-Anda, vete. -¿Me estás echando? -me pregunta Izan sonriendo. Está apoyado en el marco de la puerta de mi apartamento. -Sí. Si no te vas ya, no voy a querer qué te vayas -digo en un susurro mirando sus ojos grises. Niega con la cabeza, divertido. -Culpa tuya -contesta tranquilamente- Te podrías quedar en... No lo dejo terminar de hablar. No quiero volver a esa misma discusión de hace unas horas antes. -Otra vez con lo mismo no, por favor. Suspira bruscamente. -Vale, de acuerdo -dice resignado. -No quiero discutir -musito. -Yo tampoco -murmura. Se saca las manos de los bolsillos y da un paso hacia mí- Te echaré de menos esta noche -susurra mientras me rodea con sus brazos. -Y yo - añado- mucho. Sonríe y con esa sonrisa es imposible que no lo haga yo también. Me pongo de puntil

