Eran más de las 11 de la noche. William y Josh habían estado viendo un maratón de películas de terror en la televisión, hasta que sus ojos no pudieron soportar más, razón por la cual decidieron ir a dormir; el pelinegro fue a su habitación y Josh permaneció en el sofá, no tenía sueño y mucho menos quería dormir, ya tenía planes para esa noche. Cuando asumió que su amigo podría estar dormido, caminó lentamente hasta el cuarto donde se encontraba Sam abriendo la puerta, el chico se encontraba enrollado entre las sabanas, con las piernas desparramadas en la cama y una de las almohadas sobre su cara. Josh suavemente le quitó la almohada de la cara para acostarse sobre él, luego sujetó ambas manos de Sam extendiéndolas hacia arriba. El chico que logró sentir aquello, comenzó a despertarse l

