Terminado el romántico paseo en barco y tras despedirnos de Jean y Samantha, regresamos a casa de Izan. El ascensor llega al vestíbulo,-podría decir que más o menos ya tolero los ascensores, aún me ponen un pelín nerviosa, pero lo iré superando poco a poco, o eso creo- una vez dentro, vamos dirección a la cocina. -¿Quieres tomar algo? -me pregunta dirigiéndose a la nevera. Yo me siento en un taburete. -No, gracias -murmuro. Izan se sirve una copa de vino blanco. -¿Hace mucho que conoces a Jean? Da un sorbo al vino. -Sí, unos cuatro años. ¿Por qué? -Solo por saberlo -le digo encogiéndome de hombros. Sonríe, ladeando la cabeza. -Eres muy curiosa, señorita Rowling -murmura con un tonillo de humor. Suelto una carcajada, por su expresión y por el señorita Rowling. -Solo curiosidad p

