Simón. Cierro la puerta, y la escucho gritar mi nombre. Seguido de una risa tipo loca, que me está asustando. Espero que esto le haya demostrado que no soy alguien con quien jugar de esta forma. Si no logro mantener el control y la dejo hacer lo que quiera, voy a ser el único que al final salga herido. Después de todo, llevo unos pocos meses trabajando en la empresa. Ella es la hija del dueño, nadie se atrevería a ser abiertamente hostil, pero conmigo es diferente. Soy un don nadie. Me siento en mi escritorio, y trato de que mi erección se calme. No puedo hacer otra cosa más que recostar mi cabeza en el escritorio y tomar mi cabello. Quiero arrancarme el pelo por ser tan estúpido. ¿Cómo pude ser capaz de creer que después de hacer lo que hice, iba a poder regresar al trabajo a

