CAPITULO 13 - SAUL Me quedo anonadado, mirando su cara. Buscada en todos los televisores, en todo internet. Solo veo su rostro, la misma que hace unas horas me había estado jadeando con placer. No puedo creer que la que estoy viendo sea Marina, la ahora —ex— pareja de mi primo Mateo. Cojo el móvil sin esperar un momento más y marco el número de mi tía. No contesta; oigo tonos detrás del teléfono. Me quedo inquieto de pie. Sin poder controlar mis manos, escucho cómo se me cae el móvil al suelo; me agacho y no dejo de mirar la imagen en la pantalla: el atropello de mi mujer y de toda esa gente que sólo quería conocerla. El móvil vibra en mi mano. Me levanto del suelo con el teléfono. —¿Tía? ¿Estás con Mateo? —pregunto nada más coger la llamada, sin mirar quién llama. —Saúl, soy tu tío.

