Luis.
Paro en la esquina donde con el celular miro donde queda la casa de Mateo porque no sé dónde queda, es la primera vez que vengo, y tuve que venir en mi auto porque esta lloviendo y le traigo cosas grandes a para sus hijos, a mi no mas se me ocurre regalarle un equipo de fútbol que viene con dos arcos y los marcadores de las esquinas, en la moto no podía traer nada, obligadamente tuve que venir en auto.
—Allá es. —voy a la casa nervioso, llegué hace un mes a la unidad, son los días mas difíciles de mi vida, estaba en otra provincia con otra gente y es comenzar de cero, pero mejor aca que allá—. Buenas.
—Hasta que llegas. —sale a abrir el portón—. Crei que ya no venias.
—No encontraba la casa, el gps me mandó a cualquier lado. —nos damos la mano con una sonrisa.
—Es teóricamente nuevo el barrio, entonces manda a cualquier lado, no te avisé eso... Bueno, pasemos.
—Espera, traje unos regalos para tus hijos.
—¿De verdad?, no me lo esperaba amigo. —bajo la caja grande que es lo de los nenes y otra caja para la nena, me comentó que su hija es muy princesa y me guíe con eso—. ¿Y qué es?.
—Un equipo de fútbol y una casa de muñecas, no sé si es algo inútil la verdad.
—Les va a re gustar vas a ver.
—Sinceramente, es lo que encontré más bueno en el súper, no sé dónde se compran juegos.
—No te preocupes, les va a gustar... Pasemos. —cierro el baúl y lo sigo con la caja.
—Espera, traje otras cosas.
—¿Mas cosas?, te invité a comer amigo, no debías traer nada.
—No te preocupes. —bajo la bolsa donde pasé a comprar unas gaseosas, golosinas y una torta helada—. Pasa... Amoooorrrr.
—Acaaaa. —una chica hermosa aparece sonriendo—. Hola.
—Hola, —me paro derecho borrando la sonrisa y le estiro la mano—. Soy Luis señora.
—Un gusto Luis, relájate, aca no hay cargos... Solo nosotros.
—Si señora. —Mateo riendo deja la caja en la mesa—. Señora, aca hay helado.
—Uh gracias.
—CHICOOOOOSSSS.
—Hola. —miro para abajo donde esta la pequeña persona con una corona y vestido raro, me estira la mano sonriendo—. Soy Isabel.
—Hola señorita, un gusto.
—Valentina ven a ver.
—Isabel me llamo papá.
—Bueno Isabel, ven a ver el regalo de Luis.
—Uuhhhh, asombroso.
—Hola...
—Hola. —Mateo pasa el brazo por los hombros del mas alto.
—Este es Felipe, mi hijo mayor, este rebelde...
—Papaaaa. —el muchachito lo abraza asombrándome, porque Mateo es un mueble en el trabajo, no molesta ni nadie lo molesta, no habla ni se sabe que esta.
—Este es Joaquín, mi hijo del medio y es muy igual a mi por eso le digo rebelde, Feli es su mamá en pinta. —los dos sonríen con lo que dice—. Isabel es Valentina, todos los días se llama de forma diferente menos Valentina.
—Ah, bien.
—Y ahora en media hora llega la mayor... Siéntate.
—Mi hermana Luci va a la facultad.
—¿De verdad?.
—Si, esta loca.
—¿Y qué estudia?.
—Estudia ciencias políticas, va a segundo año.
—Luis.
—Uh, gracias señora. —me da un vaso enorme de vidrio con gaseosa.
—Miren chicos los que les trajo Luis. —en silencio los miro armar los arcos y ser felices con el regalo—. Esta re buena, unos partiditos tremendos nos vamos a pegar con esto.
—Si, te invitamos Luis.
—Gracias, jugamos un partido cuando quieran. —miro a la puerta cuando entran dos chicas, una delgadita con el pelo rubio y la otra rellenita y de pelo n***o, hermosísima, y un chico con ellas.
—Buenas.
—Luciiiiiii. —la pequeña la va a saludar y Mateo pone mala cara enseguida.
—Hola bebé.
—Mira que me regaló amigo de papá.
—Noooo, re copado... —la chica viene hacia mi sonriendo—. Hola, soy Lucia, la mayor.
—Un gusto Lucia, soy Luis.
—Un gusto, él es mi novio Tiziano. —le doy la mano al muchacho y la chica rellena no esta mas.
—Pa, vengo por unos cuadernos y nos vamos con Tizi.
—¿Mora se queda?.
—Si, el tio la viene a buscar cuando salga de trabajar.
—Ah bien, bueno, busca lo que necesitas. —la chica va al pasillo con el mas grande de los varones y la esposa de Mateo, yo crei que tenia tres hijos no mas, fueron papás re jóvenes—. Tiziano, siéntate.
—Si señor. —el chico se sienta y ahi entiendo, esta celoso del chico que es novio de su hija.
—¿Qué van a hacer ahora?.
—Vamos a la facu de nuevo.
—¿La traes cuando termine?.
—Si, yo la traigo.
—A las cinco la quiero aca.
—Si señor.
—Tio perdón por no avisar. —la chica que había desaparecido viene abrazándolo.
—¿Y porqué debes avisar al venir?. —se dan un abrazo.
—Estas con gente... Hola. —me paro enseguida cuando viene hacia mi sonriendo, me friego las manos en el pantalón porque nunca vi una mujer mas hermosa que ella.
—Hola señorita, un gusto. —nos damos un beso en las mejillas—. Soy Luis.
—Un gusto Luis.
—Listo Tizi, vamos.
—A las cinco aca Lucia.
—Siiiii. —lo abraza riendo—. Como todos los días.
—Va, ve asi no llegas tarde a clases. —la chica estira la mano mirándolo—. ¿Qué?.
—Tu sabes que quiero, no te hagas el loco.
—Tu me vas a fundir Lucia. —va al mueble abriendo un cajón y le da plata—. Vete de una vez.
—Uufff, que calor. —se abanica con los billetes haciendo que todos se rían—. Me voy me voy. —miro a la otra chica como le queda de espectacular el pantalón ajustadísimo que tiene marcándole un culo precioso.
—Es hija de Patricio. —carraspeo tomando gaseosa y viéndolo a Mateo que sonríe.
—Mira, jamás me lo imaginé.
—Mi esposa es hermana de Patricio. —la miro a su mujer y ahora que me lo dice le veo un parecido—. Mora es hija de Patricio y es sobrina de Ignacio, la mamá de Mora es cuñada de Ignacio.
—No pasa nada,
—¿Luis, te gusta la carne al horno?.
—Uh señora, es un manjar para mi.
—¡Que bueno!, me sentía mal porque no te preguntamos si había algo que no te guste.
—Hasta ahora no hay nada que no me guste, comida es comida.
—¿Todo todo te gusta?. —Joaquín lo dice sorprendido.
—Si, todo.
—¿Brocoli?.
—Mmm si, salteado con espárragos y zanahorias me encanta.
—¿Queeeee?.
—No todos son mañosos hijo.
—Permiso. —la chica me da un plato y cubiertos.
—Gracias señorita.
—Ya tienes vaso, bien... —se sienta a mi lado donde me pone incómodo la verdad—. Que rico tiaaaa.
—Hice tu salsita.
—¿Si?.
—Siii, paso por paso, pese todo para estar segura.
—Entonces siiii, vas a comer muy rico Luis. —la miro no mas, no sé qué decir—. ¿Trabajas con mi tio?.
—Eejj, si señorita, trabajo con Mateo.
—¿Y mi papá?.
—Si, me acabo de enterar que es hija de Patricio.
—¿Cómo es mi papá como compañero de trabajo?.
—Jefe, es mi jefe de hecho.
—Ah, no quería decirlo, suena altivo.
—Para nada, y hace un mes que estoy en la base y la verdad que re bien, es una persona muy centrada y que corrige con hechos, la verdad que un buen jefe nos muestra lo correcto.
—Me alegro, no desconfío de mi papá porque es un papá maravilloso, pero no sé como es en su trabajo, me daba miedo que sea medio prepotente.
—Para nada señorita, trabajo muy a gusto con él.
—¿Luis, te sirvo?.
—Si señora.
—Ay por favor, solo Jose.
—Bueno, por favor Jose.
—Me recuerdas a Mateo cuando lo conocí, hablando todo formal. —los miro en silencio, me sirve carne y papas, hay ensaladas también solo que no sé cómo agarrar y cuánto ponerme, con mi papá compramos una bandeja de comida para cada uno y no comer lo del otro—. ¿Cuántos años tienes Luis?.
—Veinticinco.
—¿Vives solo?.
—Con mi papá, somos solo los dos.
—¿No tienes novia entonces?.
—No señora, no tengo.
—¿Y cómo te vas sintiendo con la llegada a la base?.
—La verdad que bien, venia un poco con miedo ya que no sabia con qué me iba a encontrar, ya conocía a Ignacio por unos trabajos que hicimos juntos, y bueno, Patricio fue mi instructor de tiro en la academia, pero con él no fui muy allegado, siempre fuimos mas del tema profesional.
—Pato es asi, cuando lo conozcas fuera del trabajo vas a saber que no es nada como en el trabajo.
—Mira, mi hermano no es nada lo que me han dicho, ¿o no princesa?.
—Nooo, —la chica rie con su tia—. No conozco al hombre que describen, aunque mi papá dice que cuando sale del trabajo, al cruzar la puerta su trabajo queda ahi y comienza a ser esposo y padre.
—Separa el trabajo. —como cuando me dejan comer y veo como Mateo le corta a su hija la carne—. A mi me re costó eh, cuando estaba solo lo manejaba con la comida, estaba tremendo de grandote, cuando llega Jose bueno, tuve que aprender a dejar el trabajo en el trabajo, y mas cuando llegaron Feli y Joaco, habían dos niños en la casa, tenia que calmarme... Que rico que esta amor. —la miro a Jose asintiendo.
—Riquísimo Jose.
—Muchas gracias, la receta de Mori.
—Muy rico Mora.
—¡Gracias!. —la miro a Mora que sonrie.
—¿Se puede saber porqué te trasladaron Luis?.
—Amoooor. —Jose se rie con ganas—. No tienen que saber ni menos que te cuento todo.
—No pasa nada Mateo, no tengo problema de contar ni menos hacerme la victima con nada, me gustan las cosas claras y cuando quiero algo lo quiero y lo busco, lo mismo cuando tengo que decir las cosas, y por esto mismo comenzó todo... Hubo un trabajo el cual me pusieron a cargo, hice las investigaciones y detuvimos al asesino, resulta que era el hijo del capitán de la base y él creía que como favor por estar en su base no iba a detener a su hijo, me iban a dar la baja pero Patricio se enteró, intervino en la base, como quedé como traidor ya no podía seguir en esa base con esos compañeros, Patricio solicitó mi servicio con una carta demostrándose muy interesado y aca estoy.
—Que fea situación Luis.
—Es mas común de lo que cree señora.
—Es verdad. —Mateo habla con una sonrisa—. Te van probando con cosas personales a ver si tienen tu lealtad, lo bueno es que desde el comienzo estoy en una buena base con buenos compañeros, ahora Luis, vas a saber lo que es la hermandad y que no debes hacer nada por ganar nada, solo tu trabajo.
—Eso espero, ya mi expediente esta sucio por hacer las cosas bien, mi única oportunidad es esta, no tengo mas... Y no voy a cambiar mi forma tampoco, me metí en esto para poder solucionar no cubrir.
—Yo pienso igual, no me ha tocado esto que dices Luis, pero es verdad, uno tiene un respeto por los compañeros y los ayuda, pero no de esa manera y a ese punto.
—Bueno. —Jose nos sonrie a los dos—. Crei que había sido por otra cosa, disculpa por preguntar Luis.
—No Jose, no pasa nada, —todos me miran y yo re incómodo le sonrío a Jose porque quiere cambiar la charla—. Les voy a hacer un comentario fuera de lugar.
—Dime.
—Fueron papás re jóvenes.
—Aaaah. —se miran sonriendo—. Lucia no es nuestra hija, es mi sobrina, hija de mi hermano, pero bueno, las circunstancias de la vida hicieron que ella se venga con nosotros la mayoría del tiempo y le dice papá a Mateo porque mi hermano no estuvo, y bueno, se quiso venir a vivir con nosotros cuando su mamá se juntó con el novio.
—Cuando la vi dije, que jóvenes fueron papás.
—¿Tienes hijos Luis?.
—No, solo soy yo y mi papá.
—Luis, ¿quieres ir a mi cumpleaños?. —lo miro al mayor asintiendo.
—Si me invitas voy.
—Genial, ya vengo. —sale corriendo y quedo en silencio.
—¿Tia, hiciste flan?.
—Si, con crema y con dulce de leche.
—Puchaaaa, espero guardes, porque papá dice que ahi vienen por mi.
—Pucha Mori, te doy asi van comiendo, igual hago otro asi vienen.
—Dale, genial, porque me gusta el flan que haces... Luis. —la miro enseguida y ella sonrie—. Vas a tener el privilegio de comer el mejor flan de tu vida. —no sé qué decirle, porque no para de sonreír y verme directo a los ojos.
—Luis toma, estas invitado.
—Muchas gracias. —agarro la tarjeta donde sale todo detallado—. Voy a ir Felipe, gracias.
—Espero verte.
—Puchaaaa. —Mora se para con el telefono.
—¿Qué pasa Mori?.
—Mi papá dice que mamá ya viene.
—Uh bueno.
—Ya llegó, —se carga en mi hombre dándome un beso en la mejilla—. Nos vemos, le digo que a la noche vengamos.
—Dale, nos vemos a la noche entonces. —la veo salir chupando mis labios y mordiéndome los labios.
—Che, —lo miro a Mateo que sonrie alzando las cejas—. Te gusto eh.
—Es linda... Sigo comiendo asi me voy y esperan su visita.
—No te preocupes.
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