ALEX.
Siento que el aire se me escapa al ver la cadena en el cuello de Elizabeth.
—Es ella —susurro bajo sin poder creerlo y entonces todo fue real, mis sueños no son sueños, estoy recordando lo que sucedió es noche y estaba seguro había olvidado, mi mente pasa de un pensamiento a otro sin tregua, Elizabeth se encontraba ebria para ese momento, no pude haberlo hecho.
Insisto en que Elizabeth me confirme si nosotros pasamos la noche juntos, entonces asiente confirmando que la chica con la que he estado soñando es ella, de todas las mujeres que imagine, ¡es Elizabeth!, es la dueña de la piel que me ha perseguido durante todo este tiempo, ambos estábamos en el mismo estado, no fuimos conscientes de lo que hacíamos; sin embargo, no es nada tranquilizador que saber que tuve sexo con una chi
