No todas las rosas nacen con espinas

La niñez parecía ser normal para la pequeña Lucia. Cabellos largos y oscuros un poco ondeado. Piel morena, mediana estatura, delgada y de ojos cafés. La descripción perfecta que argumentaba un niño, a quien en innumerables oportunidades demostraba admiración hacia ella. Elogios, notas de amor, y un inocente beso en la mejilla, le generaba a ella una extraña sensación. Entre los deportes, el estudio y el amor a los poemas, iba dejando atrás el recuerdo de su infancia. Pero lo que sí no lograba olvidar, era el motivo de su reacción hacia lo que muy posiblemente, se pudo haber convertido en su primer amor de niños. Conforme iba creciendo, notaba ella lo que sería un indicio de su verdadera orientación s****l. Las niñas le resultaban hermosas, pero eso no era todo…sino que además, sentía dentro de sí la necesidad de expresarle un sentimiento que para su entorno y a su corta edad sería una completa confusión. Cuestionar la sexualidad no era novedad en su país de origen. Además, las leyes no estaban establecidas para la igualdad de géneros. Así como dos hombres no tendrían el derecho de amarse, tampoco las mujeres gozaban de ello. A consecuencia de tales circunstancias, la posibilidad de hablar de lo que estaba sintiendo la distanciaba un poco. Con el paso de los años, se daba cuenta de cuan diferente era ante o en comparación a otras tantas personas. Por momentos simplemente no le tomaba importancia. Aún era muy pequeña como para tomar lo que ocurría como determinante; sin embargo, su curiosidad se hacia presente al ver a una niña. Soñaba constantemente con el sabor de sus labios, para ese entonces su mente era un tanto limitada. Pero cuando llegó a la adolescencia, observaba detalladamente a las mujeres. No era en manera morbosa; sino admirando cada rasgo o actitudes en cada una de ellas. Se maravillaba al verlas, su silueta, sus cabellos, para ella eran una creación especial. Lucía una chica muy dulce, atraía a cualquiera solo con una sonrisa que dejaba ver por completo su perfecta dentadura y esos destellos de luz en sus ojos, encantaban a cada cual le miraba. Durante esa etapa, pasó de no relacionarse con algún hombre a atreverse a estar con uno. Y no precisamente en la intimidad. Era un juego que ella quería intentar, quizás de tantos comentarios entre familia, la incitaba a un inesperado error. Un primer beso en los labios no fue con una mujer, pero su inexperiencia solo le da por cerrar sus ojos para pretender estar besando a una fémina. Disparates en aquel instante le removió todo su interior. Comenzó a sentir lo que muchos ya llamaban “excitación”. Afortunadamente los labios de ese hombre eran suaves y nada de vellos alrededor, lo cual se le hacia sencillo poner su mente en otro lugar mientras lo besaba. Poco duró el encanto en la prueba del deseo carnal. Adiós a el chico de ojos color miel, bienvenida a la tan anhelada soltería. Otro chance para dejarse llevar a los anhelos no alcanzados. Preparada para dar inicio a la adultez, carrera universitaria, trabajos, cursos y un sinfín de personas por conocer. De vuelta a tener los pies sobre la tierra, sigue adelante en función a sus más íntimos deseos. Estudiando por un par de años en un reconocido instituto. Unas 24 mujeres serían sus compañeras de estudio. Ninguna llamaba su atención, respetaba mucho los parámetros. Sumergida en sus letras y en sus ratos libres, poemas tras poemas. ¿Alguna musa en particular?, en definitiva no, solo con imaginar una relación así de esas de ensueños era suficiente para escribir. Un día maravilloso, sentada dentro de una plaza que se encontraba en el centro del instituto. Un lugar tranquilo, agradable, el clima fresco, perfecto para pasar horas allí. Una de sus compañeras tomó su libreta, la abrió y comenzó a leer. A medida que iba línea tras línea Lucía solo se sonrojaba. Ella era además astuta, en sus escritos jamás plasmaba haciendo alusión a la mujer, muy discretamente se refugiaba en el uso del “leísmo" una estrategia para ocultar lo que realmente era y sentía. Esta fue Learys, una alumna un tanto espontánea, solía estar sentada a dos puestos más atrás de donde estaba Lucia. Luego estaba Johanna, una chica graciosa, sensible al escuchar cualquier tipo de comentario, le seguía Andrea; una morena alegre, atrevida, como dirían en muchos países “Sin pelos en la lengua “. Zubelys echadora de bromas, bailarina. Vane, quien solía ser su pareja al cantar, hacerlo juntas era fantástico y por último Sely, más adelante tendrán su descripción. Todas estas chicas eran las más cercanas a Lucia, en ese curso de secretariado. Lucia era amistosa, espontánea, cariñosa y a veces esto podría mal interpretarse. En aquel instituto ella compartía con Sely, una compañera quien se convertiría en su amiga. Ambas tenían ciertas habilidades tales como: Dibujar, cantar y hablar un poco en el idioma inglés. Para ella nunca la tomó como una competencia, de hecho solían brindarse ayuda en las tareas asignadas por su profesora. Pero para Sely, no era así…una tarde del mes de mayo esta visita a Lucia en su casa y la invita a caminar cerca del lugar, además quería llamar a una de las profesoras para saludarla. Esta no vió problema alguno por lo que aceptó. Unos cuantos minutos y llegan al establecimiento donde se comunica con la docente, un hola muy afectuoso, lo normal podría decirse. Aquel día hubieron ciertos gestos de Sely al platicar con su profesora, un posible coqueteo algo que no era correcto con algún profesional del instituto. Lucia solo estaba sentada tomando un capuchino, unas galletitas la acompañaron mientras observaba esa actitud extraña por parte de su amiga. Sin embargo, no opinó nada al respecto. Los días pasaban y Lucia comenzaba a notar como el resto de sus compañeras se distanciaban de ella. Pero no le tomó mucha importancia al asunto, así que esta continuaba con lo suyo. No fue sino hasta unos días más, que antes de entrar al aula de clases una de sus profesoras la detiene en la puerta y le pregunta ¿Lucia sabes que hoy habrá una reunión con la otra docente, la directora del instituto, todas las alumnas, tu y yo?. Esta desconocía la razón y a su vez respondió con otra pregunta…¿Y que sucedió?. Esta con una actitud con la cual se caracterizaba muy cariñosa…Lucia se ha corrido un rumor en los pasillos de que tu estás enamorada de mí; lo dijo mientras sonreía como con cierta gracia quizás. La chica la mira sorprendida preguntándose quien haría algo así. Seguidamente su profesora le expresa que su amiga Sely se ha encargado de hablar mal de esta y que realmente no entendía el motivo en su manera de actuar. Sin decir más entran al salón de clases. Imagine la escena todo en absoluto silencio, la directora con una cara de disgusto, que lograba atemorizar a quien a esta la viera. Siéntense todas por favor. Si no fuese por esas últimas dos palabras de cortesía podrías pensar que ésta llegó a ese encuentro con alma fría; pero con una mirada fija puesta en Lucia. Añadió…éste es una institución reconocida por ser la única que imparte la calidad en la preparación técnica y académica de sus estudiantes. Se les ha pedido y es además un requerimiento, de que todo alumno no tenga ningún acto más allá del respeto entre sus docentes y/o trabajadores dentro del mismo. Aunado a ello, las fiestas o eventos fuera de aquí no deben vestir nada que les haga referencia a la institución. Quiero dejar una vez más esto en claro porque recientemente llegó a mis oídos, algo que no sé si llamarle rumores, chismes, información; por lo que les he solicitado en conjunto con sus profesoras a asistir a está reunión para hablarlo. Necesito entender lo siguiente: Lucia, tu estás envuelta en este pequeño embrollo, quiero pues me aclares ¿Qué sucede entre la profesora Layla y tu?, fueron las palabras y preguntas de la directora Odaly quien presidió la reunión…en ese preciso momento una alumna llamada Learis, pidió permiso para hablar y esto fue lo que expresó: Lucia te pido una disculpa de parte de todas las compañeras, por haberte tratado de manera indiferente a causa de las malas palabras que ha dicho Sely de ti; ella durante la semana pasado se encargó de divulgar de que tu eres lesbiana y de allí nuestra actitud hacía a ti. Lucia quedó sin palabras, no podía siquiera en su mente discernir entre si lo que ocurría era un mal sueño o una incómoda verdad, pues no solo sería el tema de su orientación s****l, sino que otras tantas cosas se podrían asumir sin más. Era momento de comprender lo que estaba escuchando y por ende lo que su según amiga estuvo comentando a sus espaldas. No era necesaria que esta participara, pues sus compañeras defendían su reputación con sus válidos argumentos. Al terminar de aclarar el punto y tomando en cuenta que al comenzar el ambiente era frívolo ahora agreguen a esa, que de pronto todas las chicas observaban a Sely con desprecio. Pero ¿A que se debería esa actitud de ellas?, ¿A la difamación en contra de Lucia? O ¿Realmente esto iría más allá de lo anterior?. Para finalizar la reunión con toques de suspenso y un poco de la escalofriante ponencia, la señora Odaly le pide a Sely que se disculpe con Lucia, estrechando su mano. Ya estamos hablando de una posible escena de terror; ¿Esta chica sería capaz de acceder a ello, aun cuando la careta de la noble Sely se haya caído?; Tiempo de ir directamente al hecho; ella sintió tanta indignación, coraje de haber estado involucrada en una situación que desconocía totalmente. Vaya intento para que aquellas dos lograran hacer las paces, inoportuno sería el día en que estás se conocieron. Quizás fue uno de esos donde la oscuridad se apodera de los colores del arcoiris; algo dramático con algo de lo que los gringos llaman “humor n***o“ e hizo lo siguiente… se levantó un poco para mover su silla, se inclinó hacia adelante mirando con ganas de estrangular a Sely, dejándola con su brazo extendido. Podías escuchar a fondo algunas expresiones como ¡Lucia de verdad la dejó así!; Muy mal por Sely, seguido de risas en modo sarcástico. Saliendo del aula la maestra se acerca a Lucia y le confesó algo más…Sely ha hecho todo esto porque tu una vez le dijiste que ella no era competencia para ti, imagínate que se sintió ofendida; la chica recordó ese momento y añadió…profesora Layla, eso lo dije porque la consideré mi amiga y no pretendía tener una riña por ser la mejor con ella. Por supuesto que tiene excelentes habilidades, destrezas, pero nunca la miré de esa forma. Era ser amigas, compartir y apoyarnos. Pues creo que lo entendió de otra forma Lucia, agregó su profesora. Poco después consiguió trabajo en una excelente y muy nombrada empresa en su estado, buena remuneración y demás. Tres días a la semana asistiría a laboral y los otros dos días a clases en la mañana. Esto no era mantenerse ocupada, así que optó por tomar un curso de inglés dos veces a la semana por las noches y por si fuera poco, una carrera universitaria tres veces a la semana por las noches. Llegaba a casa a las 11.00pm desde las 7.00am que solía salir a cumplir con su ahora si, agenda llena. Esto le resultaba gratificante, podía con todo a la vez. En nada fallaba y era de hecho muy organizada a la vez. En su curso de inglés la pasaba genial, nuevos compañeros un ambiente ameno. Conoce a una chica quien a vista podrías discernir sus gustos en cuanto a género. Platicaban lo esencial para sus actividades, nada que ver con relacionarse más allá. A Lucia eso la tenía sin cuidado, su meta era ser la mejor en todo, pero también acudir cuando requirieran de su ayuda. Brillante amiga sin excepción, pero no fue sino hasta que en una conversación con está compañera, le habla de otra chica con la cual llevaba una relación de pareja. La mente le daba señales de provocación, incitación, atrevimiento…¿Estaría acaso cerca de besar a una mujer?. No estaba segura pero igual quería arriesgarse. Esa relación que tuvo su amiga terminó, pero antes propuso compartir números telefónicos entre Lucia y la quien había sido su novia. Algo insignificante, es posible que no le tomara tanta importancia como cuando escuchó a su amiga hablar de su relación. Dudas, miedos, nervios se debatían entre deseos, necesidad, ansias. Los estudios marchaban favorablemente, todo acorde a sus calificaciones. Nada de que preocuparse. Transcurrieron unos cuantos días luego de ese intercambio de información personal. Una salida grupal con la profesora del curso de inglés estaba pautada para un viernes en la noche. Practicar el idioma que todos estudiaban era el propósito; pero entre jóvenes el pasarla de risas, bromas, comentarios bastaba. Un lugar lindo, sencillo al aire libre, el menú variado de comida rápida y de postre, servirían algún helado y el sabor de su preferencia. Unas tres mesas afuera y en una de ellas asignada para los estudiantes en compañía de su docente. Difícil era llevar a cabo el objetivo de esta con sus alumnos, Eddie, un señor mayor era quien de segundo a segundo le hacía bromas a Lucia; platicaban en inglés de cosas simples. Por otro lado, se encontraba violeta quien antes solía pasársela de manera amistosa los días de clases con Lucia, pero de pronto dejó de asistir. Ese puesto fue tomado por Mirla, esa quien le contaba a esta otra sobre su relación amorosa. Hay que admitir, esa noche fue maravillosa, amena, en resumidas cuentas sana, se unieron a ellos dos jóvenes más llamadas Carol y Magda. Entonces eran la profesora Nury, violeta, Carol, Magda, Mirla, Eddy y Lucia suficientes como para tener una excelente plática y resultaría de buen ejercicio a la hora de practicar su segundo nuevo idioma. La brisa de aquella noche era agradable, a lo dejos se podía divisar unas pequeñas luces que conducían a un puente de piedras. Hermoso lugar donde estos decidieron tener ese compartir. Esa noche llegaba a su fin, divertida velada entre charlas e intercambio de conocimientos del idioma que todos decidieron aprender perfectamente. Su profesora se levantó de la silla para ir a pagar lo que ordenó de postre. Esta era cariñosa, atenta, ojos como el azul del mar, cabellos corto y liso, una mujer linda ante la mirada de cualquiera. Segundos después, se acerca a ella Mirla, para confesarle que recientemente ha estado enviando mensajes como anónimo a la docente. A esta chica le agradaba todo en cuanto a Nury, sus escritos eran de un tierno amor en secreto. La valentía con la que lo hacía pudo ser admirable, como también una extrema locura. Lucia nuevamente, se encontraba en una situación similar a la que hace poco atrás experimentó. No estaba a gusto con lo que escuchaba, se sentía como cómplice solo por la sencilla razón de saber lo que esta había hecho. Le pidió dejar ese tipo de plática, pues no llegaría a un lindo final. La osadía con la que aquella chica actuaba, tenía un tanto angustiada a esta sin experiencia en lo absoluto. Esa noche no conciliaba su sueño, el desvelo fue inevitable. Pero ¿Qué podría hacer?. Decirle a su profesora lo que ocurría o callar y pretender que desconocía el proceder de su amiga. Lo dejó en el pasado y prefirió omitir aquella información. Relajada y sin sentimiento de culpa solo le duró un par de días. A pocas horas entraría a su clase de inglés, con un poco de nervios asistió. Se sentó en un nuevo lugar dentro del salón, pero la amiga de esta recién llegaba y se quedó a su lado. Todo marchaba como de costumbre, hasta que la clase finalizó y al salir los alumnos del salón, la profesora pide a Lucia y a su amiga que no se vayan aún. Ustedes son unas niñas que no saben comportarse, me tiene sin cuidado cual de las dos se atrevió a escribir esos mensajes; pero independientemente que hayas sido tú Mirla, porque además me dí la tarea de investigar con mi novio, el número desde donde se envió todo eso. Fueron las palabras que esta profesora con un rostro de vergüenza, desagrado, desprecio expresó a estas jóvenes. Lucia sale del aula, luego de que la profesora les pidió retirarse del lugar. Esta chica no pudo aclarar lo que realmente ocurrió y muriendo por dentro de indignación, simplemente calló mientras caminaba a las afueras para tomar aire fresco. Por otro lado, Mirla la sigue y solo le habla de lo que para ella no debió suceder. Ambas, tomaron asiento en unas bancas justamente frente del instituto. Una noche fría, ellas dos solas en ese momento. Lucia solo quería que Mirla dejará de hablar sandeces. Y esta otra solo respiraba profundo y exhalaba cerrando sus ojos. Un último comentario detonó la ira que llevaba dentro de sí, a causa de lo acontecido. Una vez más, en medio de un enredo que nunca buscó. Aprovechando ese tiempo entre ellas, Lucia no escatimó en sacar todo ese coraje que sentía. Nadie las observaba y afortunadamente, ella solo quería dejar las cosas en claro, sin llegar a los extremos. Mirla, es inconcebible tu actitud, mira todo lo que has ocasionado y no dices más que tonterías. ¿Acaso creías que la profesora accedería a estar contigo o que?, Entiende que es una mujer en una relación heterosexual y créeme que ni yo la tomaría como candidata para tener algo con ella. La noche se hizo eterna ese día, quizás la incómoda plática causaba eso…horas largas e interminables. Lucia decidió levantarse del lugar y volvió a entrar en el instituto cuando para mayor desgracia, su docente se topa con ella. La mira a sus ojos, pero de estos emanaba cierto odio hacia Lucia; al observar a las afueras, pudo notar que Mirla estuvo sentada con esta chica. Un sonido de queja salió de su boca y la mirada de Lucia se opacaba, avergonzada sin poder emitir palabra alguna, siguió su propio camino. La difamación comenzaba a darse por parte de quien según era su “amiga". Por si fuera poco, desde aquel día Mirla abandonó las siguientes clases. Dejando lo que para la profesora sería, una evidencia de que ambas alumnas estarían envueltas en un amor imposible con la docente. Una noche más, una nueva clase…sin Mirla presente, Lucia no podía quedarse sin hablarlo, así que tomó ventaja de la ausencia de su supuesta amiga y le confesó lo que realmente había sucedido. Hagan con su vida lo que mejor les parezca, a mi me dejan tranquila ustedes dos, tengo amigos gays y nunca he tenido problemas con ellos; Mirla y tu son despreciables….Comentario inesperado para Lucia, ni por muy sincera que hayan sido sus palabras, ya el problema se había fijado en los pensamientos y actitudes de la docente.