El filete a término medio y las verduras estaban buenísimas, no sé si eran los nervios o que quizás si tenía mucha hambre, pero podría jurar que era lo más delicioso que había comido hasta ahora. El hombre frente a mi comía sin preocupación alguna, reflejaba una paz en el rostro que a decir verdad hacía mucho tiempo no veía, y eso me gustaba, porque me daba a entender que ya no estaba haciendo nada forzoso, ya no era el compromiso, él quería esto tanto como yo en este momento, aunque no se lo confesaría. Por el momento era mejor que siguiera pensando que lo único que sentía por él era simple afecto y que solo estaba intentando mantener lo que sea que tengamos, y no que descubra, que tan rápido me había enamorado perdidamente de él; porque si, aunque intentara reprimir estos sentimiento

