Marisol entró a la casa y su madre le preguntó —¿Dónde estabas? Me preocupé por ti, pensé que te había pasado algo tu padre no tarda en llegar.
—Estoy bien mami, sólo que me puse a conversar con un amigo del restaurante y se me paso la hora —respondió Marisol, rogando que su madre no descubriera sus emociones.
Esa noche ella casi no podía comer, recordaba los besos y las caricias necesitaba esa ducha de agua fría, sabía que ahora debía ser ella quien debía decir la verdad, por qué no había trabajado y que nunca ha estado con ningún hombre y pensaba «Se nota que él tiene experiencia, que sentirá al saber que mi experiencia es cero al cuadrado que a esta edad él fue el primero que me besó»
Después de entrar a su cuarto su hermana no podía más y entró detrás de ella y le dijo —Quiero de
