Te encontré. Caminó al lado de Killian de manera rápida, en ese momento más que nunca sintió unos ojos sobre ella. Al llegar al lugar en donde se había estacionado de manera inmediata desactivó la alarma, abrió la puerta del piloto y se subió al auto. Le hizo señas con la mano a Killian de que todo estaba bien, y que podía regresar al establecimiento. Cuando giró la llave en el contacto, y el motor rugió no perdió tiempo y salió del estacionamiento perdiéndose en la carretera rumbo a su casa. Las cosas con las que había tenido que tratar casi tres años atrás, la habían marcado para siempre. Empezando por su fisionomía, y también su autoestima. En España había ido de nuevo a terapia con su psiquiatra Andrés. Fue como quitarse diez kilos de encima, pero a ella todavía le quedaban muchas

