Al día siguiente antes de comenzar mi jornada laboral le escribo a la Señora Thompson un correo.
Buenos días Señora Thompson, me gustaría se reunirme con usted Atte. Licencia Mérida
Enviado. Bueno listo ya lo envíe, dejo el teléfono en mi habitación, tomo aire y comienzo hacerlos deberes. Comenzando por una chequeo rápido de los abuelitos eso me toma una hora ya que me extiendo un poco más el Sr Cristian.
Quien padece de Alzheimer y últimamente está muy débil. Siendo honesta no le queda mucho tiempo en este plano así que hay ayudarlo en lo que se pueda.
Por suerte llegar Steven a quien le fascina poner la alegría y a veces creo que pone demasiada
Viene vestido de payaso ¡Santo Dios! Y no tardó en preguntarle
—¿A caso ya es carnaval? O ¿Halloween? Porque me perdí.
—Mami ni uno ni lo otro, hoy soy alegría, diversión. Lo de perdida no lo eres pero creo que te falta un poco de perdición—Comenta mientras se arregla su peluca de colores
—Bueno te dejo, no lo mates de un infarto. Mira que en cualquier momento nos deja—Le susurró y salgo de la habitación.
¿De verdad es tan malo ser así? Tranquila, sin pensar tanto en sexo, en un hombre, en una noche loca —resoplo mientras camino y continuo con mi ronda
Llegó al cuarto de la señora Nazareth mi abuelita especial y la consigo con su mejor ropa, peinada, con sus labios color carmín, perfumada y hasta sus uñas pintadas.
—Mi viejita que hermosa estás—Replico al verla tan arreglada y continuó—¿A dónde vas? O ¿quién te vendrá a ver?
—Hija pasa, vendrán mis nietos y quiero que me vean linda
—Que bueno, estás hermosa les darás una grata sorpresa—Le digo
—Merida me gustaría verte un día así—me indica sonriente
—Así maquillada?—pregunto por curiosidad
—Si maquillada y feliz. Hija te tengo mucho cariño y me gustaría verte disfrutar la vida no todo es trabajo—Me dice y llega su familia, salgo de la habitación me voy a mi recamara por un momento.
Entro me quedo frente al espejo y pregunto ¿Tan mal estoy que todos me quiere ver con un hombre?. Yo no veo nada malo en eso, me siento bien así
Tomo aire y escuchó mi teléfono sonar llaman
Es la Sr Thompson
—Hola Señora Thompson, ¿Cómo le va?—La saludo y tomo asiento en mi cama
—Estoy muy bien, te llama para avisarte que este viernes iré por ti para finiquitar detalles de tu empleó. Pues te necesito ya trabajando Mérida—No he comenzado y ya me siento presionada
—Señora Thompson me recuerdo que antes de comenzar debemos dejar unos puntos bien en claro con respecto a mi horario de trabajo ya que no pienso tolerar la misma situación que ocurrió con su padre —Le replicó, debo tomar el mando con ella por qué si no ni respirar me dejará.
—Está bien Mérida, el viernes en la mañana hablamos. Hasta entonces
Cuelga y ni adiós dice, hay que ver que la gente rica es la menos educada pues cree que son dueños de todos.
Salgo de la habitación y continuo con mi día de trabajo. Cuando llega la hora del almuerzo me reúno con Scarlett y Stiven. El sigue con su peluca ridícula de payaso, hoy es un día largo.
—Buen provecho chicos—Les digo mientras tomo asiento
—Hola amiga —Dice Scarlett sonriendo, están muy contentos hoy y les pregunto
—¿Y a que se debe tanta alegría?—Quiero estar informada
—Scarlett se ligo a un tipo guapo, guapísimo—Replica Steven
—No me lo ligue, solo hablamos—Comenta Scarlett mientras toma de su jugo
Me muero de curiosidad hoy solo vi a los nietos e hijos de la Señora Nazareth no había más nadie que yo sepa
—Es uno de los nietos de tu querida Nazareth—Dice Steven y añade —Y está buenísimo, yo intenté atacarlo y hasta lo lleve a la habitación de la señora pero nada de nada.
—¿Y tenías puesta esa colorida peluca?—Indago para quizás despertar esa lengua viperina que tiene Steven
—Si, ¿Será por eso que no le guste? —Comenta mientras se toca esa ridícula peluca
—No, no es gay—Gruñe Scarlett.
Solo me toca reír viendo a estos pelear por un tipo, que ni siquiera conocen. Luego de tanto oírlos parlotear para ver quién se quedaba con el hombre les pregunto
—¿Pero a quien le dio el número o invito? ¿No me digan que están aquí discutiendo y ni el número les dejo o pidió? —Pregunto porque esto ya se está volviendo un bobada
Ambos de miran y el silencio por fin llega a la mesa
—¿En serio? —Pregunto al ver que no comentan nada, es obvio que no les dejo ningun número y ellos aquí de tontos peleando. Para sacarlos de quicio y cobrarme varias suelto una estrepitosa carcajada y casi me hago pipí, cómo sé que les molesta mi risa más me río.
Debo aprovechar, son pocas las veces que ellos la embarran así que lo disfrutó.
—Merida, tu que eres gran amiga de la señora Nazareth….
No dejo seguir hablando a Scarlett y niego con la cabeza porque se que me van a pedir y la respuesta es no.
—No,no,no y no. No le pediré nada, además ni sé quién es el muchacho. Así que no—Farfullo, no me gusta inmiscuirme en cosas así.
Además si el se fuera interesado en alguno de ellos de seguro apuntaría sus números. Ambos me ponen cara triste pero no.
—¿Oigan salimos el sábado? —Preguntó para cambiar el tema
—¿Disco?—Pregunta Steven mientras sube sus manos al cielo, chasquear sus dedos y comienza a decir —Huuuu huuu Huuu —Bailando en la silla
—Pues yo no puedo—Dice Scarlett
—¿Y eso?—Pregunto
—Pues me toca ir a casa, una de mis primas se casa y asistiré a su boda—comenta
—Ah que lastima, es una pena que se case—Bromeo
—¡Merida! —Replica Scarlett
Steven se ríe y casi se ahoga con su jugo, le sale hasta por la nariz. No puedo soportarlo y me da un ataque de risa tan fuerte que mis lágrimas salen. Es raro pasar un rato así divertido y sin preocupaciones.
Me levanto temprano, arreglo mis cosas, me baño y me alisto hoy es viernes. Tengo la reunión con la Sra Thompson estoy nerviosa. La semana pasó volando entre tantas actividades que no me di cuenta y ni le di otros vistazo al caso del chico.
Cuando ya estoy casi lista suena mi teléfono es un correo de la Sr Thompson dice
Buenos días, mi chófer te recogerá a las nueve de la mañana en punto, te veré en una de mis casas. Atte Sr Thompson.
—¡Mierda! ¿Será que piensa que me iré con ella hoy mismo? Está loca si cree eso—Replico al aire
Entorno mis ojos y me recojo en cabello hoy amaneció mas rebelde que nunca y siento que pesa un kilo.
Me tomo mi tiempo, me arreglo, desayuno y alisto mis apuntes mientras refresco mis ideas debo estar preparada.
Steven se acerca a mí habitación y réplica
—Mérida, te solicitan en la entrada un hombre bien vestido y elegante —Añade Steven
—Gracias, ya voy—Le indicó
—Suerte, con la brujita esclavizante —Me dice y se va dando una de sus vueltas locas Pavoneándose por todo el pasillo.
Salgo y si es el chófer de la Brujita esclavizante. Perdón de la Sra Thompson rectificó
—Buenos días —Le saludo amablemente mientras me acerco
—Buenos días Señorita, la Señora Thompson la espera—Me índica mientras me habré la puerta del automóvil
Es extraño, no acostumbro a tratar así de formal a las personas y mucho menos que hagan todo por mí.
Nos vamos y en menos de veinte minutos ya estamos entrando a la modesta casa de la señora Thompson. Es inmensa, imponente y hermosa una típica mansión de millonarios.
El chófer me lleva hasta la entrada y un mayordomo viene a mi encuentro, es un hombre de unos cuarenta años, bien parecido y refinado. Tiene el Gay tatuado en la frente, no se pero los reconozco desde lejos con solo verlos.
—Buenos días Señorita Mérida, la Señora Thompson la espera terraza sígame por favor—Me indica mientras me muestra el camino.
Al llegar ella está allí esperándome sentada tomando café. Se ve hermosa como siempre, me gustaría llegar a su edad y verme así.
—Bienvenida Mérida, toma asiento —Me indica mientras se levanta y me saluda con un beso
Le sonrió y digo
—Buenos días y gracias a usted por recibirme en su hogar—Le comento y tomo asiento
Me traen de inmediato café y galletas
—Gracias —Resoplo
—Mérida quiero ir directo al grano ¿Qué haz pensado? Dame tu veredicto—Pregunta sin tantos rodeos. Ella es clara me quiere aquí por algo y no perderá su tiempo
Trago saliva y hay vamos
—Revise todos los informes y placas de su hijo, además hablé y pedí segundas opiniones a varios colegas y de acuerdo a ello llegue a una conclusión—Le indico mientras tomo aire
—Dime —Pregunta ansiosa
—Hay la posibilidad de que su hijo recobre la movilidad en sus piernas…
Mientras le hablo puedo ver que su en su rostro hay una sonrisa, tiene esperanza de ver de nuevo caminar a su hijo
Continúo
—Hay una nueva terapia con electricidad, pequeños toques en su piernas y cierto tipo de terapia que al ser trabajadas al mismo tiempo pueden hacer que el paciente recobre poco a poco su movilidad —Le indico
Aunque es una muy buena noticia para ella debe saber todo y continuó
—Déjeme aclararle que esta terapia necesita de la colaboración del paciente, ya que sin ella la posibilidad de fracaso es de un noventa porciento. Así que le recuerdo lo que le dije hace una semana. Si su hijo no colabora ni está psicológicamente bien mi trabajo sería una perdida de tiempo, tanto para mí como para ustedes.
—Mérida el está preparado —Réplica emocionada y añade —¿Cuándo comenzarás?
—Cuando aclaremos los términos de mi horario laboral —Respondo
—Habla —Me indica
—Trabajo de Lunes a Viernes, de ocho de la mañana a cinco de la tarde con una hora para almorzar y días festivos libre. Mi sueldo…—Me interrumpe y comenta
—Por tu sueldo no te preocupes te pagaré en la semana lo que ganas en un año pero necesito que ya mismo te instales en la casa de California allí está mi hijo—Me informa
¡Mierda! recién Salí de allí y ¿Ahora debo regresar? Pero por ese sueldo lo haría. No me deja pensar mucho y continua
—Te quedarás allá, te prepararé un lugar. Quiero que estés cerca y tranquila que después de las cinco de la tarde no se te molestará—Me informa
Creo que me meteré en un problema pero aceptaré
—Esta bien, pero le advierto si su hijo no colabora recojo mis cosas y me voy no lideare con niños malcriados—Le gruño y arqueo una ceja
—Perfecto—Resopla —El lunes nos vamos a California—Añade
¡Carajos! ¿Tan rápido?