Capítulo 1

1180 Palabras
¿Donde nos quedamos? Oh sí, lo recuerdo muy bien, cada detalle que me llevó a este punto, todo lo recuerdo muy bien, no es que sea una cosa que se pueda olvidar con facilidad. Nací rota, nací con un problema cardiaco que nos llevó a un orfanato donde viven niños que jamás serán adoptados, niños que están solos ante el miedo y la vida, pero resultó que yo no estaba sola, que tenía muchas más personas de las que yo creía conmigo, de un momento a otro, con el miedo de perder el hogar que tanto ame, encontré a las personas que marcaron mi vida, si mi vida ya era hermosa con pocas personas en ella con todas las que llegaron, lo fue mejor pero siendo sinceras, no todas marcaron mi vida de la misma forma, suena mal decirlo pero si pudiera echar atrás, solo cambiaría una cosa, el accidente. Hacía dos meses, el amor de mi vida, la persona que me hizo feliz, su coche chocó con un conductor borracho, no se quien mierdas esta borracho por la mañana pero se ve que los idiotas no saben descansar ni un solo día, esa persona me quitó gran parte de mi corazón, por suerte nadie murió, solo el imbécil que conducía, cosa que no me dio para nada pena, me ponían llamar lo que quisiera, pero la libertad que se sentía al decir lo que se pensaba, al no sentirte mal por quitarte algo que te importa tanto, y no me lo ha quitado del todo, no ha matado a Shawn, pero hizo algo que quizás me haría desear que estuviera muerto, le hizo estar dos semanas en coma para cuando despertar, dejarnos con un Shawn que no recuerda nada, ni a mi ni la música, no recordaba la banda, no recordaba las canciones, y eso era algo que me daba mucha pena, porque se que en cierta forma, la música era lo que más feliz de hacía en la vida. Los demás apenas tuvieron lesiones, por suerte, y ya están todos en casa mientras que Shawn sigue en el hospital, vigilando y esperando recordar la memoria. Solo he podido ir a verle una vez, cuando dijo no recordarme, tuve que irme porque el dolor se apodero de mi. Haciendo que me fuera imposible enfrentarme a él, se que es egoísta porque es él quien me necesita y no yo a él, pero el dolor me es tan fuerte al ver sus ojos sin amor, sin brillo, todo se me rompe. Tom pasaba su mano por mi pelo en silencio, estaba destrozada por no poder ser feliz, sentía que cada vez que era feliz, la vida me lo debía quitar, como si en otra vida hubiera sido una nazi y este fuera mi castigo, me parecía demasiado cruel pagar en la siguiente vida tus pecados anteriores, me gustaría que las cosas fueran más sencillas, que pagaras en esta vida lo que haces en ella, no pasarlo mal en una vida que no recuerdas nada, al menos si supieras, la razón del dolor, sería útil pero lo único que yo sentía era demasiado doloroso, y no aprenderiamos, viviriamos cometiendo errores o sufriendo y cuando la próxima vida sea diferente, la disfrutariamos como no pudimos hacer en la anterior, no aprendemos si no sabemos porqué sufrimos, sino que es un ciclo en el que todo se repite. —Tranquila—me dijo mi hermano mientras pasaba su mano por mi pelo. —Estaré tranquila cuando recupere la memoria—le deje claro. Mi hermano negó. —Ayudale—me dijo y le mire. Me senté en el sofá y mire a mi hermano. —¿Y como hago eso?—le pregunte molesta Mi hermano me miró poniendo cara de cansancio y frustración. —Se que tú y el principito sin memoria, no soy normales, al menos no en las relaciones pero las personas comunes, nos conocemos y tenemos citas, ve y di que eres su asistente, enséñale la ciudad y ayudale a que vuelva a la música, seguro que con el tiempo recuerda, el corazón es el que ama, no la mente y no la tiene dañada del todo—me dijo y le mire. La forma en la que nos enamoramos no fue algo normal, nos conocimos mientras yo me escondía por una máscara, mientras al mismo tiempo les enseñaba la ciudad, todo para salvar mi hogar, es verdad que no tuvimos citas y no tuvimos citas de una forma normal, no creo que tuviéramos nada que pudiéramos llamar cita, no somos normales y eso es algo en lo que debo dar la razón a mi hermano. —Por una vez en tu vida, has tenido una buena idea—le dije. Mi hermano me miro, me levanté del sofá para agarrar mi teléfono. —No te recuerda, no le llames pidiendo trabajo—me dijo mi hermano. Le mire sacándole la lengua. —Voy a llamar a Nicole—le deje claro. El teléfono dio tono y sonó tres veces antes de que descolgara la llamada. —No acepto sobornos antes de las seis de la tarde—me avisó Nicole antes de darme tiempo incluso a saludar. —No es un soborno—deje claro. —Buenos días Lia—me saludó haciendo que riera. —Buenos días Nicole—la saludé de vuelta. —¿En que puedo ayudar a mi inglesa favorita?—me pregunto. Respiré hondo. —Voy a recuperar a Shawn, si no me recuerda, al menos sentirá lo mismo—le avise. —Te ayudo en lo que sea—dijo mi amiga sin dudarlo ni un segundo—Y Halsey dice que ella también—me aviso y sonreí al saber que tenía el apoyo de ellas dos. —Saludala de mi parte—le dije. Escuche unos gritos. —Dice hola—me respondió Nicole riendo. Reí. —Necesito que me hagáis vuestra asistente para eso—le avise. Silencio. —No me teneis que pagar—añadí. —Esa no es la cosa—me dijo Nicole dejándome demasiado sorprendida—No estamos muy seguros de que Shawn quiera volver a tocar, o quedarse en Londres—me dijo. Note un enorme nudo en mi estomago al ver que todo se podía ir a la mierda en cuestión de segundos pero no debía rendirme. —Por eso, haremos que vuelva a amar la música—le dije pero en cierta forma me lo estaba diciendo también a mi—Se que eso le hace feliz—dije. Escuche un suspiro. —Mira, lo que quieras, solo quiero que vuelva el Shawn de antes y no este que es como un fantasma triste y gris, confio en ti, plenamente, si alguien puede recuperar al idiota, eres tú—me dijo. No dije nada, no sabía que iba a hacer o cómo pero que no me iba quedar quieta mientras miraba como la persona que más amaba se marchitaba, eso lo tenía claro. —Recuperaremos a Shawn—le deje claro.
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