Existen momentos que pueden marcarlo todo, existen personas que generan un cambio, de que sea positivo o negativo, eso es otra cuestión diferente.
Siempre pensé que era muy afortunada, en verdad creía que estaba contenta con lo que la diosa luna pudiera depararme, jamás fui en contra de la manera, nunca me considere una mujer descarriada; es por ello que todo se confunde en mi mente, en mis pensamientos, todo lo que creía esta tomando un rumbo bastante extraño, uno que tuvo su primer disparo hace una noche, uno que hoy se ha realizado el segundo encuentro.
Contemplo en el espejo mi reflejo, detallando como las prendas que traigo puestas combinan perfectamente con mi peinado.
No me considero una persona superficial, pero si debo admitir que me encanta lucir bien para mi misma, me fascinada ver mi reflejo y encontrar conformidad con lo que utilizaba, sin recibir ataduras ni nada.
Tras unos segundos de verificar por completo mi aspecto, decido que estoy lista para ir al parque de atracciones que han inaugurado en la manada, uno donde mis amigos y yo hemos quedado en disfrutar al máximo.
Giro mi cuerpo para tomar mi bolso y así dirigirme a las escaleras de mi casa, no sin antes darme cuenta de la prenda rota que descansa en el colchón de mi cama, una que extrañamente al contemplarla no puedo evitar sentir un escalofrió por todo mi cuerpo, uno que me voy esmerar por eliminar, tanto como esa noche del encuentro con el Alpha, una que espero no volver a repetir.
" no creo que nos volvamos a encontrar con él, después de todo es un líder y tiene asuntos importantes" expresa mi loba con alivio, una sensación que comparto con ella.
Al llegar al primer piso de la casa me encuentro de primeras con mi madre, quien en cuanto me ve, no puede evitar darme un vistazo completo rápido. Bastante inusual debo decir, ya que nunca lo hace.
- Clary, parece que te arreglaste demasiado querida, ¿no me dirás que hoy veras a un personaje importante? - ante sus palabras no puedo evitar arrugar mi entrecejo para luego soltar una pequeña risa.
- para nada madre, tan solo veré a mis amigos, y si la diosa lo quiere, de pronto encuentre a mi mate - lo ultimo lo digo con bastante esperanza.
- sabes cariño, no deberías pensar mucho en eso de tu mate, ya sabes que pueden pasar años sin que se encuentre a nuestro mate - espeta consiguiendo que la mire alzando una ceja.
- tu encontraste a papa cuando tenias 19 años.
- si cariño pero eso no muchas veces ocurre - doy un paso hacia ella.
- lo se madre, pero eso no me evita pensar otra cosa, igual, no entiendo porque me dices esto si siempre has estado contenta con que no me relacione con mas personas y espere a mi mate.
Tras decir esa palabras mi madre muestra un gesto en su rostro bastante curioso, como si me estuviera ocultando algo.
- se que eso te decía pero he pensado que tal ves no debas guardarte para ello, y podrías disfrutar tu juventud con un hombre respetado, tal ves mirar los horizontes y entablar una relacion con algún personaje, ya sabes, en lo que encuentras a tu mate porque... - pasa saliva varias veces - por que no sabes si tu mate este haciendo lo mismo.
Quisiera decir que lo ultimo dicho por mi madre no logro afectarme, pero la cuestión fue otra, pero aun así debo admitir que esta abierta esa posibilidad.
- lo entiendo madre, pero yo quiero esperar a mi mate de esta manera, no importa lo que él haga antes de conocerme, me importa lo que hará cuando me conozca.
Sin mas que decir o hacer, prefiero dejar la conversación hasta ahí, ya que la actitud de mi madre luce algo extraña, diferente de una forma que prefiero no saberlo, bien dicen que la ignorancia puede servir como salvación en muchas ocasiones.
Prosigo darle un beso a mi madre en la mejilla para así disponerme a salir de la casa, encontrándome enfrente de la casa esperando dentro de su carro en la carretera a Jonathan.
Tras llegar a su carro prosigo a saludarlo efusivamente con un abrazo antes de dirigirme a los puestos de atrás del automóvil.
- vaya, parece que seré chofer el día de hoy - suelta en broma al girar un poco su rostro para mirarme.
- para nada, tan solo estoy dejando el puesto libre para cierta señorita que estoy segura pasaremos a recoger - espeto consiguiendo que mi amigo se sonroje un poco.
- sabes, detesto que me conozcas tan bien - suelta en respuesta para así girar su rostro y arrancar el carro.
Mientras siento el aire entrando por la ventana no puedo evitar pensar que ninguno de los dos ha querido tocar el tema de lo que ha pasado hace tan solo una noche, ninguno de los dos ha querido platicarlo porque de alguna manera eso nos llevaría a una respuesta que yo mas que nadie no deseo descubrir y tan solo quiero olvidar.
En verdad siento que ese momento en el que mi vestido se rompió fue uno donde experimento el miedo en su mayor esplendor, uno donde tras mis padres llegar hacia mi con el Alpha a sus espaldas y creer lo que este les decía sin ninguna objeción, fue algo que me dio mas pavor.
Mis pensamientos son detenidos en el momento en que el carro se detiene para darle paso en el puesto del copiloto a una belleza con su cabello color n***o, quien a penas entra, le da un beso en la mejilla a mi amigo, uno que en verdad debo callar el silbido que seria muy bueno de utilizar en esta situación.
- Clary, que bueno verte - expresa Samy con una sonrisa girando su rostro en mi dirección.
Jonathan arranca el auto sin mas esperas con dirección al parque de atracciones donde veremos a los demás.
Alcanzan a pasar unos segundos antes de que se vuelva a escuchar la voz de la enamorada de mi amigo.
- sabes Clary, te extrañamos mucho en aquella fiesta, en verdad nos sorprendió no verte llegar con Jonathan, mas cuando siempre están juntos ustedes dos.
Puedo sentir la mirada de mi amigo por el espejo retrovisor, casi que al tiempo en que un repentino nerviosismo aparece en mi cuerpo.
- Sam, te dije que les surgió un problema con sus padres y por eso todos tuvieron que irse, no creo que debas comentarlo - interviene Jonathan causando que sienta algo de alivio por saber la mentira que utilizo para excusarme en la fiesta.
- si Samy, mis padres y yo tuvimos un problema que complico todo, en verdad yo quería asistir pero fue imposible - espeto siguiendo la corriente, teniendo como respuesta un asentimiento de la cabeza de la recién nombrada.
Veo como la pelinegra voltea a ver a mi amigo en repetidas ocasiones, queriendo de alguna forma decir palabra, pero se retracta muy rápido, tanto así que todos en el carro nos vemos en la obligación de callar y tan solo centrarnos en el trayecto hacia nuestro destino final.
Tan pronto como Jonathan parquea el auto, nos disponemos a buscar a los siguientes integrantes del grupo, unos que podemos verlos a lo lejos esperándonos en la parte principal del parque.
Sonia, una rubia bastante alegre, es la primera en darse cuenta de nuestra presencia, por ello la única que sale corriendo en dirección con nosotros, estrellándose directo con mi cuerpo para darme un fuerte abrazo.
No puedo evitar corresponderle su acción, es algo inevitable, mucho mas cuando se trata de ella, quien después de Jonathan, es mi amiga preferida, a quien le he contado todas mis confidencias y en quien siempre he confiado.
- Clary, no sabes lo mucho que te extrañe en la fiesta, las dos parejitas se hicieron juntas dejándome totalmente abandonada, necesitaba a mi amiga acompañante de por vida - expresa con una sonrisa, consiguiendo que Jonathan la mire con una ceja enarcada.
- eso no es cierto, yo estuve a tu lado para que no te sintieras sola - Sonia bufe.
- si, y por ello me sentí como la violinista, como la hermana que obliga a estar acompañando a la pareja - Sonia da un paso hacia atrás - con Clary somos dos las faltantes de pareja y por ello quedamos perfecto, cada parte del grupo en su par correspondiente.
- no digas burradas Sonia, si este o no Clary siempre te metes de mal tercio entre Erika y yo - expresa Daniel al estar cerca de nosotros.
- es muy cierto, si Clary no se auto invita cuando están Jonathan y Samy en su momento, a pesar de que se trate de su hermano/mejor amigo - continua Erika provocando que Sonia realice una mueca de ofendida.
- me siento totalmente traicionada, por ello Clary siempre será mi amiga incondicional y preferida - espeta Sonia para así enredar su brazo con el mío.
- si pero no eres la suya, ella prefiere a Jonathan.
Tras esas palabras mi amiga realiza una mueca de ofendida aun mayor, una que me indica que es el momento de intervenir en la conversación.
- en realidad él es mi amigo, así que Sonia si es mi amiga preferida - espeto consiguiendo que la mujer a mi lado vuelva a darme un abrazo.
- tiene su punto, aunque debo admitir que me siento olvidada en el grupo - expresa Erika dedicándome una fija mirada.
- tranquila Erika, para mi eres mi preferida - interviene Samy dando por terminada esta tan extraña pelea.
Debo admitir que las conversaciones entre nosotros siempre suelen ser un poco absurdas, pero aun así no lo cambiaria por nada, ya que los considero como mi segunda familia, una que podría decir que a pesar de equivocarme, se que los tendría a ellos de mi lado, serian como ese bote salvavidas que me ayudaría a soportar lo demás.
O bueno, eso es lo que espero.
Tras otra larga charla de en que juegos estamos dispuestos a subir y en cuales no, comenzamos nuestras aventuras, unas donde por momentos nos divertimos viendo la cara de terror de los demás, y otros en los cuales nosotros éramos los afectados por el total miedo del momento.
Nos subimos en total a diez atracciones, donde la ultima fue para cerrar con broche de oro; una donde los gritos no faltaron en ningún momento, mientras que se daba a notar quienes eran verdaderamente valientes.
Debo admitir que tuve mucho aguante, al menos lo necesario para quedar disfonica y no con dolor de garganta como Daniel, el mas afectado del grupo por haber entrado a la casa del terror.
Me encantaría decir que el gran momento de felicidad perduro por al menos una hora mas, pero para desgracia en mi destino, una presencia tuvo que hacerse notar en el parque, deteniendo cualquier diversión que pueda ser posible.
Hace falta decir que la sorpresa fue uno de los rasgos característicos en cada una de las expresiones de todas las personas que les miraba el rostro en el lugar, pero no casi tan grande como la mía, o la de Jonathan, quien a penas reconoció de quien se trataba la nueva presencia, no puedo evitar girar su rostro en mi dirección.
El Alpha, el líder de la manada fue el hombre que se adentro por todo el paso principal del parque, con al menos siete guardaespaldas detrás de él, provocando que de alguna forma todos pudiéramos entender de su poder, y el impacto que tenia.
Mas que esas cosas de las que quería mostrar a su publico, yo perdí el foco, tan solo estaba concentrada en mantener mi respiración controlada, de no pensar en lo que había ocurrido la ultima ves que lo vi.
Sus pasos fueron cada ves mas cerca de donde nos encontrábamos, tanto así que enserio deseaba que pretendiera subirse a la atracción que teníamos atrás de nosotros, que fuera un amante de la adrenalina, pero por cosas del destino o de él, decidió detenerse justo a tres pasos de mi persona, mas cerca de lo que mi cuerpo quisiera.
- Alpha - expresamos casi que al tiempo todo mi grupo y yo en saludo de respeto, antes de realizar una reverencia, una que en cuento alce mi rostro descubrí que a este hombre le encantaba recibir, algo que fue delatado por la sonrisa en su rostro.
Ninguno fue capaz de decir otra palabra, ninguno de nosotros sabia que es lo que estaba pasando, pero yo, yo de alguna forma, muy dentro de mi comenzaba a intuir el rumbo de las cosas.
- Clary - otra ves pronunciando mi nombre con mas familiaridad de la necesaria - es bueno volver a encontrarme contigo, hace una noche no pudimos casi que ni hablar.
Giro mi rostro inconscientemente hacia mis amigos, dando con que todos se encontraban estupefactos pero lo que ocurría, pero Jonathan, él tenia en su rostro la expresión de otro sentimiento, uno que muy pronto descubriría.
- Alpha, que coincidencia encontrarlo en este lugar.
- ninguna coincidencia Clary, te buscaba, o bueno, tus padres me pidieron que viniera por ti para llevarte a la casa - pase saliva.
- por que pedirle a usted tan innecesario favor cuando me pudieron llamar y avisar que me necesitaban - el Alpha sonrió, pero de una forma en la que gritamos al ver al protagonista hacerlo, no es una forma donde nos da ganas de vomitar cuando un anciano lo hace tras ver impulsivamente lo que hay debajo de una falda.
- no podría decirte muy bien la razón, pero tal ves se deba a lo cercanos que somos - eso me sorprendió.
- ¿como?
Tan pronto como pronuncie palabra él Alpha giro su rostro en dirección a mis amigos.
- me temo puedan disculparnos, pero a la señorita la necesitan urgentemente.
Ante esas palabras mis amigos no pudieron decir nada, ¿Cómo podría cuando se trata de nuestro líder?, quien se supone que tiene el poder para hacer lo que le venga en gana, algo que estaba descubriendo.