— Aun quiero que me expliques, como te hiciste esas heridas en las muñecas, es muy extraño — Aclara haciendo una pausa, para voltearse a ver a Josh que ahora está en la cocina haciendo café.
Cuando desvía su atención de su amigo, vuelve a regresar todo su interés a Sam, escaneando una vez más cada mínimo centímetro del cuerpo del jovencito. William siente como signos de furia comienzan a correr por su cuerpo lentamente, mientras sigue observando minuciosamente la delicada anatomía del castaño. Era evidente que había amanecido con marcas que no vio en la tarde de ayer, cuando Sam dormía desnudo en la cama (William todavía recordaba el cuerpo del muchacho con claridad) algo definitivamente no encajaba.
El pelinegro hace memoria, recordando a su amigo en la entrada de su departamento
