Los ojos de mamá se abrieron de par en par cuando la lengua de Tracy se abrió camino hacia su recto. "¡T-Tracy!", gritó mamá, y se corrió. Se corrió con una fuerza que sobresaltó a todos en la habitación. Su coño chorreó y sus fluidos salpicaron por todas partes. "Guau", se rió papá. Fue un clímax extático. Mamá tembló como si la electrocutaran. La mamada de Seay se detuvo de golpe. Logró levantar la cabeza y murmurar una disculpa. Luego se desplomó y se giró boca arriba. "¿M-Mamá?", balbuceó Seay. "Eso fue intenso", jadeó mamá. "¡Dios mío!" —Mmm —coincidió Tracy, lamiéndose los labios—. ¡Qué rico! "Joder. T-Trace, cariño, t-tú eres un mono travieso", siseó papá, "Estoy a punto de correrme". "QUIERO que te corras", gimió Tracy. —Shhh —balbuceó papá. Sintió que sus testículos se hi

