Días después del juicio, Izan se instaló en el Penth house de Amelie como antes lo habían planeado. Habían sido unos días donde disfrutaron encerrados de su intimidad, de platicas, risas, abrazos y caricias. Todo parecía estar en paz de nuevo. Aquella tarde Amelie tomaba un vaso con agua en la terraza mientras Izan se duchaba. Al terminar de vestirse Izan salió de la habitación hasta el living donde vio a Amelie muy pensativa, miraba hacia las luces de la ciudad como si admirara el panorama de destellos que la ciudad emanaba a esas horas de la noche, la estrechó entre sus brazos y le preguntó —¿en que piensas mi amor?
Amelie se giró para verlo, sonrió y le dio un tierno beso —en que seguirá ahora para nosotros —suspiró —Nora no saldrá de la cárcel en un buen tiempo, Su y Jhon están a sal
