William anunció aquella noticia y Aline sintió que el mundo le daba vueltas. El único y verdadero dueño de la mansión Kross se dio la vuelta y llamó a alguien que esperaba fuera.-Entra campeón, es hora de que conozcas tu nuevo hogar y a tus primas. Con cierta dificultad por lo enfermito que estaba, Michael entró en la mansión de la mano con su madre Lucille, que rápidamente echó una mirada de desprecio hacia Aline. La esposa del doctor abandonó la casa como si huyera del mismísimo diablo. Aline sentía que le iba a faltar el aire, que se estaba asfixiando dentro de aquellas paredes. Aline podía perdonar a William, sobre todo después de lo que había hecho por ella y por sus hijas. Podía permitir un acercamiento entre él y su hija, pero como mujer… como una mujer que amó tanto y sufri

