Amelie salió del departamento aún con los ojos humedecidos topándose en el pasillo con Izan que venia corriendo para encontrarla. —¿Estás bien? Estaba preocupado… me acaban de avisar que Nora escapó de prisión. —Estoy bien amor, Nora ya no nos volverá a molestar. Izan torció la boca de lado con molestia. —¿La viste verdad? —cuestionó a Amelie, parecía molesto, pero en realidad estaba demasiado preocupado por el riesgo en el que pudo haber estado la mujer que más amaba. Amelie tomó ambos lados del rostro de él, posó sus labios en los suyos con delicadeza para tranquilizarlo —Nora no me hizo daño y ya se fue, dijo que para ella siempre fui su hija, y prometió no volverme a buscar, tranquilo, prefiero pensar que cumplirá con su palabra. Izan besó su frente abrazándola con fuerza —e

