Julieta Nunca pensé que un día alguien, por pura voluntad propia, me quisiera hacer esa anhelada pregunta que todos esperan que les hagan en algún momento de sus vidas. No era la pregunta de: ¿Quieres ir de compras? O ¿Hago la cena hoy? No, me refiero a la gran pregunta que cambia tu vida para siempre, que marca un antes y un después para ti. Sí, esa pregunta que estás pensando. Fue dos días después de que Max, el chico de traje con pasión de fotógrafo, hubiese venido a la cafetería acompañado por la señorita de plástico. Luego de que Alana y yo le hiciéramos el pequeño favor de fingir conocerlo y hablar mal de él frente a la pobre mujer que salió corriendo espantada, dejó una muy exagerada y jugosa propina que nos sorprendió muchísimo a ambas, pero que nos vino de maravilla para s

