Sophie fue tratada amablemente por esas mujeres que, aunque usaban vestidos algo destapados, se trataban de buenas personas. Ella entró a la casa, su piel se quedó helada en el momento que miró a muchas féminas en paños menores y algunas desnudas mientras se sentaban en las piernas de los hombres. Cerró sus ojos y caminó guiada por aquella señora tan amable que le ayudó sin esperar nada a cambio.
— Ya puedes abrir los ojos pollita — habló la mujer amablemente — estamos en mi oficina y aquí no hay mujeres encueradas.
Sophie abrió los ojos y miró a su alrededor, ella miró una oficina con un interior bastante excéntrico, el rojo aterciopelado era lo que predominaba en dicho sitio, las sillas eran a juego con la decoración y había un candelabro colgando de la parte superior.
— A ver pollita, dime que es el problema que tienes, pero quiero que te tranquilices, ya que si no lo haces no te voy a entender en absoluto, más de algo vamos a hacer por ti.
Sophie le contó toda la situación, ella al escuchar todo lo que había hecho el bastardo de su padre se puso demasiado furiosa. En el momento que la chica rompió a llorar fue que la amable mujer se levantó de donde estaba y fue a consolar a la joven que tenía en su oficina.
— Deberías ir a dormir, mi habitación es intocable, así que puedes descansar en sana paz ahí — la mujer se levantó — eso sí, no molestes a nadie antes de las once de la mañana, porque ahí sí que te van a sacar el cerebro por la nariz.
Sophie fue a dormir a la habitación de la mujer que la había tratado amablemente, no quería descansar, ya que pensaba que su hermana la estaba necesitando, sin embargo, el cansancio pudo más y finalmente cerró los ojos. Ella se levantó muy temprano y fue a limpiar el desorden que estaba en la casa, se fue de forma sigilosa, puesto que la mujer que le decía pollita dormía profundamente. Recogió todo y limpio a fondo, incluso los preservativos que estaban regados como polvo por la sala. Puso la ropa a lavar a excepción de ciertas piezas que sabía muy bien que se tenían que lavar a mano, fue a la cocina, ya que su estómago le pidió comida y ahí miró la olla tan grande que había de estofado.
— Esto se va a perder, no puedo hacer tanto desperdicio, quisiera llevarle a mi señora, pero si mi papá me mira lo más probable es que me maltrate nuevamente y me exija lo que me pidió.
Ella calentó el estofado, en el momento que el olor salió por la ventana se acercaron varias personas a pedir un poco de comida. De esta forma fue que se acabó todo y solamente quedaban dos tazas, Sophie miró a lo lejos al hombre que le había ayudado, pero que desconocía por completo, así que decidió extenderle el plato.
— Tenga, tiene que comer algo — ella tomó sus manos y puso la taza — verá que con el estómago lleno va a ver las cosas desde otra perspectiva.
El hombre no dijo nada, pero aceptó la taza con estofado, Sophie se marchó de regreso a la casa y ahí se puso a terminar de hacer los oficios. En lo que menos se dio cuenta, pasó casi toda la mañana limpiando como condenada y en el momento que las chicas se levantaron de su letargo fue que encontraron la casa como una cucharita de plata.
— Vaya que si has hecho un trabajo muy pesado, pollita. Te agradecemos de corazón lo que hiciste, la señora que viene a limpiar se encuentra enferma y por eso es que teníamos tiempo de estar haciendo el aseo.
— Esta es mi forma de agradecerle por la ayuda que me brindó, dado que no quiero ser una molestia, es que me tengo que ir.
— Alto ahí pollita — la mujer bajaba de forma elegante — aún no hemos resuelto tu problema, cuando te ofrecí ayuda eso abarcaba todo y realmente te ganaste mi voluntad.
— Pero hay que ser francas, la cantidad de dinero que mi papá me está pidiendo es demasiado grande y no tengo idea de cómo la voy a conseguir.
— Quiero preguntarte algo — la dueña la miró de reojo — ¿Qué tan dispuesta estás por recuperar a tu hermana y qué edad tienes?
— Estoy dispuesta a todo para poder recuperar a mi hermana, tengo 18 años cumplidos — ella sonrió triste — ayer fue mi cumpleaños.
— Entonces quiero que vengas conmigo — ella se detuvo — por cierto, nunca andes diciendo que estás dispuesta a todo por tener algo entre tus manos, di mejor que estás dispuesta a casi todo por hacerlo, es un consejo que te va a servir para librarte de las ratas de alcantarillas.
Sophie acompañó a la dueña del burdel, ellas entraron en la misma oficina que antes y empezó a dar vueltas alrededor de ella, la miró detenidamente mientras analizaba unas cosas que pasaban por su cabeza.
— Escucha, eres una chica muy bonita y realmente quiero ayudarte, pero como puedes imaginar nadie te va a dar 20 grandes solo porque sí, tienes que dar algo a cambio.
— ¿Qué es lo que me quiere proponer? — preguntó la chica de forma tímida — estoy dispuesta a escuchar su propuesta, mi señora.
— Por comenzar no me digas mi señora, soy Valerie, me puedes decir Vale o como quieras hacerlo menos como me llamas ahora — ella le sonrió — quiero que sepas que si me dices que no, va a estar bien. Si accedes, pues te voy a presentar a las personas correctas para que logres recoger esa cantidad de dinero en el menor tiempo posible. La oferta es que trabajes en el burdel como una de mis chicas, supongo que eres virgen y déjame decirte que eso es una buena cantidad de dinero.
— ¿Me ofrece trabajo de prostituta? — ella preguntó incrédula — es cierto que soy virgen, pero jamás pensé en ofrecer tal cosa a cambio de dinero, quería casarme con alguien para poder perderla.
— Escucha querida, esa es la solución que te ofrezco, si la quieres tomar, pues está bien, pero si no, pues es decisión tuya — ella le sonrió como antes — puedes trabajar como prestadora de servicios para adultos el tiempo que lo desees y una vez que te quieras salir voy a acceder sin ningún tipo de problema, sin embargo, tengo que ser franca contigo, no vas a reunir semejante cantidad limpiando casas, aquí hay chicas que vinieron con ese pensamiento, pero la vida las forzó a hacer cosas que no deseaban hacer en absoluto.
Sophie se quedó pensativa unos minutos, la dueña lejos de apresurarla le dio su tiempo para que respondiera, ya que no deseaba forzarla a hacer algo que no era fácil. Luego de casi una hora fue que la miró.
— ¿Los clientes son personas sanas? Porque realmente no quiero contagiarme de nada, suponiendo que decida hacer tal cosa. También quiero saber el método de pago.
— Escucha muy bien, el hecho de que este sea un burdel no significa que sea para todo mundo, aquí somos muy selectivos con nuestros clientes y cada uno de los que entra tiene que ser sometido a revisión no solo de sus ingresos sino también a múltiples análisis de laboratorio, si alguno de ellos no cumplen con nuestros requisitos, pues simplemente se les cierra las puertas de mi casa. El método de pago es a través del banco, me encargo de abrir una cuenta en donde se te deposita lo que ganes, solamente exijo el 40% de comisión y el resto es tuyo.
— Entonces está bien, voy a vender mi virginidad al mejor postor — ella bajó la cabeza — todo sea por volver a tener a mi hermana entre mis brazos, le prometí a mamá que la iba a proteger a toda costa y así lo voy a hacer. Pero solo será esto, ya después puedo buscar trabajo de otra cosa, no me quiero dedicar toda una vida a esta profesión y espero que me disculpe si soy muy honesta.
— Muy bien, no te preocupes que te entiendo, entonces te voy a enseñar las cosas básicas en el menor tiempo posible. Tendré que ponerte ropa nueva y también hacer que subas de peso, ya que estás casi en los huesos.
La preparación de Sophie empezó, poco a poco aquella chica asustadiza fue quedando atrás para darle paso a una hermosa mujer que sabía cómo desenvolverse en el nuevo medio que tenía que caminar. Había un hombre que empezó a verla cada vez más y en el momento que supo que era virgen se dijo que debía poseerla antes que nadie.
— ¿Cuánto es el precio de la chica? — él le preguntó a Valerie — dime que estoy dispuesto a pagar el doble e incluso el triple de lo que pides.
— Realmente es muy generoso de su parte vicepresidente, pero le informo que mi pollita va a ser subastada, no puse una cifra en específico, ya que deseo ver cuánto dinero podemos ganar.
— Vamos Valerie, bien sabes que soy uno de tus clientes estrellas — él acarició el hombro de la mujer — te he dejado jugosas ganancias en este burdel, estoy seguro de que puedes hacer una excepción.
— En este caso, no, además, tengo que reconocer que tus prácticas van a traumar a mi pollita, es virgen y tu sadismo sería demasiado para ella.
— Pero sabes bien que pagó mejor que nadie, compláceme de una vez, solamente es una noche.
El hombre insistió tanto que cansó a Valerie y amenazó en caso de que insistiera en sacarlo de la puja de la subasta, ella deseaba proteger a la chica con todas sus fuerzas y sabía bien que en los brazos de ese hombre no lo iba a estar, pero no podía sacarlo completamente, ya que sabía bien con el tipo que trataba.
Llegó a oídos de aquel vagabundo sobre la subasta de la chica que había ayudado y en el hombre que estaba interesado en Sophie, él se levantó de ese árbol en el que siempre estaba y caminó a un callejón oscuro en donde lo esperaba un carro de lujo.
— Por favor llévame al hotel, tengo que asearme…