, pues no quiero saber más de esa inútil!”— había gritado la mujer. El empleado hizo un gesto incomprensible con su rostro y dijo Catalina: — Ven en una semana, prometo tener todo listo para tí, lamento que haya escuchado ese insulto. — No se preocupe, ya estoy acostumbrada, tenga un buen día— dijo amablemente ella. La muchacha decidió dar una vuelta por los lugares comerciales, quiso comprar algo alusivo a la navidad, para mejorar su entorno, de regreso, al entrar en su departamento, encontró a su ex novio sentado en el sofá. Al verlo, el enojo subió al rostro de la muchacha y exclamó: —¿Que se supone que haces en mi casa, Peter Wilcox? — Necesitamos hablar, mi tesorito!— suplicó éste. — ¿Hablar? ¡Si todo quedó dicho ayer! ¡No hay palabras que quepan al ver la escena familiar que me mostraste, al encontrarte en ese centro comercial, en lugar de estar de viaje, como me dijiste— exclamó ella. — ¡Eso que viste, tiene una explicación, lo juro!— dijo Peter con voz de desespero— Tesorito, me estoy divorciando, es insostenible mi relación con esa mujer, ¿por qué crees que me refugio contigo? — ¡Porque eres un maldito mentiroso, hipócrita e infiel!— respondió ella— ¡Peter, eres un hombre casado, además con hijo, no te da vergüenza venir aquí a justificar tu descaro! —¡No, porque yo te amo Catalina! ¡Mi esposa me tiene harto, no la amo, ella lo sabe, solo quiero estar contigo, te juro que ya no volveré con ella, tu eres a la única que amo, solo me importas tú, por favor cree en mí!— suplicó el hombre. — ¡No Peter, me engañaste con toda la intención, nunca me dijiste que estabas casado, ocultaste a tu familia ante mí, si ayer no hubiera perdido mi empleo, aún estaría ciega, creyendo que era la única mujer en tu vida, así que deja de fingir, ahora todo encaja, el vernos de vez en cuando, tus viajes repentinos; ya no creo en tí, dame mi llave y vete de mi casa, lo nuestro se terminó! — ¡Catalina, yo te amo, mi tesorito!— suplicó él. — ¡Deja de llamarme así! ¡Mentiroso e infiel!— gritó ella— ¡Fuera de aquí! Él se encaminó hacia la puerta y ella lo llamó: —¡Peter! Él se volvió con la esperanza dibujada en el rostro, pero ella solo extendió su mano y dijo: — ¡Dame la llave! ¡No quiero verte nunca más en mi vida! Él apretó la mandíbula y sacó su llavero, separando dos llaves, que entregó a la muchacha para luego decir: — Tienes razón, no tengo porque rogar, total el sexo que me dabas era de baja calidad, ni siquiera te movias rico en la cama, eras súper aburrida, tengo mejores prospectos que tú. Ella alzó la barbilla y respondió: — Sí, tienes razón, el sexo contigo si que es un dede mala calidad, anoche pude comprobarlo. Peter abrió los ojos y la boca al mismo tiempo, jamás esperó una respuesta como aquella de Catalina, siempre tan mesurada y tímida en su hablar, realmente estaba sorprendido, así que dijo: — Se que lo dices para tratar de lastimarme, pero sé que tú eres incapaz de conquistar a un hombre, si yo no me hubiera acercado a tu vida aquella noche, nunca alguien te hubiera quitado la virginidad, recuerda fui tu primer hombre y único hombre, no eres nada atractiva para el sexo masculino. Ella al escuchar a aquel hombre hablar tan despectivo de ella, estalló diciendo: —¡Fuera de mi vista, desgraciado cabrón! ¡Fuera! El hombre salió dando un portazo, ella se sobresaltó por aquel golpe, luego lloró, mas por la impotencia, que por el engaño recibido de aquel hombre, recordó perfectamente aquel día, ella estaba sentada en un antro supuestamente en una cita, donde fue embarcada por una grandísimo idiota del cual, ni siquiera recordaba su nombre. Peter se había sentado a su lado sacando conversación, desde ese día habían compartido número telefónico y él la volvió a llamar, empezaron a salir y unos meses después durmió con él por primera vez, ya hacía año de esto, allí Peter se había dado cuenta que ella con más de veinticinco años, aún era vírgen. Realmente siempre estuvo estudiando y cuidando a su madre y la frágil de salud de ella, cuando cumplió diecinueve años, falleció, así que se refugió en terminar su carrera para no sentirse tan abandonada, consiguió trabajo en Corporación Gilbert, dónde trabajó hasta ese día anterior. Mientras más pensaba en Peter Wilcox, más lo odiaba, solo había sido un escape para soportar su soledad, no sabía si tenía más familia, su madre nunca le habló de alguien más, así que cuando ella falleció, se quedó sola en el mundo.
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