PRIMERA PARTE~El Miedo~ Capítulo 1
Mi teléfono suena estridente, sobre la mesita de noche. La voz de mi padre me taladra el cerebro, recordándome que es viernes y que hoy tenemos esta importante cena con sus socios e inversores a la que preferiría no asistir.
- ¡Te di un año, Josefa... Un año para que hicieras lo que quisieras, tú plazo está vencido y ya es hora de que empieces a tomar las responsabilidades que has evadido todo este tiempo!
- ¡Pero papá!
- ¡Pero nada! ¡A las 20 horas Josefa, vestida muy elegante y por favor sobria!
- ¡Papá! Hablas como si estuviera borracha cada día...
- Dime, ¿En que estado te encuentras?... Ya vi tus fotos de anoche en esa discoteca.
- Estaré ahí a las 20 horas papá, te lo aseguro- Me resigno, en parte tiene razón, mi madre murió cuándo yo aún era una niña, Tania, mi hermana mayor, se hizo cargo de mí todo lo que pudo, no había niñera que pudiera conmigo; quizás deba aceptar que estaba enojada con el mundo... Mi madre ya no estaba y mi padre vivía en la oficina o de viaje. Cuando Tania se casó y se fue de casa, mi vida familiar se redujo a nada. Prácticamente me mandaba sola... Siempre fui una alumna excelente, las mejores calificaciones, pero mi comportamiento nunca fue el mejor.
No me arrepiento, lo pasé demasiado bien, mucha fiesta y locura, me acostumbre a vivir así y la verdad es que hoy, ya no me interesa cambiar.
A mis 24 años, casi 25 ya obtuve mi título en ingeniería comercial, tengo mi departamento propio, auto y a pesar de que aún me estoy tomando un poco más de un año sabático, sé que esa responsabilidad ha estado esperando por mí a la vuelta de la esquina.
Me acurruco en la cama y me vuelvo a dormir, es un día frio.
Diez minutos para las ocho, estoy entrando en la gran mansión de mi padre. Mi reflejo en los espejos que rodean la sala, me recuerda que el maquillaje no pudo borrar del todo las huellas de la intensa salida de anoche.
Avanzo hasta el salón principal, una música suave suena por debajo del murmullo de las voces, de las demasiadas personas que forman pequeños grupos en el salón.
Todos reconocidos e importantes empresarios y políticos del país.
Puedo divisar a mi padre en un grupo en el centro, cuando me ve, avanza sonriente hacia mí.
- Jo, cariño, que bueno que llegaste- Me abraza y besa mi frente. A sus casi 65 años, se conserva bastante bien, tiene el porte y la elegancia que caracterizó a su familia, la sangre inglesa se ve reflejada en toda su precencia.- Necesito que conozcas a algunas personas.
Me lleva de grupo en grupo, presentándome a una infinidad de personas, de las que olvido inmediatamente su nombre.
No tengo ganas de estar aquí...
Al final del tour, me invita a su despacho.
- Josefa, este es Niall Harper, no sé si lo recuerdas, eras pequeña la última vez que estuvo en casa.
- Señor Harper, un gusto- Su mirada fría me escanea de pies a cabeza... Por un pequeño momento me parece ver una sonrisa burlona, dibujada en sus labios.- La verdad no, no lo recuerdo, pero si he oído hablar de él.
- Josefa... Tendrías unos 12 años la última vez que te vi.- Su voz es ronca y carente de emoción, fría como su mirada y como todo él. Me extiende su mano y sacude suave la mía, en saludo.
Mi padre me explica que Richard Harper, padre de Niall, fue su amigo y mentor, hoy él y mi padre mantienen muchos negocios en sociedad y será precisamente él quién me guíe en este comienzo.
Entonces, muchas cosas pasan a la vez...
Mis manos comienzan a sudar, bajo la mirada de este hombre, endemoniadamente guapo y malditamente atractivo. Es mayor que yo, bastante... apostaría que al menos unos 10 o 12 años. Sus ojos verdes parecen quemar las zonas expuestas de mi piel. Y su fría voz me reta a aceptar sin ningún reparo las órdenes de mi padre.
- Deberías tener miedo, Josefa, soy implacable y perfeccionista. ¿Crees poder resistir un año bajo mi tutela?- Me pregunta mientras inclina su cabeza, sin despegar sus hermosos ojos verdes y sonriendo de medio lado.
Hay algo un poco animal en él... Que me atrae y me asusta... Mi cuerpo en alerta me pide negarme a semejante estupidez... Fui la mejor de mi promoción y puedo con esto, no necesito un maldito sexy y egolatra mentor... Pero su mirada burlesca y su voz de suficiencia me obligan a enderezar mi espalda y aceptar el desafío...
- No me conoce en lo absoluto, Señor Harper...
- Llámame Niall...
- Necesitará mucho más que una sonrisa burlesca y una amenaza barata, para amendrentarme.
- Te espero el lunes a las 8 en punto, en mi oficina.
- Hasta el lunes, señor Harper...- Me despido con la misma frialdad con la que él me trato todo este tiempo. Aún cuando siento mi corazón latir desbocado en mi pecho.
- Iré a ver a Tania, papá.- Me retiro calmada y con la mirada fija al frente, aún cuándo este hombre ha logrado su cometido y me ha puesto de mal humor.
He evitado volver a cruzarme con él y un par de horas más tardes ya lo he olvidado, mientras bailo en los brazos de mi querido amigo Tomás.
-¿ Que hay de cierto en que desde este lunes asumirás un cargo en la empresa de tu padre?
- Así es... Pero estaré sólo aprendiendo con un tutor... Harper...
- Uff... Nena... Trabajarás codo a codo con satanás.
- Es un maldito arrogante...
- Es aún peor. Pero sigue siendo el mejor para los negocios. Tiene instinto y conocimientos.
- El único problema es que me ha hecho sentir cómo la niña tonta, que se romperá ante su presión...
- No eres ni tonta, ni frágil...- El abrazo de Tomás me reconforta, es mi mejor amigo, ese con quién me permito mostrarme vulnerable.
- Supongo que de aquí a mi departamento, necesitamos el último descontrol, antes de que empieces con tu vida de adulta responsable.
- Dalo por hecho...
- Lejos de las cámaras y la prensa amarilla.
Me río de las tonteras de mi amigo... Pero no puedo ignorar el escalofrío constante que he sentido. Sé, aún sin mirar, que estoy siendo observada por unos intensos ojos verdes.
Me he abstenido de beber, solo agua o algún jugo de frutas. Fue lo primero que me advirtió mi hermana, cuándo he llegado hasta ella, arrancado de ese hombre.
En un par de minutos nos iremos al departamento de Tomás, allá nos esperan Clara y Mateo... Para celebrar o quizás despedirme de esta vida que he llevado hasta ahora. Y es que algo en mi interior se encuentra en alerta y me repite constantemente, que pronto todo va a cambiar... Para bien o para mal.
Espero por mi abrigo, cuándo puedo sentirlo a mi espalda... Su voz grave y fría me sobresalta...
- ¿De qué escapas, Josefa?