2 horas más tarde… De un lujoso crucero, recién encallado bajó una feliz pareja. La brisa cálida de Palermo chocó contra sus cuerpos, e hizo agitar el hermoso vestido blanco de lino de la mujer. El día estaba despejado y muy caluroso, y todo invitaba a pasar una linda tarde en la playa de bahía Lazur, sin embargo, el enamorado hombre tuvo otra idea, pero antes se preguntó ¿Por qué esperar más? Miró a la chica, e inmediatamente supo que ella era el amor de su vida, parecía algo imposible; haberla conocido en un crucero en medio de la nada y saber al instante que ella era la indicada, la futura madre de sus hijos. A veces las coincidencias pasan pensó. La chica miraba atenta un puesto de artesanía, y jugueteaba con un anillo de plata azul que había llamado su atención. Dylan tomó aire y

