Lia era mi novia.
No era una información que me desagradara, no lo hacía, ella era una chica demasiado guapa y si era sincero cuadraba eso con que hubiera sido la primera en correr a abrazarme, puede que por eso querían esperar a que llegáramos a Londres para contarme las cosas, porque estaba ella y estaría más tranquilo. No estaba sorprendido, las cosas cuadraban pero no entendía porque si era mi novia no me dijo que lo era desde el principio, porque se presento como nuestra asistente.
—Ella era nuestra asistente pero no la conociste así—me dijo mi hermana y la mire.
Pase mi mano por mi cabeza.
Me dolía.
No se si era por tener que procesar demasiada información o por los nervios de todo lo que estaba descubriendo, de saber que hable de otra delante de mi novia, cosa que no era algo correcto, Lia parecía una gran chica y seguramente estaba haciendo lo que creía para no presionarme, joder, es que incluso estaba buscando a otra chica, aún sabiendo que puede perderme y todo para que no me pase nada, a mi ni a mi cabeza por la falta de información.
—Ella cantaba en la calle con mascaras—me conto mi hermana y la mire—Ella vive en un orfanato que les iban a quitar y necesitaban dinero por lo que hacían lo que podían, cantaban en la calle por dinero y te llamo la atención su voz, como ahora pero esa vez fue mucho más especial, la buscaste hasta que conseguiste que te dejara hablar—me conto—Ella tiene un problema de corazón, tuvo unas complicaciones y quedo en coma, le ibas a cantar todos los días y bueno creo que fue demasiado romántico—comento mi hermana y la mire.
Estaba sorprendido, todo lo que estaba contando cuadraba con cosas que yo haría pero me parecían recuerdos tan ajenos, como si fuera otra persona la que hubiera vivido todo eso y ahora me lo estuvieran contando, eso es lo que sentía pero no puedo negar que cada vez que veía o pensaba en Lia, algo en mi se encendía, como una pequeña luz de esperanza y me daba muchas ganas de recordar, de esforzarme por saber aunque no pudiera. Lia era una chica que estaba claro que no tuvo una vida fácil, no digo que las personas que lo hayan pasado mal tengan una marca en la cara que las identifiquen o algo así, no es para nada eso, pero sus sonrisas son pocas pero sinceras, y eso me hace saber que sería tan hermoso escribirle canciones, desnudar mi alma de mil formas con ella mientras me mira con sus intensos ojos marones.
—Ella ha estado yendo a diario al hospital a leerte libros—me conto Nicole y la mire.
No recuerdo su voz.
No recuerdo los libros.
Me duele.
Ella estaba haciendo demasiadas cosas por mi, estaba dejando que buscara a una chica misteriosa que se había metido en mi cabeza cuando ella debía estar pasándolo mal por todo lo que lucho por mi, y seguramente por nosotros, uno de mis medicos me dijo que no recordaba desde un momento concreto por algo traumático o algo que me marco, se que no fue el divorcio de mis padres, eso no me a traído ni un solo sentimiento y menos la música, por mucho que no lo supiera, por mucho que no lo quisiera siempre fue parte de mi, mi madre era profesora de música y yo siempre toque la guitarra, por ello, lo único que quedaba era Lia, no quiero decir que ella sea algo malo, quizás sea lo mejor de mi vida pero no lo recuerdo, no recuerdo como fue la primera vez que la vi o nuestro primer beso, se que ella lo hace y se que debe ser demasiado duro ver como la persona que quieres se aleja de ti mientras no puedes hacer nada. Por como mi hermana la cuidaba, se que ella fue un regalo en nuestras vidas, una persona que nos ayudo e hizo demasiado bien a nuestras vidas.
—La primera vez que hablamos—me dijo Nicole y la mire—Adivino todo de nosotros con solo mirarnos, tiene esa capacidad, es demasiado buena—comento.
—Perdimos mucho dinero—añadió Stefan.
—Merecía la pena, todo era para el orfanato—comento Nicole.
Les mire.
—Ella nos a marcado—comente.
Todos me miraron.
—Lia es una de esas personas que no dejaban que nadie entrara en su vida, ella tiene el corazón dañado y no quería que nadie se lo rompiera más, pero una vez olvido eso y nos dejo entrar, es increíble—comento mi hermana y la mire—No deja que nada la detenga, ella siempre deja claro que sabe que va morir y que por eso cada momento vale—.
—Todos vamos a morir—me queje.
Mi hermana me miro.
—Tú lo harás con ochenta años seguro, ella no sabe cuando—comento—Lo que resista su corazón—comento mi hermana.
La mire.
—No entiendo como...— comencé a preguntarme sin entender nada.
—¿Querías estar con ella sabiendo que puedes perderla?—me pregunto mi hermana y la mire.
Asentí.
—Creo que la magia estaba en eso, en que vuestro amor era demasiado intenso tanto que olvidabais el tiempo, una vez incluso estuviste dos noches sin dormir hablando con ella para ayudarla a estudiar para los exámenes finales—comento Guillem.
Mire a mis amigos.
—No se porque no me lo ha dicho—me queje.
—Porque no es fácil, a mi obviamente es imposible que me olvides pero acercarte a alguien que no sabe quien eres y decirle que eres su novia, es algo violento, puede ser una loca que se quiere aprovechar y mucho más difícil es cuando andas en busca de una voz misteriosa—comento mi hermana.
La mire e iba responder pero sonó el timbre, parando toda esta conversación tan reveladora.