Pasaron aproximadamente veinte minutos y los muchachos ya estaban cerca pero no encontraban el lugar exacto donde se encontraba el joven, así que para no complicar más el momento, Adam sugirió encontrarse con ellos cerca de una pequeña plaza a una cuadra de allí.
Los vió llegar en una camioneta familiar, se pararon en frente de él, el vidrio trasero del lado derecho se abrió dejando al descubierto el rostro sonriente de Bram, quien al ver a Adam abrió la puerta y se bajó cediéndole el asiento en la parte de en medio para luego subir él.
Adam saludó a Levi, un muchacho rubio de cabello semi ondulado y dientes con brackets, un lunar bajo de su ojo derecho , este saludó a Adam igualmente, luego saludó a los otros dos muchachos en frente, Bastian y Cole quienes sumaban un cigarrillo.
Bastian, quien conducía la camioneta miraba a Adam por el espejo retrovisor, puso en marcha la camioneta y se dirigieron hacia otro lugar.
—¿Tú eres hermano de Alek Kramer?— Mencionó Bastian mientras daban la vuelta a una esquina de la calle Dalkruid que llevaba hacia un puente que atravesaba un canal de agua, dicha calle llevaba a la colonia donde se encontraba la casa de Bastian que sería donde los jóvenes se unirían al festejo de ese día ya fuera al atardecer o apenas llegar hasta el lugar.
Adam nunca había sido una persona de tradiciones por convicción de su familia.
—¡Sí!—
Respondió este seriamente centrando su mirada en ningún lugar en específico.
—¿Eres protestante? Tengo entendido que tú padre es pastor de una iglesia.— Añadió Cole mirando hacia atrás girando su trozo para mirar de frente al joven.
—¡Sí, soy protestante!— Mencionó este adoptando la descripción que la gente tenía de él.
Cole tomó una lata de cerveza que había en una hielera a sus pies y la ofreció a Adam pero este se negó.
Bram convenció a sus amigos de no insistir a Adam que bebiese junto con ellos pues le parecía de mal gusto.
Después de una hora llegaron hasta el centro de Amersfoort, los niños vestían ropas brillantes y de colores en todas las amalgamas de naranja, las calles lucían vistosas y alegres, cientos de mercaderes tenían ventas en las calles al aire libre, parques y plazas, la gente se acercaba a husmear y ver qué podían adquirir pues los precios eran bajos: Antigüedades, juguetes, tulipanes, jacintos, comida y otros objetos que llamaban la atención a la vista.
Adam abría sus ojos casi por completo hasta que sus órbitas salieran de sus cuencos pues jamás había visto tanta gente en las calles, tantos niños jugando dejando de lado la tecnología.
Adam se había negado a beber cerveza que sus acompañantes le habían ofrecido a pesar de haberle insistido.
Bajaron de la camioneta aparcara a la orilla de la acera frente a la casa de Bastian.
El joven los invitó a entrar a su casa por la parte del patio donde una música de género dubstep sonaba a volumen alto. Una decena de personas se encontraban en el jardín bebiendo, bailando y comiendo pastelillos que había sobre una mesilla de madera debajo del tejado donde había una largas y blancas bancas de madera donde había sentados un par de ancianos que al ver a Bastian lo saludaron amablemente, este los invitó a sentarse y los tres tomaron asiento en una mesa que se encontraba desocupada, tan solo platos y vasos desechables sucios sobre ella, Bastian los cogió y los depositó en la basura, breves momentos después llegó con platillos de comida sobre una charola de aluminio y les invitó a comer.
El apetito de Adam se abrió al olfatear aquella deliciosa carne rojiza y caliente que estaba servida en su plato acompañado con un arroz blanco con guisantes.
Comieron hasta saciarse mientras seguían bebiendo cerveza de lata, Adam se sentía extraño en ese lugar pues las conversaciones eran dirigidas hacía sus acompañantes y raramente hacia él, pues solo Bram le dirigía la palabra.
Adam se negaba a abrirse en una conversación con los jóvenes mostrándose poco interesado y antipático, fuera quizás por falta de experiencia o quizás por su incomodidad.
El padre de Bastian se acercaba hacia los jóvenes hasta su mesa a ofrecerles más cerveza, Bram y Col cogieron una, luego se le ofreció una asimismo a Adam pero este solo meneó la cabeza.
Bastian por su parte y no conforme con la actitud del joven lo incitó a beber al menos una lata de cerveza, pero al ver la negación del joven, Cole se unió a tratar de convencerlo. Adam tan solo los miraba y sonreía, la escena le parecía patéticamente ridícula pero al notar que Bram también mostraba apoyo hacia sus amigos se decidió a beber al menos una lata, la cogió con sus manos, se sentía frías como la nieve, tiró de la anilla y un sonido de aire comprimido se escuchó escapando de la lata.
Miró su lata fijamente sin atreverse completamente a beber del líquido, sus compañeros lo miraban esperando aquel momento y provocó que el joven se sonrojara, dió el primer sorbo y sus labios se humedecieron, aquel líquido espumoso y frío deslizó por su garganta, el sabor no le era del todo agradable pero después de algunos tragos más parecía que el gusto por aquella bebida comenzaba a crecer.
Después de algún momento de conversaciones tontas y algún baile con alguna muchacha salieron del lugar al escuchar una música alegre en alguna cuadra cercana acompañada por gritos de algarabía.
Los jóvenes salieron a la calle y a lo lejos por la calle recta lograron ver una multitud de gente bailando alegremente mientras una decena de niños de varias edades y vestidos de color naranja compraban helados y algodones de azúcar en un puesto ambulante de un par de ancianos que vestían los colores de la bandera de países bajos, mientras más se acercaban más se intensificaba aquella música alegre y que animaba el alma a querer disfrutar la vida al máximo.
Los niños pasaban corriendo al lado de ellos empapándose las ropas y rostros con pistolas de agua en un juego lleno de inocencia y alegría, uno de los niños de aspecto rechoncho pasó delante de los muchachos y mirando hacía ellos a unos metros de distancia les apuntó con su arma de juguete y lanzó un chorro que mojó las ropas de los muchachos quienes comenzaron a reír mientras aquel niño huía de Bram quien lo seguía corriendo detrás de él haciéndose el enojado, el niño corría de prisa y a Bram le fue imposible alcanzarlo.
Llegaron hasta aquel lugar de dónde provenía la música, decenas de muchachas con atuendos sensuales y con sombreros graciosos bailaban, algunas entre ellas y otras con algunos muchachos al ritmo de aquella alegre música de fiesta.
Bastian, el muchacho más extrovertido del reducido grupo se dispuso a hablar con una joven mujer de enormes pechos que quedaban al descubierto en cierta parte por el cuello ancho de su blusa, una mujer pelirroja con carnosos labios y ojos de un color azul casi turquesa, los demás jóvenes siguieron caminando y adentrándose entre la multitud y Adam los seguía donde quiera que fueran, quedaron al frente de un pequeño grupo de hombres que tocaban música sobre un pequeño escenario con tambores, instrumentos de cuerdas y flautas. Las personas allí presentes bailaban entre brincos y vueltas sin un ritmo constante.
Adam miraba ésto lo cuál le resultaba algo nuevo pues jamás había visto a tanta gente disfrutar alegre y sanamente de un festejo secular y diferente a lo que él estaba acostumbrado a ver. Una mujer pegada a una acera delante de la casa donde estaban los músicos repartía cerveza y ponches de bebidas alcohólicas en un pequeño puesto, Adam seguía a Bram quien a su vez era guiado por Levi y Cole hasta aquel lugar abriéndose paso entre la gente que impedía caminar con total libertad. Los jóvenes tomaron un vaso de cerveza o quizás de ponche cada uno; Adam ya había bebido su primera cerveza y al ver qué nada raro había ocurrido no dudó en tomar otro vaso de bebidas siento esta vez un vaso de ponche.
Dió el primer sorbo mientras caminaban hacia un lugar alejado de tanta gente pero sin irse demasiado lejos pues Bastian seguía entre aquella multitud, el trago le supo más fuerte que la cerveza e hizo un gesto de amargura en su boca y luego sonrió a Bram quien miraba el gesto de su amigo con comicidad.
Pasaron aproximadamente una hora en que los jóvenes convivieron en ese lugar e incluso se unieron a la danza en algún momento y a pesar de que Adam sentíase incómodo logró incorporarse completamente al festejo.
Los padres del joven le llamaban insistentemente pero este prefería ignorar sus llamadas. El joven miraba como sus compañeros reían y bailaban torpemente y le causaba gracia, se sentía bien consigo mismo y aquellos muchachos lo hacían sentir parte de ellos pero Adam comenzaba a sentirse mareado pues había bebido dos vasos más de cerveza baja en alcohol.
—¿Estás bien?— Mencionó Cole al ver la mirada distante de Adam quien solo se sonrió y asintió diciendo Sí tímidamente, Cole quien estaba al lado de Bram le susurró algo al oído y este miró sonriente a su acompañante pero el ruido se llevó las palabras de Bram por lo que tuvo que repetirle varias veces a petición de Adam.
—Creo que es la cerveza que ya hizo su efecto, pero estoy bien— Respondió con voz alta Adam para hacerse escuchar.
—¿Ya te quieres ir?— Preguntó Bram dando un sorbo a su bebida. Mientras Adam miraba como Cole y Levi hacían el tonto entre ellos como si fueran niños pequeños.
Bastian a tan solo unos metros de distancia por su parte se despedía de la guapa muchacha después de un baile que lo dejó exhausto y se dirigió hacia los jóvenes.
Eran las cuatro de la tarde, Bram le contó a Bastian que su amigo se sentía mareado y aceptó llevarlo hasta su casa, subieron al coche esta vez alternando lugares Bastian era el conductor y su copiloto era Cole nuevamente, en la parte de atrás iban en este orden: Levy, Bram y por último Adam a quien dejaron el lado de la ventanilla por si surgía una emergencia pues este se sentía demasiado mareado y pensaron que el aire fresco le vendría bien.
Adam miraba por la ventanilla a los niños jugar y añoraba su infancia y se lamentaba por no haberla vivido al máximo pues pensaba y sentía que su vida en la etapa infantil no había sido tan buena como la de los niños que miraba por la ventanilla. Los jóvenes platicaban ruidosamente entre ellos y cantaban las canciones que sonaban en el reproductor de la camioneta de Bastian.
—¿Te la pásate bien Adam?— Preguntó Bastian mirando al joven por el espejo retrovisor, éste retiró su vista de la calle y la centró en la mirada de Bastian.
—¡Sí!— Pronunció pero sintió que si respuesta había sido poco amistosa así que continúo.
—No sabía que el día del rey era así, es muy alegre y colorido— Concluyendo con una risa nerviosa.
—¿En tu religión no permiten festejar al rey Willem?— Agregaba Levy alentado por la curiosidad que suscitaba la sorpresiva respuesta del joven.
—En realidad no festejamos ni el día del rey, ni el día de príncipe, ni a San Nicolás ni San Valentín, creo que no festejamos nada— Mencionó irónicamente lanzando una risa reprimida.
—¿De qué religión eres?— Pronunció curioso Bastian mientras con su mano libre sacaba un cigarrillo de la cajilla que había sobre el tablero de la camioneta.
Cole miraba por la ventana a un par de jovencitos predicadores vestidos de traje en blanco y n***o con corbata tocando el timbre de alguna casa sin respuesta alguna.
—¡Jodanse! ¡Malditos Luteranos!— Les gritaba Cole desde dentro de la camioneta y haciéndoles una seña obsena con su mano.
—¡Perdón!— Se disculpó al percatarse de que el joven pertenecía a otra religión — No eres Luterano, ¿O sí?— Concluyó esperando que Adam no se hubiera sentido ofendido por lo dicho anteriormente a aquellos jovencitos.
Adam soltó una risa extrovertida, el momento le había parecido propicio y su risa había salido con naturalidad.
—En realidad soy calvinista, no soy Luterano—
Su sonrisa parecía una mueca constante quizás fuere porque se sentía cómodo rodeado de aquellos jóvenes hombres o quizás fuera por aquellos tragos que había bebido, sentíase alegre y lleno de vida aunque aquel mareo persistente le resultaba ajeno y lo mantenía en una especie de sopor que le había pensar que todo aquello era solo un sueño más aún así prefirió ignorar esa extraña sensación decidido a disfrutar aquel brevísimo momento en su vida.
Los jóvenes conversaban y hablaban cosas divertidas que hacían reír y sonreír a Adam, aquellos muchachos lo incluían en sus conversaciones y aunque a veces no sabía que responder siempre lograba pronunciar algo al nivel de la conversación causando gracia y risas entre sus compañeros alegres.
Adam miró a cada uno de los jóvenes y miraba sus caras sonrientes, escuchaba sus conversaciones y risas, sus juegos juveniles, sus ademanes y no podía contener la emoción de lo que ese momento significaba para él, se sentía confiado, se sentía parte de una amistad, estaba feliz, era una nueva experiencia que lamentó no haber vivido antes.
Mientras agradecía a Dios en un pensamiento íntimo la voz de Bram mencionando su nombre bruscamente lo despertó de sus ensoñaciones turbando su íntima plática con Dios.
—Que si tienes hermanas— Aclaraba Bram.
—No, solo somos dos, Alek y Yo.— Afirmó.
—¿Es verdad que tu hermano anda con la novia de Hendrick?— Preguntó repentinamente Bastian mientras aspiraba de su cigarrillo.
—Supongo, eso me ha traído problemas, los rumores en la escuela corren rápido— Enfatizó con una sonrisa tembleque y torcida.
—Tengo entendido que Hendrick le dio una super paliza a tu hermano anoche, ¿Eso es verdad?— Adam arqueó las cejas pues no estaba enterado de eso pero a la vez llegó a su mente una memoria en que su hermano le confesaba que no podría tocar la batería en la iglesia por una caída que había tenido provocando que su mano se lastimarse. Ese pensamiento fue más que una epifanía, fue como si una pieza de un rompecabezas inacabado hubiese caído en el lugar faltante encajando a la perfección.
—Bueno, no estaba enterado de eso— Mencionó rascando su barbilla y echando un vistazo hacia los campos de lavanda que ya empezaban a aparecer por el lado de su ventanilla, aspiró hondo un fresco y verde aroma que se le antojaba delicioso y paradisíaco.
Cole y Bastian comenzaron a contar con lujo de detalle todo lo que Hendrick les había contado.
Al parecer, Alek y Margerite su novia habían asistido a una fiesta nocturna la noche anterior ,Hendrick estaba enterado de esto y decidió asistir al evento tomándolos por sorpresa. Hendrick había preguntado un sin fin de veces si en realidad estaba saliendo con Alek o si era simplemente un falso rumor pero ésta siempre le repetía lo mismo, que eran solo chismes, algo fuera de la realidad, pero aquella noche los encontró bailando juntos, abrazados y muy pegados. Hendrick confrontó al hermano de Adam y la querella empezó a subir de tono volviéndose una lucha cuerpo a cuerpo en la que ambos salieron manchados con sangre y algunos golpes, siendo Alek el más afectado.
Adam se negaba a creer eso, pues aunque sabía que el proceder de su hermano era una actitud errónea le resultaba difícil imaginarlo en una disputa hasta llegar al borde de la violencia.
—Y la verdad no me parece correcto que trate de excusarse en su religión o en que su padre es un pastor para sentirse con la libertad de hacer y deshacer sin ser juzgado— Mencionaba Bastian haciendo un reclamo hacía una persona que no estaba allí presente; el hermano de Adam.
—En realidad ser hijo de un pastor es algo muy difícil, las personas siempre están al pendiente nuestro, tan solo viendo nuestros múltiples errores por más pequeños que estos sean, lo sé por experiencia— Se lamentó Adam animado por el peso de aquellos tragos que lo habían llevado a la embriaguez.
—El problema no es contigo, Adam. Ni siquiera con tu hermano, acepto que soy bien amigo de Hendrick pero no por eso voy a estar en contra de tu hermano, solo estoy dando a entender que la forma de actuar de tu hermano no es de alguien que se dice ser cristiano— Replicaba el conductor mientras Bram tocaba el hombro de Adam intentando tranquilizarle pues notó un poco de molestia en el joven, Adam le sonrió y meneó la cabeza para seguir mirando el hermoso pasaje.
—¿Tú qué opinas sobre ello, Adam?— Intervino Cole con un tono de malicia en su voz.
—No opino nada, él ya es adulto, sabe lo que hace. El problema es que por su culpa un par de imbéciles quieren darme una lección a mí donde yo ni siquiera tengo nada que ver—
—¿Quien?— Preguntó Bram.
—Casper y Floris... Entre otros— Río levemente.
—¿Mi hermano Florence?— Mencionó extrañado Levy.
—¿Florence Greenfield es tu hermano?—
Éste solo asintió dando así una respuesta corta y afirmativa.
Adam se sonrojó sin saber que más decir.
—¿Le llamó Imbécil a tu hermano Floris?—
Comenzó a reír Cole.
—Yo no dejaría que nadie le llamara así a ninguno de mis amigos, mucho menos a un hermano— Continúo.
—No hay problema, sé reconocer que mi hermano es un idiota a veces— Mencionó Levy soltando una carcajada.
—¿Y tú no tienes la costumbre de robar novias, Adam?— Dijo sisañosamente Bastian.
Adam se sonrió tímidamente.
—¡No seas pesado!— Le reprendió Bram dando un golpe con el pie al asiento de Bastian quien tiró el cigarrillo sobre sus piernas provocando que sacudiera bruscamente con sus manos mientras los demás se reían.
—Entonces, ¿no tienes novia, ni amante ni esposa?—
—¡No! Estoy soltero— Respondía inocentemente Adam a la pregunta de Cole.
—¿No te deja tu p**i?— Intervino Bastian mientras Bram le reprendía una vez más.
—Mis padres no me prohíben nada— Agachó la cabeza, dicha conversación le estaba empezando a resultar incómoda.
—¿Eres gay?—
—No soy gay, cole. Soy completamente heterosexual, simplemente no tengo pareja por el momento.—
—Cuando fue la última vez que... Ya sabes—
—No jodas, Bastian. Esas son intimidades.— Mencionaba Bram meneando la cabeza en signo de desaprobación.
—Ya, chicos. Lo están incomodando— Brindó apoyo Levy quien notaba la incomodidad del joven.
—No serás virgen, Adam ¿O sí?— Bromeó nuevamente Bastian.
Adam tan solo se reía al no saber que responder y sin atreverse a decir nada más.
—¡Tenemos a un virgen! ¡Aleluya! Alabado seas— Comenzó a burlarse Cole haciendo una reverencia con sus manos.
Una sensación de desasosiego y molestia comenzaba a asomarse en el rostro de aquel joven apacible que comenzaba a perder la paciencia. Su rostro se sentía caliente a la vez que se tornaba rojo y aquellas burlas comenzaban a ser más extensas acompañadas por Bastian y Cole.
Levy y Bram insistían en que dejasen de jugar pero estos tan solo se limitaban a inventar nuevas bromas.
—Tengo entendido que los Evangélicos se creen Santos. ¿Es verdad Adam?—
—En primera, no soy evangélico y en segunda. ¿Se pueden callar de una vez? — Mencionó el joven en una explosión de ira reflejada en su tono de voz, habia contenido tanto sus ímpetus que en ese momento no pudo evitarlo.
A su vez, Bram intentaba controlarlo tomándolo del hombro y mirándolo fijamente, esto solo provocó que su rostro se pusiera totalmente rojo.
La camioneta dio un enfrenón repentino que provocó que los jóvenes se impulsarán hacia adelante con la fuerza inercia.
— ¡Tranquilizate! ¿Sí?— Mencionó Bastian en un tono autoritario y firme.
Adam empezó a sentir que le faltaba el aire y empezó a respirar lento y profundo, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
—No te enojes Adam, solo es una plática amistosa— Se excusaba Cole. Adam asintió permaneciendo en silencio.
—Entiendo que por ser creyente te creas más que los demás pero eso no significa que voy a tolerar tu actitud de mierda.— Bastian trataba de hacer ver al joven como el culpable de ese breve e incómodo momento.
—Quizás estás acostumbrado a otro tipo de conversaciones, pero así somos las personas en la vida real, si es mucho para tí creo que es mejor que te encierres nuevamente en tu burbuja de cristal—
—No somos unos santos como la gente con la que acostumbras estar, Adam. El mundo entero no se reduce solamente en "tu mundo". Por lo visto Bram no exageraba al decir que eras un marginado de la sociedad— Culminó Cole.
Bram quien en ese intentante trataba de calmar los ímpetus tan solo recibió una mirada escrutadora por parte de Adam quien con lágrimas en los ojos abiertos y enrojecidos lo miraba con desden y decepción.
—¡Hey! Yo no dije nada de eso, no traten de hacerme quedar mal. Te juro que yo no he dicho nada de ti— Mencionaba sin retirar su mirada de aquel dolido muchacho.
—No me digas que vas a llorar, Adam— Agregó sarcásticamente Bastian.
—Ya vámonos Bastian, déjalo en paz— Repetía Levy quien trataba de no involucrarse mucho en eso pero solo obtuvo un insulto de su amigo.
—No te metas, voy a pensar que también eres un fenómeno—
Bram seguía disculpándose con el joven pero esto no bastaba pues su ego adolorido y frágil no le permitía pensar en nada más que en esas ofensas que rondaban en sus oídos y su mente incesantemente.
—No tengo por qué soportar más esta situación— Pensó, así que jaló de la manilla para abrir la camioneta y salió aunque Bram y Levy le sugerían quedarse, mas Adam parecía no escuchar y caminaba por la orilla de la carretera, Bram de bajó a detenerlo corriendo hacia él pero este lo empujó y entre sollozos le sugirió y rogó no insistir y no volver a dirigirle la palabra.
Bram se quedó allí parado a la orilla de la carretera, lamentando que aquella tarde que parecía una noche divertida se convirtiera en un mal momento aunque sus amigos Cole y Bastian parecían bastante conformes con lo sucedido. Regresó así mismo a la camioneta y la echaron a andar al lado del joven a quien Bram, Levy y Cole invitaban a subir, aunque este último lo hacía de mala gana.
—¡Súbete! No seas inmaduro— Mencionaba Cole.
Adam levantó su mano y le hizo una seña obsena y al ver que este se decidía a bajar empezó a correr hacia los campos de tulipanes recién florecidos.