Los ojos de Cam estaba sobre Ginebra, sus movimientos sensuales, sus pantys medias que tanto quería arrancar, la atracción, la tensión entre ambos ya era demasiada.
Asley dió un paso incierto cayendo de largo a largo en la pista baile. Echó una fiera, como un leon que no quiere que a su leona la vean, Cam bajó las escaleras acomodando su corbata.
Ginebra tomaba a Asley ayudándola a levantarse mientras que esta se moría de la risa.
—¡Ya fue suficiente!—le tomó la muñeca, mirándola fijamente con la mandíbula apretada—. Las llevaré a casa.
Asley se echó a reír nuevamente.
—Holaaa, profesor Cam—seguia riendo como una loca desquiciada—. ¿Que hace aquí?
La rubia se levantó riendo, vomitando en la pista de baile. Ginebra y el profesor retrocedieron.
—Las llevaré a sus casas señoritas.
—No hace falta profesor—respondió Ginebra, con un toque de molestia en su voz. Cam se acercó eliminando la distancia entre ambos.
—Si quieres quedarte, quédate, pero Asley no se quedara vomitando en todos los rincones.
—Yo noo estoy vomitando, profesor—se volvió a reír su alumna ebria.
Cam miró los labios de su estudiante, debía alejarse de ella, era peligroso tenerla cerca, oler su perfume, sentir su respiración, podía caer rendido fácilmente en la suavidad de su piel.
—Ginebra, permíteme llevarte a tu casa—habló con un tono suave, amable, sin apartar la vista de su boca, aguatandose las ganas de saborear el rojo de sus labios.
—¿Cam?—los interrumpió la voz de la profesora Luz. Él cerró los ojos arrepentido de haber venido con ella porque si nadie en ese club lo conociera, se hubiese atrevido a lo prohibido.
Gin bajó la mirada, lamiendose los labios, mordiendoselos.
—No hagas eso—dijo Cam, pasando el pulgar por su boca, liberando sus labios. La chica se quedó inmóvil.
—Profesora Luz—se rió hilerante Asley.
La mujer le dió una mirada de confusión a la rubia para fijar su vista en Cam.
—¿Que pasa?
—Asley está ebria profesora, solo eso—la voz de la muchacha era suave, apenada.
—Las llevaré a sus casas—dictaminó el profesor sacando las llaves del coche de su bolsillo.
—¡¿Que?!—se alarmó Luz —, pense que...
—No dejaremos que estas niñas se vaya con quien sabe quien a estas horas de la noche. Las llevaré a sus casas—el rostro de la mujer se ensombreció, no obstante, terminó aceptando.
—¡Ginebra!—llamó Robert, Cam le dió una rápido mirada—. ¿Asley está bien?
—Solo esta ebria, la llevaré a su casa y me quedaré con ella.
—Bien, Max está preguntando por ti.
Cam se pasó la mano por la barbilla.
—Max, ¿quién es Max?
La chica le dió una mirada fulminante.
—Un amigo profesor, un amigo.
—Si quieres, yo las puedo llevar...—propuso Robert
—No, yo las llevaré —repuso Cam enseguida.
—Bueno.
Cam caminó directo a su carro, pensativo, tenía que cuidar a Asley de esos chicos lujuriosos del club. Su madre había trabajado con él por mucho tiempo, por lo tanto, apreciaba a la chica.
Asley seguía riéndose, diciendo tonterías, ofendiendo a Luz que con cara de culo estuvo en silencio todo el camino.
Las estrellas estaban brillantes en el cielo, igual que los ojos del profesor al ver por el retrovisor a su alumna.
《Controlate Cam, es una niña》
Una vez llegaron a la casa de Asley se bajaron del auto, menos Luz que permanecía en rotundo silencio.
—Camina Asley—dijo Ginebra. Ella seguía riéndose—. Eres la peor borracha del mundo.
Se introdujeron en la casa. Ginebra la metió a la habitación mientras Asley se tendía en la cama exhausta.
—Lo siento profesor—se disculpó Gin mirándolo a los ojos. Volviéndose a morder los labios, sintiendo el nerviosismo de estar frente a alguien que realmente te gusta.
Cam bufó
—No hagas eso...—la liberó con su pulgar.
—¿Por qué?—Gin caminó acortando la distancia entre ambos. Éste la miró fijamente sin decir nada, tragando grueso por lo desafiante que podía ser su estudiante.
—Respondame Cam.
Su nombre en sus labios sonaban tan bien, era la primera vez que lo llamaba por su nombre de pila.
—¿Que quieres Ginebra?—preguntó observando sus expresiones, ese lunar cerca del labio, los mohines que hacia con su boca.
—No se, dígame usted... Quería que lo besara.
Cam se lamió los labios.
—No debí decir eso, no fue mi intención—la chica arrugó las cejas confundida—.Fue muy indecoroso decir eso de mi parte, por favor, acepte mis disculpas. Usted es mi alumna y yo soy su profesor por lo tanto, ambos debemos respetarnos mutuamente.
Gin peló los ojos confundida, apartándose de él.
—No acepto sus disculpa profesor. ¿Que rayos está pasando aquí entre nosotros?
Él tragó grueso, mirando directo a la puerta, buscando la forma de huir de una conversación incómoda.
—No pasa absolutamente nada, solo fue un comentario fuera de lugar que no quiero que sea mal interpretado por otras personas y termine acabando mi reputación, eso es todo.
—¿Su reputación?—alzó una ceja, riéndose—. Aquí pasa algo, entre nosotros, es evidente.
—¿Evidente Ginebra? ¿qué es evidente?—frunció el cejo, levantando una ceja—. No pasa nada aquí, y si alguna vez hice que pensaras algo, mil disculpas.
Cam se giró para salir de la casa cuando se detuvo en seco al escuchar algo parecido a un murmullo.
Se volteó lentamente, frunciendo el cejo confundido.
—¿Que dijo?
—Beseme profesor.
Sus ojos se abrieron como plato, se sentía tentado a esa oferta a caer en ese abismo de besar aquellos labios rebeldes y desafiantes. Ginebra acortó la distancia mientras que se sostenían la mirada el uno al otro, era evidente que su ritmos cardíacos estaba acelerados y su respiración un desastre total.
—Terminemos su propuesta, béseme—Cam centró sus ojos en la boca, reflexionando por unos instantes a acceder a ese beso, quizás podía iniciar un incendio hasta consumirlo por completo.
—Respetemosnos mutuamente, buenas noches—lamiendose los labios salió de la casa embutiendose en el auto. Su corazón estaba palpitando fuerte, su respiración echa un desastre, ¿qué coño había pasado allá dentro? eso sí fue incómodo.
Cam condujo en silencio, pensativo.
《Béseme profesor》 《Aquí pasa algo, entre nosotros, es evidente》
Sin duda pasaba algo, y cada día se hacía más obvia, debía alejarse de ella, o si no no se resistiría.
—¿Sucede algo?—Luz lo sacó de su ensimismamiento.
—Nada—dijo cortante, serio, perdido en sus pensamientos.
—Estas muy callado.
—Solo es que estoy cansado, lo siento—se limitó a mirarla, no después de haber tenido una conversación extraña e incomoda con su alumna, no era capaz de verla a los ojosn porque le había hecho de amor a Luz pensando en esa niña, añorando que fuera ella la que estuviera allí en lugar de su amante. Fantaseó con sus besos, con cada rinconcito de su cuerpo, y eso lo enfurecia. Nunca tendría oportunidad con Ginebra, no sería normal tomarla de la mano, o invitarla a salir, su diferencia de edad era muy evidente, le dirían en cada sitio que la llevase que sería su padre, y para Ginebra no quería ser un padre, quería ser su pareja.
Ella era peligrosa, prohibida, desafiante, provocativa y le fascinaba que fuera así con él. Que se mordiera los labios para solo tentarlo, que acortara la distancia solo para crear tensión entre ambos.
Alejate de ella, tienes que alejarte Cam, o lo perderás todo.
En cambio Luz podía proporcionarle estabilidad, tranquilidad, y la normalidad que él estaba acostumbrado, nada fuera de lo convencional.
Cam estacionó fuera de la casa de Luz.
—¿Vas a entrar? —preguntó ella, él la miró como si tuviera una batalla mental en entrar o irse mejor a su casa, sin embargo, apagó su auto y se decidió por el placer una vez más, quería quitarse de sus pensamientos a Ginebra, no era lo correcto, no estaba bien.
Besó a Luz como leon hambriento, tocando su cuerpo como un pulpo desesperado arrebatando su ropa como ladrón al llevarse su dinero. Esta vez no hubo protocolo, Cam fue directo a lo que quería hacer, a una penetración rápida y brusca.
Luz jadeó de placer, extasiada por el entusiasmo de su amante.
En ese momento se acordó de las palabras de Ginebra.
《Béseme profesor》
Y mientras eyaculaba, imaginó si hubiese actuado diferente, si se fuese guidando a los labios de esa niña como sanguijuela, chupandolos, succionandolo, devorandolo con la voracidad que se merecían.
Respiro hondo, reposando a un lado de la cama, inhalando y exhalando una y otra vez.
—Fue increíble—le besó la mejilla Luz sonriente, haciendo círculos en su pecho con sus dedos —.Eres un leon salvaje Cam.
Cam se alzó de la cama para vestirse.
—¿Que estas haciendo?—preguntó la mujer con el cejo fruncido.
—Vistiendome.
—¿Siempre eres tan frío después de hacer el amor? no te estoy echando, podemos compartir la cama.
—Debo volver a casa, lo siento—Cam salió de ahí, ya compartió la cama una vez y esa fue con su esposa, nunca más volvería a compartir la cama con otra mujer.
Se subió al auto conduciendo por la oscuridad de la carretera, pensando en la situación incómoda que se generó en la casa de Asley.
Ya había hecho una distancia entre Ginebra y él y eso era lo correcto, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella, por alguna razón sentía que algo le aprisionaba el pecho.
—¿Que me hiciste Ginera, que me hiciste? que suceda algo entre nosotros es difícil, imposible, totalmente prohibido, debo dejar de verte como mujer y pensar en ti como una estudiante más en mi clase, ese será mi reto.
☆☆☆☆☆
Con mucho cariño les vuelvo a actualizar, se que quedaron picados con el capitulo anterior.