⚠️El trabajo⚠️

3004 Palabras
Ginebra se detiene en el pasillo con risilla tonta, efectivamente, su profesor si quería. Se mordió los labios cuando sintió que le arrancaron la tarjeta. —¡Lucas!—gritó, buscando la manera de quitársela. —¿Tu quieres?—miró a Gin confundido—.¿Que es esto? —No es tu problema...—parecían estar bailando los dos. Gin alzaba las manos para arrebatarle el papel quedando lo bastante cerca del chico. —Ya damelo. —Te lo daré con una condición—sonríe de medio lado. —¿Cual?—Ginebra se cruza de brazos enojada. —Si me das un beso. —Ni lo sueñes. —Solo un besito. —Que no. ¡Que fastidioso eres! —Anda, solo uno—peló sus labios cerrando los ojos esperando el beso que nunca llegó. Ginebra le colocó una mano pasándole a un lado para seguir su camino. No estaba de ánimo, ni de humor para lidiar con Lucas en estos momentos. Corrió al salón de la profesora Luz, ya está estaba dictando clase. —¡Buenos días profe! ¿puedo entrar? Le echó un vistazo no muy convencida. Hizo un gesto con sus manos, dándole entrada a la alumna. Esta se apresuró clavando su culo en el asiento. —Piiss, pshii—chasqueó Asley con la lengua. Voltea a buscar a quien la está llamado sin que la profesora se dé cuenta. —Chii—le dice a Asley poniendo su dedo índice en la nariz. —Me han llamado del trabajo. —¿Cual trabajo? —¿Como que cual trabajo? el de tu amigo: Max. Ginebra pela los ojos sorprendida. 《Y eso que lo mandé a comer mierda》 —¿Enserio? —Si... —Pilas con él, aveces sus intenciones no son muy buena. —¿Ginebra?—llamó la profesora Luz con su semblante serio. Rápidamente la chica se enderezó —¿Profe? —Acabas de llegar y ya estás hablando ¿eh? La vergüenza se extendió por el rostro de la muchacha, tenía las miradas de sus compañeros sobre ella. —¡Lo siento profe! —Has silencio. —Si señora. Ginebra se concentra en escuchar la clase, pensando en el trabajo de la cafetería, junto a Max. ¿Que lo llevaría a tomar esa decisión? Se comió una uña mientras Luz hablaba, no entendía un carajo la clase, tenía demasiado sueño y este la estaba venciendo. 《Enfócate Ginebra, presta atención. Hoy estás bien bruta》 El timbre de receso sonó, significaba que la clase ya había acabado. 《Gracias a Dios y a la virgen de los estudiantes 》 —Gin...—se apresuró Asley a interceptarla—. ¿Vamos? La chica le una mirada condescendiente, suspirando, bostezando. —Hoy no puedo, mi madre viaja junto al niño y tengo que ayudarla a acomodar todo. Lo siento. ¿hablamos por chat?—se escabulló fingiendo una sonrisa, levantando los pulgares a la espera de que está le dijera que sí. En efecto, Asley comprendió asintiendo. ☆☆☆ Por otro lado, Cam estaba pensativo por la nota de su alumna. ¿Quiere que lo bese profesor? Obviamente quería más que un beso, lo quería todo con ella. Se tocó los labios pensando en la nota, aunque era prohibido lo que él estaba haciendo, le gustaba el juego, no quería pararlo, ni detenerlo, por lo menos queria llegar a unos besos con ella. ¿Si alguien se enteraba? ¿sí le decía a alguien? dañaba su reputación, sería despedido de la universidad. Sacudió la cabeza eliminando todo rastro de pensamiento acerca de su alumna, era muy peligroso así fuera tocar sus labios, o estas insinuaciones pudiera ser perjudicial para él. ¿Que coño le había pasado? se estaba arriesgando a que la alumna lo acuse con todos. 《Mierda》Tenia que busca a Ginebra, convencerla de que no dijera nada, pedirle disculpas e inventar una excusa barata para silenciarla. Lo que Cam estaba haciendo era prohibido por el reglamento podían despedirlo, expulsarlo o peor aún, perder su licencia. Necesitaba buscar que Asley, era amiga de Ginebra, necesita su número celular, llamarla, pedirle que si por favor podían verse. —Amigo...—entró el coordinador. —Andrés—dijo en un tono cansado. Andrés Emerson con una sonrisa se sentó frente a su escritorio. —¿Y? Cam arrugó las cejas. —¿Y que? —¿Que paso entre la profesora Luz y tú? —¿Que coño te pasa?, no voy a estar comentando mi vida íntima con nadie —Vamos Cam, ¿la follaste?—hizo un gesto obsceno con sus manos. —Eres asqueroso—arrugó la cara su amigo. —Sea lo que pasó, la hiciste muy feliz. Últimamente esta con una sonrisa de oreja a oreja. En cambio tú, amargado como siempre. —No estoy amargado. —Si lo está, creo que masturbarte te hace más feliz. Cam fulminó a su amigo con la mirada. —Esta contra las reglas involucrarse con los colegas. —Me cago en las reglas. Luz es dueña de esta universidad junto con el señor Cooper, eso significa que tú serás también dueño. El profesor se lamió los labios. —Tienes una gran imaginación. Ya veo porque eres profesor de literatura. —Bueno así puedo ascender a rector y tal vez tu puedas quedarte con mi puesto. Mendoza lo miró mal. La puerta de la oficina se abrió, Luz entraba con su cabello sedoso, sus aretes largos, un vestido floreado rojo al igual que sus labios. —¡Caballeros! —Profesora Luz —sonríe Andrés. —¿Como están? —Yo bien, y Cam perfecto. El coordinador le guiñó el ojo a su amigo. —¿Como estas Lucecita?—saludó el profesor. Luz sonrió emotiva. —No tan bien como usted, profesor. —Me alegro. —Venia a preguntarle si ya había almorzado, bueno me tomé el atrevimiento de pedirle almuerzo. Cam se le quedó mirando. —Bueno, gracias. —Entonces, yo estoy sobrando porque para mi no hay almuerzo—se levantó despidiéndose—. Que almuercen rico. El profesor suspiró, mientras que Luz lo miraba como si quisiera desvestirlo. —¿Que hará esta noche?—se sentó en la silla frente a él. Él se lamió los labios evitando el contacto visual con la dama que tenía al frente. —No se. —Lo invito a un club de un amigo, esta noche lo van a inaugurar. Es muy bonito, y quizás pudiéramos beber unas copas. Cam sonrió. —Gracias pero cuando bebo me descontrolo un poco, ya sabes... —Ese es el propósito profesor, portarnos mal—se cruzó la pierna de lado enseñando un poco de su pálido muslo. Ensanchó una sonrisa mientras acariciaba su barbilla, esta mujer quería perderlo en el pozo de la lujuria y él estaba dispuesto acceder. —Esta bien. —Eso me pone muy feliz profesor Cam. Tocaron la puerta, entra un estudiante con dos arroz chino. Luz me extiende un plato. —¿Gaseosa? —No me quedó dinero—dijo el alumno, de su cartera ella sacó dinero—. Apurate, no quiero que ninguno de los dos moramos atragantado. Cam Mendoza se apresuró a comer con cuidado de no atragantarse. —No se vaya a atragantar profesor, mira que yo no me atraganto con nada. De una manera desproporcionada, Cam tosió como un maniático. Luz soltó una risilla, mordiéndose los labios. El chico llegó con una coca-cola que de inmediato la profesora sirvió con una risita y mirada divertida. Cam no apartó en ningún momento la vista de la comida, no sabía que decir antes los comentarios de la mujer. —¿Sabe bailar usted profesor? —No mucho. —¡Que lástima! —¿Y usted? —Yo muevo todo dentro y fuera de la pista. Él peló los ojos queriendo reírse más se contuvo. —Ah, si. —Si. Una vez terminaron de comer, Cam se levantó tirando los residuos de plástico a la basura. —Muchas gracias Luz, debo ir a clase—murmuró mirando el reloj. Luz se alzó acercándose a su amante, proporcionándole un beso apasionado. —Valdrá la pena esta noche. No hay nada que le guste más a un hombre que el sexo oral—le sacó la lengua juguetona, abandonando la oficina, dejando a Cam helado por sus palabras. ¿Sexo oral? ¿cuánto tiempo que no le hacían un oral? Tragó grueso, buscando la manera de concentrarse en la próxima clase, sin embargo, no pudo dejar de pensar en las palabras de Luz. Valdrá la pena. ¿Enserio valdrá la pena? Ya se había acostado con ella una vez, que más valía sí lo volvían a hacer. Así que después de su última clase, decidió irse a casa para prepararse. ☆☆☆☆ —Aló —contestó Ginebra desde su casa, tirada en su cama. —¿Gin? —As...¿que pasa? —Max y la chica de aquí me están invitando a un club, al parecer lo están inaugurando. —¿Y? —Quiero que vayas conmigo, por favor. —No, estoy en ropa de indigente, acostada y cansada. —¿Ya se fueron tus papas? —Si, pero hoy fue un día difícil. —Gin por fi, por fi, no me dejan decir que no, no paran de insistir. No quiero parecer odiosa. Por favor. Gin blanqueó los ojos. —¿Recuerdames porque no debo matarte? —Porque eres mi mejor amiga. La chica suspiró. —Esta bien. Pero dame tiempo para arreglarme. —Pasamos por ti en una hora. —Okay Cuelga el auricular. Con desánimo se levanta de la cama, se echa una ducha con agua caliente para empezar con la selección de ropa. Se puso sus pantys medias con un vestido naranja manga corta. Pintó sus labios con un rojo intenso, se hizo un ondulado en las puntas del cabello hasta que finalmente decidió estar lista. Justo como había dicho Asley llegaron pitando. —Chiii, van a despertar a todo el mundo—regañó cerrando las puertas con llave. Max la observó de pies a cabeza, lamiendose los labios con descaro. Visualizandola desde el retrovisor todo el tiempo a ambas chicas. Si ella había accedido una vez, pudiera volver a acceder. El trago, el alcohol, el baile, el calor corporal, el sudor, la borrachera hace perder la cabeza a cualquiera. Asley sonrió con la boca cerrada. —¡Gracias!—musitó. —De nada. En pocos minutos llegaron a un club bonito, lo estaban recién inaugurando por lo tanto habia mucha gente. Asimismo, Max bajó del auto pagando entrada a todos. Lo que Ginebra observó fue que la planta baja estaba llena de gente, musica ruidosa y bebida por doquier. —Ay madre mía, no quiero emborracharme—habló Asley. —Tranquila, solo estaremos un rato. La segunda plata era más tranquila, según la gente comentaba era la zona VIP . —¿Vamos?—se sentó a la mesa Max, Robert y Angie. Angie llevaba su cabello rubio en una coleta, cejas gruesas, aretes largos y un vestido corto que le dejaba muy poca imaginación a los hombres. Robet era tímido, casi ni hablaba, un buzo blanco, con jean, zapatos deportivos, piel morena, ojos grandes, y con el pelo peinado con gel hacia atrás, olía a colonia de niño. Max llevaba una chaqueta de cuero, su cabello revuelto. Asley estaba como ella siempre era: una jean con una camisa cubierta por todos lados. Angie hizo seña a un mesero. —Queremos un whisky fuerte, por favor con mucho hielo—ordenó Max, el hombre obedeció anotando en un papel. La música estaba fuerte, se tenía que hablar lo bastante gritado como para entender la conversa. —¿Como estas?—sonrió Max guiñandole el ojo a Ginebra. —¡¿Que, no te escucho?!—gritó la peli negra. —¿Que como estas? El mesero llegó con la botella y vasos. —Siii, beberemos—gritó a todo pulmón Angie. Sirvieron el whisky, y la primera ronda Ginera sintió la garganta quemarse, carraspeó un par de veces para componerse. Volteó a ver a Asley y esta no se podía tomar la bebida. —Sabe feo. —Un poquito cuando no estás acostumbrada—sacó la lengua—. Me está quemando la garganta con solo una gotita Ginebra se echó a reír. Volteó hacia la segunda planta cuando se dió cuenta que un hombre de traje y corbata idéntico al profesor Cam pasaba. Le siguió con la mirada hasta que este se perdió entre la gente. 《Mierda, es él 》 —Un segundo...—se levantó del asiento. —Gin...—la jaló su amiga—. ¿A dónde vas? —Al baño. —Dale, no te demores. Asintió, camuflajeandose entre la gente para llegar directo a las escaleras VIP. Tenia que pasar coño, tenía que confirmar si ese era el profesor Cam. Caminó despacio, y una ves estuvo en las escaleras, un vigilante la detuvo. —Lo siento señorita, ¿tiene entrada a la zona VIP? Gin inspiró hondo. —No, pero me están esperando allá arriba. —¿Quien? ¿cómo se llama? —Ginebra. El hombre buscó en el listado. —No señorita, su nombre no está. Se lamió los labios. —Bueno, supongo que hay un error. En el listado hay alguien llamado Cam Mendoza. Volvió a buscar el guardia de camisa negra, fornido, obeso, con gafas oscuras en la lista. —Si señorita. 《Bingo, si era el profesor, esta aquí, pero... ¿con quién?》 Le dió un vistazo al piso de arriba, quería llegar hasta allá. —Por favor me está esperando alguien, déjeme pasar, si quiere puede llamarlo. —Si no está en la lista no entra. —¡Por favor!—insistió. 《Carajo》 gruñó frustrada. Mirando nuevamente el piso de arriba, necesitaba escabullirse ahí. Para su suerte, una discusión entre dos mujeres se generó en la pista de baile, todos estaban quieto escuchando los insultos de las mujeres. Acto seguido, el vigilante se acercó abandonando la zona deseada por Ginebra. 《Si》 dijo dentro de si, corriendo para subir las escaleras. Una vez estuvo en la segunda planta, busco con la mirada al profesor. Caminó por los pasillos, habían habitaciones por todos lados, la luz a media, ese lugar estaba diseñado para tener sexo en cualquier sitio. Siguió andando, buscando hasta que finalmente lo encontró al final de una mesa junto a Luz. 《Vaya vaya, esto si es interesante, así que te la piensas follar aqui》 Ginebra apretó los puños con rabia girando bruscamente sin darse cuenta que un mesero con dos copas de vidrios estaba detrás de ella. Todo se cayó volviéndose añicos. La chica quedó paralizada, estaba segura que captó la atención de los dos. Giró el cuello lentamente con el corazón palpitante. En efecto, el profesor Cam la estaba mirando. —Ginebra... ¿qué haces aquí?—preguntó Luz, sorprendida. —Estaba buscando a Asley, fue al baño y se perdió—mintió blanqueando los ojos. —¿Asley está aquí?—se preocupó Cam. —Si señor, lamento hacer todo este desastre—dijo, señalando los pedazos de cristales rotos mientras que el mesero los recogía con cara de culo. —¡Buenas noches!—salió de ahí como pudo, pudiendo respirar, relajandose un poco. Cuestionandose como el profesor puede salir con la profesora Luz, tenía rabia, ira, celos. Bajo las escaleras y el vigilante le dió una mirada asesina. Sin embargo, a Ginera no le importó, pasó por toda la gente hasta llegar a la mesa. —¿Donde estabas?—preguntó Max. —Por ahí... Buscó a su amiga, y esta no se encontraba. —¿Donde esta Asley? —Por ahí—le respondió Max. Ella se cruzó de brazos enojada. —¿Donde está?—inquirió con un tono iracundo. —Ya, no te enojes, debe de estar vomitando en el baño—dijo Angie mascando chicle. Ginebra corrió en busca de ella, buscando por todos los pasillos el baño de mujeres. Cuando lo encontró había unas cuantas retocandose el maquillaje pegadas al espejo. —¡As!—llamó. —Gin—escuchó su voz débil. Con rapidez se introdujo en el baño mientras que esta arrodillada tosia como una loca vomitando hasta las tripas. —Oh, As...—se puso a su nivel recogiéndole el cabello a un lado golpeándola por la espalda—. ¿cómo te sientes? —Bien—dijo, limpiándose la boca con la muñeca. —No te ves tan bien As, creo que es mejor que nos vayamos. —Solo quiero tomar un poquito de aire y ya. —¿Segura? —Si. —Bueno. Ginebra tomó a Asley por la mano sacándola de todo ese alboroto del club, la sacó a la calle por un momento para respirar el aire puro de la calle. El viento despejaba sus pensamientos, dándole claridad a su vista nublada. Asley inspiró hondo para ver si el leve mareo se le pasaba, y en efecto, eso sucedió, solo que la cabeza le quedó doliendo. —¿Vamos adentro? Asley asintió. Gin la tomó del brazo, conduciendola a la pista de baile con una sonrisa. —¿Bailamos? Asley asintió. Con una sonrisa, Gin empezó a moverse de un lado a otro, riéndose, burlándose de Asley que se estaba riendo como si fuera una lunática. —¿Estas ebria? —No se, nunca he estado ebria—dijo la rubia empapada de sudor por el apretón de la gente. Arrugando sus cejas, Gin siguió bailando lentamente; alzó su rostro al segundo piso cuando su mirada chocó con la del profesor. Estaba ahí parado, sostenido de la baranda, mirandolas como bailaban como si fueran unas ebrias. Sin embargo, la chica siguió bailando porque no dejaría que su profesor desviara la mirada a otro lado. ☆☆☆☆ Hola mis amores... los leo...
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