Es irónico que en tiempos de guerra nos demos estos lujos, sentía una felicidad casi culpable, debido a treguas inesperadas de los dos bandos era posible disfrutar y salir a menudo, en otras situaciones las cuarentenas obligadas no tardaban en aparecer, arrebatándonos la libertad
Estábamos todos juntos, intentaba calzarme los patines que de manera equivocada los comparé con la talla de mis zapatos cuando los compré, me dolían las falanges, todos se veían estupendos, era la única que parecía rompérsele los tobillos, me estabilice, aunque mi mente estaba quieta, los dolores físicos estaban matándome.
Marius ayudaba a Esther a no perder el equilibrio, parecían tener bastante práctica, Patricia se movía excelente, cuánta praxis y hasta podría decir cuánto talento, yo al comienzo era un completo desastre, no me atreví a solicitar ayuda, quería evitar patinar, en ese momento Marius me dió su apoyo, me trató junto con Esther como a una niñita que tenía que aprender desde cero. Primero tenía que aprender a caminar, luego con más práctica aprendí a moverme con mayor velocidad, en el transcurso de mis pequeños progresos sentía que me iba a romper las piernas, tanto Esther como Marius tenían elegancia, yo en cambio estaba tan desequilibrada que no matarme fue un milagro, estaba que daba pena, los pequeños me veían con burla, ya que aprendían de manera mucho más veloz. Me di cuenta de mi falta de ejercicio físico porque tenía los músculos atrofiados y también estaba muy rígida
—Vamos Phoebe, ¡tu puedes!—me decía Esther
—Es que no ven que parezco una estatua —los demás se movían como tigres
Hasta que no pude con el equilibrio y caí de nalgas, sentí que me fracture el coxis y hasta la columna, zonas por demás sensibles e importantes
Patricia comenzó a reírse de manera incoherente
— Pareces una tabla por lo delgada que estás— ese momento no tenía nada de gracioso para mí. Marius me ayudó a levantarme, me quedé sentada con Esther mientras Marius patinaba de manera rítmica y elegante, Patricia se esforzaba demasiado, se notaba a leguas que quería ser admirada y envidiada. Unos patinadores profesionales comenzaron a danzar con una simetría perfecta, realizando una coreografía imposible de realizar sin la suficiente práctica, Patricia al tener la mira puesta en los patinadores no se percató de sus pasos y también cayó , solo que de manera más graciosa que yo, por poco se rompe la crisma
—¡Hey! ¿que paso? ¡te quedaste sin cachas!—me burlé, mas al instante sentí mucha pena, el dolor era tan insoportable que quiso llorar. Su rostro de lo pálido que era se puso como un tomate, parecía que estaba a punto de llorar.
Marius la ayudó a levantarse, fueron al baño
—Eres muy buena patinado—le dije a modo de halago a Esther
—Es la práctica, lo hago desde niña
—¿Como haces para no perder el equilibrio?
—Es como andar en bicicleta, la práctica lo hace todo, mi cuerpo lo hace sin pensar— esta clase de inteligencia se desarrolla por automatización, no se necesita una inteligencia adaptativa que se acople a los cambios, esta es la primera generación que está mejor instruida en conocimientos pero con menor cociente intelectual para futuros desafíos que enfrenta la humanidad, las tecnologías nos hacen perezosos mentales, ya que la creatividad y el pensamiento crítico también viene en bandeja de plata. Quizás sepamos la capital de Francia o la velocidad a la que gira la Tierra, el problema es usar esos conocimientos para revertir - por ejemplo - el cambio climático. Para desarrollar esta habilidad hay que olvidarse del pasado, quedarse sin datos a la mano. Muchas de las cosas en las que nos basábamos antes no sirven y ya no tienen validez. El pensamiento lineal y las expectativas ya no sirven porque la vida es incierta, está llena de incertidumbre y nada es seguro, ese es el motivo por el que busco un refugio interno seguro.
Esther se puso a fumar como una chimenea, la verdad no me imaginé que fumara, estaba que desprendía un olor asqueroso, no tolero el olor del tabaco, sentí náuseas
—¿Que paso, fumas?—mi primer intento para no liarla era decir si, mi parte más humana buscaba aprobación e incluso ser parte de un grupo, me dejé llevar
—Dale, solo uno—al cabo de dos minutos sentía que tocía a más no poder, Esther me golpeaba la espalda suavemente, dándose cuenta de mi total falta de experiencia
—¿Que a pasado?
—Que he metido la pata—decía, aún atragantándome, me dieron ganas de vomitar
—Tranquila, ¿es tu primera vez?
—Aja
—Espérame, en un rato vuelvo—se marchó y podía ver su natural empatía, a veces creo que el hombre es naturalmente bueno, que en escencia estamos inclinados a ayudar, que el mal en nosotros es una respuesta aprendida, si nacieras en un país compasivo y solidario, estás tendencias se instalaría en ti, pero el mundo enseña la competencia y el culto al egoísmo. No solo creo que somos una hoja en blanco que le vas sumando agregados, sean estos buenos o malos, creo en el absoluto, en un conocimiento que va más allá del bien y el mal, esa parte de ti que no es ni fría ni caliente.
Veía a todos esos mirones también, deben haber disfrutado como nos rompíamos la madre. Por periodos me entristecí de tanta miseria acumulada junta, lo digo por los demás, hay tanta ignorancia, pensé que debía aprender a aceptarlos, a no juzgar ya que al fin y al cabo un mismo lazo humano nos une, siempre me siento diferente al resto, es una trampa también, a veces olvidamos que los demás sienten como nosotros, tienen necesidades similares, y creemos que la otra persona es otro lío que no corresponde a lo que nosotros sentimos, quisiera poder escalar y superar la barrera del egocentrismo. Me sentía también superior, y eso me entristecía, me apenaba ver cómo en otros grupos nadie intentaba demostrar su valía, nadie comparaba, mi cabeza aún estando repleta de verdades elevadas de libros, padecía de altivez, lo reconozco. Existe un sentimiento detrás de un juicio de valor, muchas veces hablamos lo que sentimos, si mi cabeza decía: ¡esta chica fuma, que horror! es un juicio correcto porque fumar da cáncer, pero detrás del pensamiento se oculta una emoción de aversión por ejemplo, y esta energía me hará sentir intolerancia la próxima vez, lo mismo ocurre con el sexo, la gente lo tacha de sucio y bochornoso, pero las instituciones educativas intentan mostrar al sexo como una función biológica -aunque sin éxito- olvidando toda la energía emocional detrás de las palabras, el resultado es la tremenda confusión y contradicción en la experiencia s****l humana, una parte de ti quiere disfrutarlo y otra te hace sentirte sucio/a y culpable. Comprendía que fumar es perjudicial, pero no quería sentir repulsión por Esther. Es más difícil de lo que creen, si separamos los vicios de las personas terminaríamos viendo esas adherdencia como algo separado de ellas, entonces jamás criticaríamos a nadie, solo afirmaríamos que esa cualidad (sea vicio o virtud) es parte de tales personas, no es la persona en sí, sólo sus agregados. Oiréis decir, con toda ligereza a los fanáticos: "Yo no odio al pecador sino al pecado"; pero yo estoy dispuesta a ir a cualquier parte. por lejos que sea para ver la cara del hombre que puede realmente, hacer una distinción entre el pecado y el pecador. Es muy fácil decirlo. Si pudiésemos distinguir bien entre cualidad y sustancia, nos convertiríamos en seres perfectos. No es fácil hacerlo. Deberíamos tener una mente sin imperfecciones, cero maldad para que cualquier acción por perjudicial que sea no tenga impacto en nosotros, y asi poder afirmar: ¡esta persona no es eso, solo son sus agregados actuando!
Mi mirada tropezó con niños de variadas fisionomías, este país es multiétnico, en un mismo país existen cuatro diferentes regiones, aunque existen únicamente dos estaciones la variedad de superficies, relieves, cuencas, selvas, praderas, planicies, cordilleras crean en una reducida extensión inmensas variedades de climas, tanto que conocer Ecuador es como recorrer todo el mundo. Niños Otavalos con ponchos para el frío, sus hermosas trenzas junto con su cabello largo y su sombrero me hizo conectarme con su cultura, su ancestralidad de honorable antiguedad. No sé que similitud genética comparten estos grupos étnicos, pero siempre que los observo sonríen con una sonrisa por demás contagiosa, existen teorías que dictaminan la importancia de mantener pura a las razas, sin la debido precaución las mezclas crean a los híbridos, que vendría a dar orígen a otra clase de ser. En la antigua India se trataba esto con mucho cuido, por eso el origen de las castas; que vendría a separar a los individuos en base a sus naturalezas, personas con tendencias contemplativas, de naturalezas guerreras, eruditas y así... Aunque se convirtió en una configuración jerárquica, los brahmines tenían derechos por sobre las demás castas, El Buddha intento abolir el fanatismo por las castas como tantos otros. Los indios americanos vivían en este país desde hace miles de años, y algunos puñados de europeos llegaron a su tierra. ¡ Cómo han modificado, desde entonces, la apariencia de este país! ¿Por qué los indios no habían hecho mejoras y construido ciudades, si todos somos iguales? Con los españoles antepasados una clase diferente de poder cerebral vino a esta tierra, se hizo un acopio diferente de pasadas impresiones, que ellos trabajaron y le dieron expresión.
Esther vino corriendo como si estuviera apurada
—¿Quieres comer?—yo estaba bastante ida y le pregunté
—¿Cómo? ¿y los demás?
—Me dijeron que tenían asuntos pendientes que resolver, ciertas diligencias—¿diligencias? advertí que se divertían como siendo algo más, a lo que ellos iban es a follar (¡diablos! que mal pensada!)
—¿Que dices?—por instantes pensaba que aquello podía acabar en una buena amistad, sentía química
Me llevó a un pequeño bar- cafetería , estaba en el centro norte de la Ciudad. A pesar de aparentar mi edad parecía más práctica, actuaba como quería, era muy centrada, ella mismo se encargó de los precios
—¡Que bonito!—dirigiéndome al lugar
—Es sobrecogedor—dijo mirándome fijamente
—Y tu, ¿que edad tienes?—me sentí como si ante mi se escondiera un hombre
—Veintidós—yo estaba tan relajada que no sentí urgencia en preguntar, continuó
—Eres diferente
—¿En qué sentido?
—Lo veo en tus ojos, no miras a la gente como los demás, tus ojos bien abiertos, tu mirada sin destino, como los ojos del pájaro empollando sus huevos. Tu mente está fija en los huevos y en tus ojos se advierte una mirada vacía—me quedé sorprendida por sus palabras, ahora la atracción era intelectual. Mi impulso era decirle que era una amante de Dios, pero me pareció un comentario demasiado excéntrico
—Soy como las demás—lo dije con un puño en la garganta, ya que sentía mucho a mi ego
—Me gustas, sobre todo porque los grandes jamás son arrogantes—la miré con una risita, me sentía, ya que se inclino a contarme muchas cosas privadas
—Basta de mi, ¿y tu que? ¿cómo eres?
—Como me ves, me siento a gusto para mostrarte como soy, eso me generas—temía que esta escena fuese como tantas otras, dónde el lesbianismo me arrastraba a los abismos de mi karma s****l, estas situaciones me persiguen, no me pregunten por qué
—Tranquila, te digo que soy común y corriente—la conmoción de mi ego disminuyó, ahora me sentía a gusto
—Me gustas—por la manera en la que hablaba no sabía si era un halago o acoso.
Vino el mozo y nos pidió el menú
—Para mí solo un Capuchino—dije
—A mi igual—el mozo prosiguió a retirarse y
antes de que cante el gallo Esther le agarro del mandil, diciendo—. También whisky por favor—a pesar de nuestro físico de crías no rehusó la petición
Comíamos y hablábamos de cualquier cosa, sus modales eran muy finos en la comida, y a ratos arrebatados, si fuese actriz se comería el escenario. Yo solo aparentaba comer despacito, evitando que las risas produjeran
que mis desperdicios llegaran a la otra esquina
—¿Que te gusta de mi?— a estas alturas su lesbianismo era un postulado, con mirada pícara - por los efectos del whisky - , agregué:
—Tus melones— rompió a reír
—¡No mames! ¿ es serio?
—Si, parecen grosellas— no se pudo contener y botó algo de porquería que tenía dentro de su boca, sacó su lado más india. Se levantó y pidió más alcohol
—Por favor, en la mesa 37, puede ver a esa individua rara , ahí, justo en el medio, es mi amiga esa estúpida— observaban su estado de desubicación, estaban muy cerca de nuestra mesa, Esther -a esas alturas - tenía pinta de puta, miraba a la cajera como insinuando querer acostarse con ella.
—Espera, ven, ya basta—le dije, estaba que daba pena
—¿Y a ti qué mosca te picó? relájate —la hice sentarse, parecía que llevaba años sin salir, la pobrecita no podía controlarse, lo entendía, era el efecto del encierro por las repetidas cuarentenas que se producían por la guerra
—Por favor, señor— le dije al mesero— ¿A qué hora cierran? eran como las 9:00 pm
—En una hora— estaba vacío
—Ven—intente levantarla y comenzó a decir sin coherencia
—Espera, tengo que decirte algo, te amo, ¿lo sabes Phoebe?
—Cierra la boca, maldita borracha— no podía con su cuerpo, era la mar de pesado y mi tono era de disgusto, no de broma, aunque lo dije en voz baja
—Háganme el favor—prácticamente suplique
ayuda al montón de hijoputas que no hacían más que observar. Me ayudaron a levantarla y a coger un taxi, palabra que con tías así jamás.
En el taxi hablaba de cualquier basura que le saliera de la cabeza, pero en el fondo también me hizo odiarla ya que se puso a vomitar
—¡Aún no trasciendo los sentidos bastarda! —me dije para mis adentros
La llevé a un hotel porque temía, ya que a esas horas se producen secuestros, era muy tarde y uno no sabe si malandros podían aparecer, una violación o lo que sea , era lo peor que nos podía acontecer en ese día de locos
Pedí una habitación para dos, casi arrastrándola la llevé y de milagro pude encontrar habitaciones . Ya dentro recapacitó, como si solo deseara que la cargara ¡menuda estupidez!
Me abrazó e intentaba besarme, parezco un dinamo que atrae el sexo por doquier. El yoga despierta tendencias adormecidas, pero aumentadas a un millón de veces.
—¡Hay que rico se siente!— me enrollaba con sus brazos el cuello
—No, Esther, ¡por favor!
—Vamos, déjate llevar—solo le mostraba asco de mi parte. Me estampó sus labios en mi boca y su labial marco los míos
—No, por favor, ¿es que no podemos ser amigas y ya?—lo decía muy inocente, como si de un juego se tratara
Perdió la consciencia y se quedó dormida, estas situaciones no son normales, aunque el mundo se esta volviendo loco, aquello se debía a efectos del encierro, siempre al terminar las guerras o las epidemias que impactan un colectivo suficientemente grande como un país se dan estos efecto, a épocas de miedo le siguen irremediablemente tiempos de excesos, este era uno de ellos, la pobrecita tenía un estrés de muertos ( si es que eso existe), tanto tiempo negando los deseos y viviendo en represión levantaba en la atmósfera una fuerza lujuriosa incontrolable, se percibía en la maneras de vestir, en los medios de comunicación, en el marketing, en las hojas de vida, en los anuncios, en las entradas de tiendas, centros comerciales, en el cine ¡en todo!
Dormimos separadas, no la cambié de ropa, no era maldad, estaba vomitada pero el sueño me desplomó sin siquiera advertirlo.