La luna de miel de Amelie e Izan fueron los días más felices que no habían tenido desde hace mucho tiempo. Caminaron juntos por las calles de Londres tomados de la mano. Disfrutaron de la deliciosa comida inglesa y ese tiempo tuvieron mucho sexo. Los dos deseaban con ilusión un bebé por lo que hacían la tarea sin falta hasta dos veces al día. Dos semanas después Amelie e Izan viajaron a la clínica donde lo operarían, está vez Amelie tenía mucha fe de que todo saliera bien, ella estaría al pendiente de su amado en todo momento que la necesitará. Los médicos habían analizado bien su caso y le habían propuesto un nuevo método de reconstrucción que prometía mucho. Fue así como una mañana soleada pero fresca entró al quirófano, Amelie no sé despegó de él ni un minuto. Dieciocho horas después é

