Capitulo 12

1050 Palabras
La vida es un desastre, amo el amor, siempre me encanto ver lo que el amor podía hacer, siempre vi a la gente hacer demasiadas cosas, incluso hasta demasiadas cosas increíbles, por ejemplo, un chico de mi clase hizo todo un baile para declararse a la chica que con el tiempo se convertirá en su esposa, o la gente que hace canciones o libros para las personas que les gustan. Pero no solo el amor de parejas, sino también las cosas que se hacen por amistad, mi hermana y Nicole eran el claro ejemplo de ello, la una por la otra hacían lo que fuera necesario, creo que serían capaces hasta de esconder un cadaver por la otra, pero no solo estaba ese amor, sino el de los padres hacía sus hijos, mi madre hacía todo por nosotros, luchaba demasiado por nosotros, como cualquier padre por su hijo, creo que pocos padres no harían lo que fuera por sus hijos, se que hay padres que no aman a sus hijos, creo que esas personas tienen problemas, demasiados problemas, esas personas no están sanas de la cabeza, no entiendo como una persona no puede amar a un ser inocente que ellos eligen tener, que ellos eligen traer a la vida. Tener novia me da demasiado miedo, sabía que debía tener unas expectativas, mantener unas cosas, un nivel para que la persona no se decepcionara ni perdiera el interés, se que eso es demasiada presión, no me siento presionado por eso, me gusta tener que hacer cosas por los demás, me gusta hacer cosas por los demás, me gusta demasiado hacer cosas por los demás, me encantaba dar regalos, hacer regalos, hacer que la gente sea feliz, me encantaba eso y para mi no era problema, pero despertar un día soltero y al siguiente tener novia, es demasiado extraño, era como levantar un dedo y tener una vida formada sin que pudieras controlarlo de forma consciente, porque de una forma lo había decidido. Que nadie me mal entienda, me atrae Lia pero que no me hace mucha gracia que no me dijera quien era ni cual era su relación conmigo, por la razón que fuera, me gustaba demasiado la sensación que me daba, que me hacía sentir esa chica, me daba una seguridad demasiado intensa, era como si estuviera seguro de que con ella nada malo iba a pasar. Tras la puerta, tras el timbre Lia entro a la casa, la mire. No sabía que decirle o que hacer con las emociones que me estaba generando, no me molestaba saber que tengo novia, creo que quizás no recordar las cosas que hice lo pone más fácil porque quizás podía hacer cosas muy románticas aunque fueran repetidas y a ella le parecerían monas porque no recuerdo y no puede echarme nada en cara, aunque no se si eso funcionaba así. —Nadie raro se registro en la lista de visitas—comento Lia mirando su móvil—Los nombres son todos de conocidos que ya han hablado con Shawn así que esa persona no se ha hecho a ver—comento ella. —¿O sea que no puedes saber quien es?—le pregunto mi hermana. Lia miro a mi hermana. —No he dicho eso—dejo claro—He pedido que me den las cámaras de seguridad y voy analizar todas las personas que han pasado por la habitación, y luego las pasare por reconocimiento facial—deje claro la chica. —¿Como harás eso?—le pregunto Nicole. Lia se paso la mano por el pelo, iba demasiado mona, como siempre. —Mi padre trabaja para el gobierno, así que tengo contactos—dijo ella. La mire. —¿No eras huérfana?—le pregunte. Ella me miro. —Mi madre murió en el parto por lo que nos dieron en adopción al no haber otros familiares que nos pudieran cuidar, pero resulta que mi padre estaba en misiones en el extranjero—comento ella. Asentí, debía ser demasiado complicado todo lo que vivía ella, quizás ella era la que más me entendía eso de la incertidumbre de no saber muchas cosas, ella vivió eso y quizás era la que mejor iba a entender todas esas cosas. Y ahora que tenía su atención, era el momento de tener yo información, aunque era yo el único que estaba recibiendo información. La mire. —¿Por que no me has dicho que soy tu novio?—le pregunte. Lia me miro impresionada para después mirar a mi hermana sin saber que decir, creo que le habría impresionado demasiado que supiera esa información, seguramente se estaba planteando si estaba recuperando la memoria o si me lo habían dicho, pero la razón no importaba lo que sabía eso, o como lo sabía, lo que importaba era que lo sabía. —Lo siento, se lo he contado—dijo mi hermana. Lia se sentó a mi lado. —¿Quieres encontrar a la chica de la voz?—me pregunto. La miré. —Lia—la llame. Ella me miro. —Quiero que quieras estar conmigo, no obligarte por una etiqueta, así que lo que quieras es importante—me dijo. La mire. Estaba demasiado impresionado porque ella fuera capaz de sacrificar su felicidad por la mía, eso era de ser una gran persona, o de que me quería mucho, no se pero las dos cosas me gustaban demasiado, y me hacían querer estar a su lado, estar con ella y besarla hasta que olvidara lo que recordaba, o hasta que recordara lo que había olvidado. —No se lo que quiero—le deje claro y ella me miro. —Debes saber lo que quieres, y yo seré lo que necesites—comento ella y le mire. La mire, no sabía lo que quería, no sabía que iba ha hacer o que debía hacer, no sabía que era lo correcto, si quedarme con ella que era seguro, ella era alguien genial y buena, alguien que estaba demasiado bien y que nos iba a ayudar, o irme a una incertidumbre donde no sabía que iba poder pasar, no sabía que hacer, tenía muchas dudas y pocas certezas, estaba claro que iba tener que dormir y reflexionar durante mucho tiempo, sobre todos estos temas.
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