Capitulo 2

2312 Palabras
Incomodo. Esa es la perfecta palabra que podría definir lo que siento en estos momentos, una incomodidad por el extraño ambiente que se a formado a mi alrededor al no ser capaz de identificar el mal sabor que se ha formado en mi boca tras recibir esa mirada del Alpha, una que empeora el sentimiento en cuanto repaso sus palabras dirigidas a mi persona. Hace tan solo unos segundos que el líder de la manada decidió seguir saludando a los presentes, pero a pesar de todo, mi cuerpo no puede evitar traer un mal presentimiento. - mi querida hija, parece que le has agradado a nuestro querido Alpha - espeta mi madre en cuanto se da cuenta de la distracción que presenta el nombrado. - ¿tu crees madre?, yo opino que solo me saludo con educación, la que le debe dirigir a todos - respondo tratando de no darle importancia y dejar pasar esta sensación asquerosa que presento en el momento. - podría ser, pero de todos modos sentí que nuestro líder podría verte en otra ocasión - arrugo mi entrecejo al escuchar esa insinuación. - madre, lo mejor es que no pienses eso, después de todo él es el líder de la manada, no le interesaría tener encuentros conmigo... - tontearías hija, recuerda que tenemos un muy buen rango - me interrumpe mi madre, haciendo que esta conversación también llame la atención de mi padre. - tiene razón cariño, ser amiga del Alpha puede ser posible, y eso le traería múltiples beneficios a nuestra familia. Lo pienso, lo hago en serio por unos segundos dándome cuenta de la razón que tienen. - de acuerdo, puede ser cierto, pero aun así, mi edad no es un buen atributo para una amistad, después de todo nuestros intereses son distintos - por no decir mas. Tras dar esa respuesta veo como mis padres se quedan pensativos unos segundos, es por ello que aprovecho la situación para alejarme de ellos y dirigirme a cierto hombre que quiere salir de las miradas reprobatorias de su familia. Con una sonrisa, y un paso rápido aunque refinado, llego hasta una mesa intermedia donde me encuentro con Jonathan. - ¿te fue difícil escabullirte de tus padres? - cuestiono en cuanto estamos uno al lado del otro. - para nada, a penas miraron a nuestro Alpha decidieron que era buen momento para meterle a mi hermana por los ojos - no contengo la risa ante sus palabras. - bueno, parece que el tiempo de luto por la perdida de nuestra Luna ha terminado - espeto al ver que su familia no es la única que lleva a las mujeres a ser presentadas ante nuestro líder. - eso parece, no puedo imaginar cuantas insinuaciones podrá recibir el Alpha en una sola noche - asiento con una sonrisa - pero quisiera preguntar, ¿tus padres están entre esa lista? Tan pronto como esa pregunta sale de sus labios casi que me rompo el cuello por girar a observarlo con una cara de pocos amigos. - ni que te creas, mis padres quieren tener mejores rangos pero no serian capaces de venderme como yegua de cambio, menos cuando saben que solo estoy disponible para mi mate, sin importarme que tanto pueda demorar en encontrarme con él... jamás estaría dispuesta a sacrificar el destino que decidió la diosa luna para mi por sus ambiciones - tomo un respiro al darme cuenta la rapidez con la que pronuncie esas palabras, tanto así que recibo una mirada de sorpresa de mi amigo. >> en fin, mis padres en lo único en que pensaron fue en que me acercara como su amiga, jamás como su amante, ellos respetan mis decisiones. - de acuerdo tranquila, lo comprendo - dice al tiempo en que pone sus manos en forma de tregua - es bueno saber que no todos en este pueblo suelen venderse por el poder. Casi que murmura lo ultimo, dejando notar un tono un poco melancólico, lo que me hace girar mi rostro para observar a su hermana Melissa, quien siendo mayor que Jonathan es la considerada mejor candidata para el Alpha, algo que ella muy bien sabe, y es por ello que se encuentra hablando con nuestro líder sin ocultar sus movimientos sensualmente persuasivos. - entonces no conseguiste convencer a Melissa - afirmo a lo cual él asiente. - al parecer el deseo de riqueza puede mas que encontrar a su mate... además no puedo culparla, no cuando mi madre le ha metido esas ideas en la cabeza toda su vida. Un silencio, uno no incomodo pero si perfecto para dejar pasar un poco el dolor de los hechos se hace presente, uno que se rompe en cuanto bastantes murmullos se hacen presentes, unos que por alguna razón causan que pase saliva varias veces, como si fuera el centro de esas conversaciones. - sabes, tal ves sea momento de abandonar esta fiesta e irnos a la que nos espera - comento en cuanto mis ojos se enfocan en mi reloj, mostrando que faltan poco para la una. - ¿ya te aburriste de tanta hipocresía? - cuestiona mi amigo con una sonrisa. - eso y que no he podido lograr quitarme un mal presentimiento, uno que siento seguirá aumentando si sigo aquí. Jonathan se queda observándome unos segundos como si estuviera intentando descifrar algo antes de decir palabra. - de acuerdo, salgamos de aquí, de todos modos ya me quería ir, hay una bella mujer que espera por mi presencia - mueve sus cejas en modo conquistador causando que le de un pequeño golpe, uno que da inicio a nuestra huida del salón principal. Nos escabullimos entre varios tumultos de familias reunidas, consiguiendo dar con el pasillo principal de esta gran mansión, uno que nos lleva directo hacia la puerta final de nuestro escape. Tan pronto como salimos del encierro de esas paredes, nos relajamos en nuestro camino hacia el auto de Jonathan, uno que por suerte no se encuentra lejos de donde estamos. Quisiera decir que fuimos muy listos y conseguimos nuestro objetivo, que somos bastantes rápidos para evitar dejar rastro de adonde fuimos, que evitamos que nos siguieran; lastimosamente nuestras habilidades no son ni un poco parecidas a las ya bien formadas de un Alpha, y uno mas grande que nosotros. Nuestros pasos detenidos casi tan rápido como la sonrisa en mi rostro desaparece para ser reemplazada por una de incertidumbre. - no den un paso mas - fue una orden, una que dio paso a una presión en mi pecho, una que sientes antes de saltar de un acantilado, una no muy agradable, que hace puedas perder tu foco, pero no en ningún buen sentido. Mi rostro gira en dirección al de mi amigo, para ver como este contempla el mío con confusión. ¿Qué expresión puedo estar haciendo en estos momentos?, ¿por que siento que el destino que la diosa luna tenia para mi pudo tener un cambio? Tal ves sea un tanto paranoica, pero eso no evita que mi respiración se encuentre bastante afectada. - no le den la espalda a su Alpha - otra orden, una que nos vemos obligados a cumplirla sin discrepar en lo mas mínimo. En cuanto mi atención da con el dueño de la voz, no puedo evitar enfocarme en la manera como sus no paran registrar a Jonathan, como su mirada dirigida hacia mi amigo es difícil de identificar, pero que estoy mas que segura no refleja nada amistoso. - discúlpenos Alpha por darle la espalda, no nos dimos cuenta que usted también había abandonado la mansión - habla Jonathan ante de realizar la reverencia indicada a nuestro líder. - es asi... - comienza a caminar hacia nosotros, causando que notemos como esta utilizando su aura de Alpha para hacer sentir su poder y así bajar un tanto la cabeza. " siento algo muy raro Clary " solloza mi loba " no me siento cómoda" - lo hemos ofendido sin darnos cuenta Alpha - espeto en cuanto observo como aparece en su rostro una sonrisa ególatra. Su mirada, que hasta el momento no había parado de inspeccionar a mi amigo, es dirigida hacia, de una forma que debo pasar saliva varias veces en busca de la seguridad que repentinamente he perdido. - para nada Clary, solo necesitaba hablar un poco contigo, por ello me sorprendió no verla en el salón. No paso desapercibido como se dirige a mi con tanta familiaridad, una bastante extraña para el líder de una manada. En estos momentos, en esta situación en verdad quisiera objetar, pero no estoy frente a cualquier persona, estoy frente a un Alpha, aquel que dirige la manada en la cual siempre he vivido, es por ello que negarme podría considerarse una gran falta de respeto. - Jonathan... - giro mi rostro hacia mi amigo - puedes ir al auto en lo que hablo con el Alpha, yo iré en un momento... Algunos pensarían que el momento incomodo se disiparía un tanto, lastimosamente las palabras del líder causaron otra cosa. - en realidad, creo que es mejor que se adelante, después de todo Clary y yo nos podríamos demorar. Debo decir que la expresión en el rostro de mi amigo no fue tan poco disimulada, no cuando puedo imaginar lo que yo hice. - Alpha... - empecé a decir, pero el nombrado decidió interrumpirme. - es un orden - estableció causando que mi compañero no tuviera mas remedio que tras darme una mirada, dar la vuelta y abandonar la situación sin poder levantar siquiera su cabeza. Las sorpresas existen, en verdad que se hacen ver, pero no tantas como las que experimente en el momento en que mi amigo se fue en el auto, casi al tiempo en que sentí una fuerte mano agarrando mi muñeca. ¿Han sentido ese escalofrió en su cuerpo cuando ven una escena asquerosa en una película, una que no eres tan fuerte para seguir contemplándola?, bueno, esa fue la que experimente por el contacto de los dedos del líder con mi piel. Giro mi rostro para contemplar el del Alpha y así ver como este no puede disimular una sonrisa, una que me parece se encuentra fuera de lugar. - Alpha, no es mi intención ofenderlo pero me gustaría que liberara mi muñeca, no me parece que su acción sea muy apropiada - mis palabras salen con mas convicción de la necesaria, para la suficiente confianza para hacer que el hombre en frente mío me libere. - disculpe, no planeaba ofenderte Clary - arrugo mi entrecejo al volver a escuchar mi nombre en sus labios con tanta familiaridad. - acepto su disculpa, pero me gustaría que se refiriera a mi con menos familiaridad, tal ves seria mejor llamarme señorita Robts - él levanta una ceja. - pero porque tanto enojo, no me parece necesario, aparentemente a su amigo no se le fue recibido ese trato, o quizas ... - el Alpha da dos pasos hacia mi, causando que lo tengo mas cerca de lo que prefiero - quizás estas enojada por como lo hice abandonarte, aparentemente no escoges personas con mucho poder a su lado. - Alpha, quisiera creer que no estamos tomando de tema con quien o no me relaciono, no olvide que usted es el líder da la manada, y yo solo una joven, menor de edad debo recalcar, que no debe tomar estas charlas con un hombre mas mayor que ella, menos cuando no nos rodeamos de nadie como testigo. - tienes un carácter fuerte, eso me gusta, se disfruta mas cuando se debe aplacar, es mucho mas divertido que la sumisión de la que fui rodeado hace unos momentos. Sin siquiera verlo venir, tengo su brazo rodeando mi cintura de una manera que se le podría atribuir posesiva, tanto así que debo ubicar las palmas de mis manos en sus hombros, para así poder aplicar lo mayor de mi fuerza en su cuerpo, intentando alejarme de su persona. - Alpha, ¿Qué es lo que esta haciendo? - cuestiono con un tinte de miedo, mucho mas cuando sus ojos comienzan a tornarse dorados. " Clary me duele mucho la cabeza, me esta doliendo mucho" solloza Camile. - mi querida Clary, a pesar de que me encanta domesticar, no debes olvidar que si la yegua es muy difícil de convertir en mansa, la que sale sufriendo es ese mismo animal. - de que esta... Quiero vomitar, si que deseo escupirle en la cara a pesar de ser el líder mi manada, pero no puedo, menos cuando siento sus garras clavadas en mi vestido, para de un segundo a otro rasgar una de sus tiras y que mi pecho quede al descubierto. Mis manos dan a parar a mi pecho, buscando no dejar caer mi vestido, evitando estar desnuda ante sus ojos. - parece que la tela de su vestido es bastante débil, mire como su ropa se ha roto sola, me temo que no podrá ir a ningún sitio mas que a su hogar... - su otra mano llega a mi mejilla para rosar sus dedos por mi piel - estese tranquila, llamare a sus padres para que puedan ayudarla a llegar a su casa, mientras tanto tome esto como ayuda para evitar su desnudes. Mi cuerpo se encuentra paralizado ante la actitud de este lider, uno que pasa su saco manga larga por sobre mis ojos, fingiendo ser mi salvador. - no hace falta que agradezca, para eso están los caballeros, pero no se le olvide escuchar mis palabras - sonríe para luego girarse y empezar a caminar hacia la entrada de la mansión. Perplejidad, angustia por lo que mi mente sabe que esta por venir. No puedo evitar plantearme nuevamente la pregunta, una donde quisiera que no sea lo que pienso, una donde en verdad deseo que mi destino no este cambiando.
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