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2300 Palabras

Después de un par de días, en los que instalaba a mi familia y les mostraba la ciudad, llegó el día que estaba evitando. Mi primera ecografía. Mi madre me obligó, prácticamente, a ir al control prenatal y aunque el miedo invadía mi sistema, decidí que era lo mejor, no podía negar que me alegraba de sobremanera tener una vida creciendo en mi vientre y gracias a los consejos y el apoyo de mi madre, iba a dar todo de mí para que mi bebé estuviera sano y no le faltara nada. Bueno, si le iba a faltar algo. Un padre. Esfumé todas las ideas de mi cabeza, cuando detuve el auto en el estacionamiento del hospital, estaba tan nerviosa y mi madre ya lo había notado. — Ya verás que todos los males desaparecerán cuando conozcas a tu bebé, aunque supongo que no se debe ver nada, pero con solo

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