Narra Miranda Cohen:
¿Quién se cree para tratarme así? Quise conocerlo y así tal vez ser amigos. No era como para que me tratara de esa manera. Lo hice con la mejor de las intenciones. En vez de decirle "el raro Huston" deberían decirle "el maleducado Huston". Yo no pretendía "incluirlo" en la sociedad. Yo sólo quería ser sociable. Pero veo que con él es imposible.
-No te desanimes, tú solo querías conocerlo. -me dijo Sam mientras caminábamos hacia la clase de filosofía-
-Lo sé, pero quedó como si en verdad quisiera hacer caridad. -apreté los libros en mi pecho-
-No, quisiste hacerlo tu amigo. Y, como es un amargado, te trató de esa forma. Si quiere ser marginado e idiota, que lo sea. -entramos a la clase y nos fuimos a la primera fila. La profesora llegó y, sin esperar a los demás, comenzó la clase-
Así era la vida en la universidad.
Narra Brian Huston:
-Psst, psst. Raro... -escuché a uno de los imbéciles de la fraternidad- Oye, raro. -me tiraron un papelito- Pásame la respuesta de la siete. -no quemes su examen, Brian, no lo hagas-
-Claro... ¿Por qué no? -respondí. Sonrió satisfecho y me di vuelta para seguir ignorándolo-
-Maldito antisocial de mierda. -masculló-
¿Por qué siempre decían "antisocial"? Es un término mal utilizado. Antisocial es el que está en contra de la sociedad (en pocas palabras). Y el "Asocial" es el que se margina. Ellos ni siquiera saben la diferencia.
-Oye, estúpido. -habló la voz de Francis detrás de mí- Deja que te copiemos y nadie te hará nada. -lo ignoré- Dios, qué imbécil...
-Fuera del campus las pagará. -habló otro-
Me levanté y el que habló se encogió en su asiento. Lo único bueno que había en tener una reputación inventada en la que eres un asesino, narcotraficante, criminal, bravucón, boxeador, golpeador, y no sé qué más. Agarré mi examen terminado y mis cosas y comencé a caminar hacia el profesor. Le entregué las hojas y me di vuelta para ver al idiota de Francis.
-Claro, dejas que tus amigos se encarguen de las peleas de verdad porque tú no te animas a golpear a alguien que no sea una mujer. -todos quedaron sorprendidos y él frunció el ceño- Nos vemos, profesor. -saludé y salí de allí-
Había estado guardándome eso desde que lo vi entrar en el salón. En tres años siendo mi compañero, me ha amenazado con golpearme si no le pasaba las respuestas, lo vivía ignorando y nunca me tocaba un pelo. Cuando lo veo fuera, hace como que nada pasó. Pero si está con sus amigos, aprovecha para mostrar su "personalidad" y burlarse. Quiero verlo en una verdadera pelea.
Tocó el timbre del receso y cambio de hora. Odio las materias de este año.
Caminé en busca de una máquina expendedora para comer un chocolate. Hacía días que no probaba uno. Puse el dinero y la barra cayó. Cuando me agaché a agarrarla, escuché la voz del estúpido de nuevo.
-Pero si es la zorra del viernes... -se rió. Me di vuelta y vi a Miranda con la cabeza gacha tratando de pasar, pero él se lo impedía- ¿A dónde crees que vas?
-Déjame pasar, Francis. -habló con suavidad, como si no quisiera hacerlo enojar-
-No, de seguro tú fuiste a contarle a medio mundo que te golpeé. -sus amigos ya estaban agarrándolo del brazo. Miranda estaba asustada y encogida en su lugar- Llegas a arruinar mi reputación y yo te arruinaré a ti.
Un impulso se apoderó de mí e hice que el refresco que tenía en su mano explotara. Miranda se sobresaltó y la mano de Francis comenzó a sangrar.
-Mierda, la lata me cortó... -se agarró la mano mientras que la sangre, mezclada con el refresco, caía al suelo- ¿Qué rayos pasó? -miró a Miranda- ¿Fuiste tú?
-¿Qué? -preguntó confundida- Pero si yo ni te toqué.
-Eras la que estaba más cerca. ¿Qué hiciste? -caminé hasta ellos antes de que él le hiciera algo-
-¿Problemas, Brown? -me miró con odio- ¿Ibas a golpearla de vuelta?
-Vete a la mierda, Huston. -luego miró a la chica a mi lado- Aguarden... -se rió mientras se sostenía la mano herida- ¿La defiendes? -negó con la cabeza- Ustedes tienen sexo, ¿verdad?
-No, Francis. -dijo ella-
-Problema de ella con quién se acuesta. -le dije- Y con quién no... -agregué. Cosa que lo hizo enojar y tratar de abalanzarse hacia mí, pero uno de sus amigos lo agarró del brazo. Yo agarré a Miranda del suyo y la arrastre hasta el pasillo siguiente- ¿Dejarás de meterte en problemas con ese idiota?
-¿Qué? ¿Ahora sí quieres hablar? -dijo enojada- ¿O me tratarás igual de mal que el sábado? -rodé los ojos y empecé a caminar hacia mi clase- Oh, ahora me ignoras.
-Claro... -respondí. Sentí que se acercaba y comenzaba a caminar a mi lado- ¿Qué quieres?
-Iba a agradecerte por defenderme. -hizo una pausa- Pero mejor te digo que eres un estúpido. Yo estoy tratándote bien y tú me respondes así. A la mierda contigo...
-Soy de alejar a la gente, ahora sabes por qué estoy solo. -llegué a la puerta de mi clase- Así que no te me acerques.
-Como quieras. -resopló y entró en la puerta del salón de en frente, que decía "Literatura"-
Está bien, estaba siendo maleducado con ella. Pero era para que entendiera que no quería su amistad ni nada. Ni quería tener una novia, ni una amiga, ni nada. Apenas tenía una mascota. No iba a arriesgarme a herirla. No sabía cuándo podía descontrolarme, y no quería averiguarlo con alguien cerca.
Ahora, lo importante... ¡¿Por qué mierda usé mis poderes por ella?!
Después de tres años los he vuelto a usar. No recordaba lo bien que se sentía. El cosquilleo en la sangre, la energía fluyendo a través de mis venas, mis yemas pidiéndome que usara los poderes. Pero no entiendo por qué lo hice. No sé cuál fue el impulso que me llevó a hacer algo como eso. Pude herirla a ella también, un trozo de lata pudo haberla cortado. No lo pensé, sólo sentí esa necesidad interior de hacerlo.
Será mejor no tenerla cerca, o volveré a hacerlo.